Como Uribe, los Santos también son narcoparamilitares

Como Uribe, los Santos también son narcoparamilitares
Por: Miguel Suárez *


En estos días donde el escándalo del parauribismo a tomado un nuevo auge y algunos “personajes del bien” han dejado el país para hacer “especializaciones” mientras se calma la marea, alguno personajes se muestran nerviosos y buscan levantar alguna cortina de humo buscando tapar su oscuro pasado.

Aparte de Uribe, el Mesías de los mafiosos, los Santos, se pasean nerviosos tratando de desviar la atención sobre su oscuro pasado.

Los Santos, dueños del medio de desinformación El Tiempo y de un sin numero de otros medios de desinformación, retoños tardíos y degenerados del expresidente Eduardo Santos, quieren pasar como decimos los Colombianos “de agache” sus antiguas y no muy antiguas relaciones con los narcotraficantes con los cuales se han reunido y hasta negociado.

Según los datos conocidos hasta ahora, tres de ellos, Francisco, el Vicepresidente, Juan Manuel, el Ministros de guerra y Guillermo, se han reunido con los narcoparamilitares.

Según declaraciones del narcoparamilitar Salvatore Mancuso, cuando amenazo con contar toda la verdad y contó solo pequeña parte, el vicepresidente Francisco Santos, se reunió cuatro veces con él y con Carlos Castaño en la Costa y Bogotá. Entre ellas incluyó una que, según dijo, fue en la sede de EL TIEMPO.

En una de esa reuniones, en la vereda El Volador de Tierralta (Córdoba), Francisco les había pedido a el y a Castaño, crear un nuevo frente paramilitar en Bogotá, del cual Carlos Castaño le ofreció la comandancia.

Textualmente dijo Mancuso: "me sorprendí porque lo noté identificado con la causa" y porque "le dijo a Castaño que le gustaba el modelo (paramilitar) de Córdoba y que le gustaría que se repitiera en Bogotá".

En una de esas reuniones, continuó Mancuso, "Castaño le propuso a Santos que comandara el Bloque Capital, pero este se negó diciendo que no sabía de esas vainas". El desmovilizado narcoparamilitar, aseguro que una semana después se reunió en Bogotá con algunos periodistas de El Tiempo y que luego Santos escribió una columna titulada "Proyecto contrainsurgente" en donde hacía alusión a la estrategia de los narcoparamilitares.

Francisco, según los datos recogido mantenía una antigua relación con el Cartel de Medellín, muchos de cuyo miembros compraron al ejercito de la oligarquía colombiana el estatus de comandantes paramilitares.

Siendo jefe de redacción de El Tiempo, Francisco Santos Calderón se convirtió en noticia en 1990 al ser secuestrado, junto con otros periodistas, por la organización del asesinado narcotraficante Pablo Escobar. Por aquello del síndrome de Estocolmo, Francisco Santos comenzó una relación de aprecio y amistad con el capo y sus amigos.

Según se comenta, la honorable familia del creador del “Bloque Capital” de los paramilitares, Francisco Santos, negocio con el narcotraficante Pablo Escobar, para que este no le volara su periódico a través del reconocido narcotraficante Carlos Náder Simmonds, amigo de la familia Uribe y poderoso hacendado de Montelíbano (Córdoba) departamento donde tienen sus fincas, Álvaro Uribe, Salvatore Mancuzo y Carlos Castaño.

Según manifestaron en su momento los abogados del capo Pablo Escobar, los decretos de sometimiento a la justicia, promulgados por el presidente Gaviria, mediante los cuales se dio el escándalo conocido como la “Catedral”, fueron expedidos gracias a las negociaciones entre el confeso narcotraficante y la familia Santos.

El pomposo ministro de guerra, fundador del Partido de la U (por Uribe), también se reunió con los narcoparamilitares.


Según el mismo Salvatore Mancuso en la misma declaración, Juan Manuel Santos tuvo dos encuentros suyos con él y con Carlos Castaño en Córdoba. En una de los cuales les propuso "una especie de golpe de Estado". Golpe de estado que no se dio porque algunos personajes de la oligarquía tradicional se negaron a respaldar, trayendo como consecuencias el asesinato de alguno de ellos para silenciarlos y se dice en baja voz, que por eso fue asesinado el conservador Álvaro Gómez Hurtado.

Según Mancuso, la idea de Santos era crear un clima de conciliación que permitiría llamar a una asamblea constituyente y “tumbar” al entonces presidente liberal Ernesto Samper.

Ninguno de los dos “honorables” negaron los encuentros. El vicepresidente Francisco Santos, se escudo en una condición que no ejerce, el periodismo, para justificar la reuniones y su primo, el ministro de guerra Juan Manuel Santos, recurrió al mismo argumento que han utilizado casi todos los acusados del parauribismo: la paz.

Por su parte Guillermo Santos, el hombre de los computadores se conoce se reunión en una ocasión con Carlos Castaño en el norte de Colombia, reunión a la que fue invitado Salvatore Mancuso, pero este se negó a asistir.

En la conversación entre Castaño y Mancuso, donde el primero invita al segundo, Castaño se refiere a ellos en términos muy familiares, dice “mañana tengo una reunión con Guillermo Santos, el hermano de Francisco, le gustaría asistir?”

Según la jurisprudencia Uribista, todo el que se reúna con “terroristas” y según el imperio y ellos lo acatan, los narcoparamilitares son terroristas, de inmediato adquieren la condición de terrorista y según el general Padilla, se convierten en objetivo militar, ¿qué pasa con los Santos?.

No son las declaraciones de Mancuso y los hechos suficiente razón para abrir una investigación por lo menos contra Guillermo Santos ya que al vicepresidente, por sustracción de materia no hay quien lo juzgue y al ministro de guerra un tribunal de bolsillo descartó abrir proceso en su contra?

Los Santos por su condición, deberían ser los primeros en estar encarcelados.

* Director de Radio Café Stéreo

Web: www.ajpl.nu/radio

E-mail: info@ajpl.nu

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