Por: Douglas Bolívar
Escribe el renegado de Moreno-Uribe que Román Chalbaud le ofreció unas palabras para su blog sobre Julio César Mármol:
“Y no había, ni hubo, otro actor para caracterizar mejor el general José Antonio Páez (que Mármol). Unos cuarenta años después, más o menos, cuando estábamos rodando mi película Zamora, tierra y hombres, y al primer actor Gustavo Rodríguez se le ocurrió rechazar el personaje de Páez que le había asignado la Villa del Cine, la productora cinematográfica del Estado venezolano, recordé a Mármol y lo volví a llamar otra vez. Ya tenía la edad para el personaje. Hizo gloriosamente su trabajo, como nadie jamás podía haberlo caracterizado. En dos ocasiones libró, pues, con éxito sus batallas encarnando al gran héroe de Carabobo”.
Chalbaud no explica ni el renegado ahonda en el por qué el primer actor rechazó el papel que la había otorgado La Villa para encarnar nada menos que a Páez. Pero no seamos tarados, Rodríguez mandó ese trabajo a la ñoña porque no resiste trabajar con nada que huela a chavismo, ni siquiera Chalbaud. Su tolerancia tiene un límite muy corto, pero usted lo ve en televisoras y periódicos acusando de intolerantes a los otros. No dudo, incluso, que señale de intolerancia a Chalbaud, quien tuvo el bellísimo gesto de invitarlo a él (como ha hecho con todos) a trabajar en lo único que sabe hacer: actuar.
No hubo que caminar mucho para constatar la bipolaridad de Rodríguez, quien este lunes emerge en El Universal diciendo cosas tales: “
A mí me preocupa lo que está pasando en mi país. Me preocupa y me afecta de manera muy directa porque yo soy hombre de medios. Yo creo que la principal agresión que se ha manifestado en estos últimos años es justamente contra los medios de comunicación porque hay una pretensión de crear una hegemonía comunicacional. Yo respondo a un compromiso porque me han tocado muy de cerca mis medios, no solamente mi manera de expresión y mi ventana al mundo para yo enterarme y para escoger lo que quiero ver, sino que también es mi medio de sobrevivencia, mi campo profesional y mi fuente de trabajo. El miedo es libre y yo no quiero decir que la gente no tenga miedo y que uno no tenga temor de que vayan a ejercer represalias.
Pero yo tengo un compromiso ciudadano. No estoy ejerciendo ninguna actividad subverticia ni subversiva, ni anticonstitucional. Simplemente estoy manifestando mi disconformidad y mi disidencia con lo que está pasando, dentro de lo que yo mejor manejo que es la expresión teatral. Eso es todo”.
Ahí tienen a quien supo llenarse de gloria caracterizando a Pedro Estrada en la inspiración de la pluma de Julio César Mármol. Hago notar que el primer actor sostiene que tiene miedo de represalias, cuando por contrario ha sido él quien reprime a La Villa y a Chalbaud.
Sus palabras fueron recogidas en un teatro de calle en Chacaíto donde junto al imitador Rolando Salazar se han meado en la cara del Gobierno. Ese es su ghetto y el de los suyos: la calle libre.
El primer actor y sus colegas de las tablas están en la cola a la espera de que cualquier sala del país (unas realmente insólitas) les otorguen fechas para sus presentaciones, lo que es una situación realmente inaudita en Venezuela y temo que en muchos países. Pero nuestros actores y actrices no reconocerán su situación boyante, porque el naufragio en billetes no tiene precio al lado de salir a cumplir con la labor de lorito. Si no se aprenden el monólogo, no saldrán con Carla Angola y Kiko, quienes al menor atisbo de culipandeo increpan desalmadamente. En este sentido, la única que tiene las bolas de batirles en sus caras su militancia es Mimí Lazo.
Si usted revisa la fenomenal cartelera teatral, concluirá en que casi todas las obras son una basura, pero no se consiguen butacas, pero no es que las estructuras económicas del país viabilicen eso, sino la sociedad civil que tiene la caridad de irse a gastar cien bolos en frivolidades en medio de una depresión espantosa.
Tenía entendido, porque así lo informó el mismísimo Chalbaud en su blog, que el protagonista masculino de “Días de poder” sería el actor Carlos Mata, pero en las noticias que rastreo sobre el término del rodaje no encuentro el nombre de este también primer actor. Supongo que no pudo con la intolerancia de Chalbaud y de La Villa al invitarlo a trabajar. En todo caso, no te digo yo, se trata de una película ambientada en los años 60 en la que se cuestiona rudamente lo que entendíamos por democracia y se reivindica a la guerrilla.
Como se sabe, Chalbaud, Chocrón y Cabrujas conformaban el triángulo de las Bermudas. El primero es chavista y el segundo antichavista, pero protegen la amistad de toda una vida. Cabrujas tuvo decidida militancia en la izquierda e incluso militó en el MAS y arrastró a este partido a todo actorzucho y aspirante a actriz que le admiraba.
Justificó como nadie supo hacerlo la rebelión del 4F, pero ahora sus adoradores se embelesan diciendo que Cabrujas estaría volviendo mierda a la Revolución Bolivariana. Lo dudo quejode, con todo y que reconozco que él era una suerte de conciencia de esa falsa clase media intelectualizada a la que este inflexión histórica vino a delatar como uno de los grandes fraudes construidos en 40 años de democracia represiva.
Es muy difícil imaginar a Cabrujas contradiciendo su existencia, macerada desde la plaza Pérez Bonalde de Catia. Lo mismo de difícil que imaginar a Chalbaud desdiciéndose. Pero por supuesto que si Chalbaud ya no estuviera entre nosotros, los exorcistas se figurarían las películas que estaría haciendo contra este gobierno popular.
Ahí está el caso del tolerante de Orlando Urdaneta, quien supo tolerar que Chalbaud no lo acompañara en su esquizofrenia y entonces lo blasfemó, pero los blasfemos somos los otros.
Una vez que se produjo la salida de Emilio Lovera de Radio Rochela, se acordó que no tenía registro audiovisual de sus personajes, y fue a RCTV a pedirlos, y lo pusieron a hablar con Eladio Lares, quien le dijo: cómo no, chico, pasa por caja para que primero pagues. Eso lo declaró el propio actor a El Nacional envuelto en un arrecherón muy grande, pero ahora le anda lamiendo el culo a Granier y al propio Lares.
subcomandantebolivar.blogspot.com
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