Alguien me dijo hoy que lo mejor que pudo haber pasado fue que la derecha ganara la mayoría en la AN…
Así, de un año y pico para acá, han demostrado lo que realmente representan:
– La antipatria, cuando son capaces hasta de voltear nuestra digna y hermosa bandera
– La violencia desmedida, al no tener argumentos ni ideas con los cuales debatir el futuro del país
– La manipulación de la información más desalmada que existe, para buscar una intervención injerencista de potencias imperiales
– El terror más dantesco y sádico, que se refleja en las víctimas del chavismo como Robert Serra, Amelinda Castillo y Orlando Figuera
– La incapacidad para organizarse y la falta de liderazgo dentro del juego político, que les impide convertirse en la oposición seria que cualquier país merece.
– La incoherencia en el discurso que constantemente viven saboteando, mostrando ideas opuestas o la bipolaridad que se traduce en una constante confusión en el mensaje que llevan, “hoy si me gusta pero mañana puede que no”.
– La hipocresía palpitante, al escandalizarse y condenar enérgicamente ante los medios internacionales, que a un diputado abusador le dieron un empujón pero la ceguera y mutismo total, ante linchamientos selectivos y cuando han quemado vivo a otro ser humano, al que luego pretenden pedirle el voto y confianza.
– La memoria selectiva, para obviar los verdaderos abusos policiales de la PM o los atropellos y persecuciones de la Digepol, la inexistencia de algo llamado “la recluta”, el negarse a recordar las estafas inmobiliarias o cuando quebraron los bancos y se fueron con tu plata sin pagar cárcel o los bachilleres sin cupo o el “acta mata voto” o las tasas de mortalidad infantil o de pobreza extrema que tenía este país.
– La amenaza autoritaria de que: no me importan tus derechos porque los míos son más arrechos y entonces te tranco y te encierro en nombre de la “libertad” porque a mí me da la gana y punto
– La imposibilidad y carencia del poder de convencimiento, para atraer y sumar adeptos
– La brutal irresponsabilidad, casi como estilo de vida, al no asumir que las convocatorias a manifestaciones terminan siempre con desórdenes públicos, daños materiales, ecocidios y mínimo un muerto diario.
– La falta de humanidad y conciencia, ante los ataques y desbordamiento del odio más mezquino e irracional por el que piensa distinto
– El descaro absoluto, al usar como “desechables” las vidas de jóvenes venezolanos, justificándolas como sacrificio por una lucha fatua.
– La burla, por desconocer e irrespetar la Constitución y malinterpretar a conveniencia algunos artículos de la misma. Esa misma Constitución que no quisieron elegir en su momento.
– La falsedad, de los motivos por los cuales se insiste en desconocer la voluntad de la mayoría y el mayor ejemplo de pataleta de niño malcriado cuando no obtiene lo que quiere.
Así, de un año y pico para acá, han demostrado lo que realmente representan:
– La antipatria, cuando son capaces hasta de voltear nuestra digna y hermosa bandera
– La violencia desmedida, al no tener argumentos ni ideas con los cuales debatir el futuro del país
– La manipulación de la información más desalmada que existe, para buscar una intervención injerencista de potencias imperiales
– El terror más dantesco y sádico, que se refleja en las víctimas del chavismo como Robert Serra, Amelinda Castillo y Orlando Figuera
– La incapacidad para organizarse y la falta de liderazgo dentro del juego político, que les impide convertirse en la oposición seria que cualquier país merece.
– La incoherencia en el discurso que constantemente viven saboteando, mostrando ideas opuestas o la bipolaridad que se traduce en una constante confusión en el mensaje que llevan, “hoy si me gusta pero mañana puede que no”.
– La hipocresía palpitante, al escandalizarse y condenar enérgicamente ante los medios internacionales, que a un diputado abusador le dieron un empujón pero la ceguera y mutismo total, ante linchamientos selectivos y cuando han quemado vivo a otro ser humano, al que luego pretenden pedirle el voto y confianza.
– La memoria selectiva, para obviar los verdaderos abusos policiales de la PM o los atropellos y persecuciones de la Digepol, la inexistencia de algo llamado “la recluta”, el negarse a recordar las estafas inmobiliarias o cuando quebraron los bancos y se fueron con tu plata sin pagar cárcel o los bachilleres sin cupo o el “acta mata voto” o las tasas de mortalidad infantil o de pobreza extrema que tenía este país.
– La amenaza autoritaria de que: no me importan tus derechos porque los míos son más arrechos y entonces te tranco y te encierro en nombre de la “libertad” porque a mí me da la gana y punto
– La imposibilidad y carencia del poder de convencimiento, para atraer y sumar adeptos
– La brutal irresponsabilidad, casi como estilo de vida, al no asumir que las convocatorias a manifestaciones terminan siempre con desórdenes públicos, daños materiales, ecocidios y mínimo un muerto diario.
– La falta de humanidad y conciencia, ante los ataques y desbordamiento del odio más mezquino e irracional por el que piensa distinto
– El descaro absoluto, al usar como “desechables” las vidas de jóvenes venezolanos, justificándolas como sacrificio por una lucha fatua.
– La burla, por desconocer e irrespetar la Constitución y malinterpretar a conveniencia algunos artículos de la misma. Esa misma Constitución que no quisieron elegir en su momento.
– La falsedad, de los motivos por los cuales se insiste en desconocer la voluntad de la mayoría y el mayor ejemplo de pataleta de niño malcriado cuando no obtiene lo que quiere.
Gracias por mostrarnos lo que NO queremos que vuelva.
Gracias por demostrarnos a quienes NO queremos que gobiernen nuestro país.
Gracias por graficarnos lo que NO queremos ser, indolentes y disociados, amargados y enfermos de odio.
Gracias por demostrarnos a quienes NO queremos que gobiernen nuestro país.
Gracias por graficarnos lo que NO queremos ser, indolentes y disociados, amargados y enfermos de odio.
Gracias por afianzar nuestras convicciones y volvernos más CHAVISTAS que nunca
VICTORIA TORRES
@vickyzoe
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