Ti“Mande en Colombia; aquí mandan los ecuatorianos”, dice Correa a Uribe
Agencias
Quito, 26 de abril. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, llamó hoy a su homólogo Álvaro Uribe a “mandar” en Colombia y rehusó calificar de terroristas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las que volvió a pedir que liberen a los rehenes en su poder. Mientras, Bogotá denunció un ataque dinamitero lanzado por esa guerrilla desde Ecuador, ocurrido la víspera.
“Por favor señor Uribe, mande en Colombia; aquí vamos a mandar los ecuatorianos. Olvídese, aquí no vamos a aguantar a ningún señor con ínfulas de emperadorcito”, dijo Correa en su programa semanal de radio.
Citó que Uribe “dice yo voy a aniquilar a las FARC y las llamo terroristas, y ahora quiere que todo el mundo le sigamos su política”, a la que calificó de “guerrerista”, hoy al responder a las más recientes críticas del colombiano y de que protestará ante un eventual reconocimiento político a la guerrilla por parte de Quito.
Correa señaló que “en estos momentos Ecuador considera a las FARC un grupo irregular, es decir, no son interlocutores válidos. Tampoco las considera terroristas como ningún país de América Latina ni ningún gobierno (de Colombia) antes de Uribe”.
La mayor insurgencia colombiana es tachada de terrorista por Colombia, Estados Unidos y la Unión Europea.
El comandante del ejército de Colombia, general Mario Montoya, denunció por su parte que las FARC lanzaron el viernes por la mañana desde Ecuador un ataque con explosivos que causó heridas a un soldado, lo que calificó de “atentado terrorista” atribuido al frente 48 de la insurgencia.
Más tarde, el presidente Uribe anunció que su gobierno presentará ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y Quito las pruebas que confirman ese ataque de las FARC, que fue dirigido contra militares que brindan protección a una compañía petrolera en Teteyé, en el fronterizo departamento de Putumayo.
Esta denuncia se produce en medio de la tensión con Ecuador tras la ruptura de relaciones por parte de Quito, luego del ataque colombiano del primero de marzo a un campamento de las FARC en la frontera ecuatoriana, que provocó la muerte del líder rebelde Raúl Reyes y una veintena de personas.
En tanto, la emisora colombiana RCN difundió un informe de 21 académicos y expertos internacionales de Estados Unidos, en que se asienta que no existen pruebas de que Venezuela y Ecuador hayan tenido alguna relación financiera con las FARC, como acusa el régimen de Uribe.
El reporte se refiere a un informe de la Interpol que la próxima semana será difundido, acerca del contenido de computadores que el gobierno colombiano afirma que su ejercito decomisó durante el ataque contra el campamento de la guerrilla en suelo ecuatoriano.
Asimismo, fueron desechadas las versiones de supuestos planes de comandos de las FARC para construir una “bomba sucia”.
Los autores del informe culpan a la prensa de habla inglesa de ignorar las declaraciones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien en su momento también rechazó los supuestos vínculos con la guerrilla.
Mientras, el presidente venezolano Hugo Chávez dijo no estar seguro de seguir ayudando en la liberación de rehenes de las FARC, al señalar que eso está en manos de la insurgencia y porque es un “tema interno” de Colombia.
Chávez hizo estas declaraciones antes de recibir en Caracas al gobernador del estado de Nuevo México, Bill Richardson, quien lo visitó a pedido de los familiares de Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, los tres rehenes estadunidenses acusados por la guerrilla de espías.
Uno de los líderes de las FARC, Iván Márquez, aseguró de su lado que “están clausuradas por ahora” las posibilidades de liberar rehenes, ya que “el asesinato de Raúl (Reyes) dinamitó la estructura de negociación” construida por el presidente Chávez y la senadora opositora Piedad Córdoba.
A partir del lunes está prevista una visita a Colombia, Venezuela y Ecuador del canciller francés Bernard Kouchner para reactivar el diálogo con las FARC, con miras a un canje humanitario y con acento en la liberación de la rehén Ingrid Betancourt.
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