¡Hola, Cosmos! Soy Irán

Jueves, 5 de febrero de 2009
¡Hola, Cosmos! Soy Irán
Por: Andrei Kisliákov

RIA Novosti. Por lo visto, Irán cumplió su promesa y antes de que terminara el presente año del calendario persa (el 20 de marzo) lanzó al espacio su cohete portador con el primer satélite nacional "Omid" (Esperanza).

El despegue exitoso del cohete ocurrió en la madrugada del 3 de febrero y la mayoría de las agencias de prensa (y también las iraníes) informaron que el satélite desde la órbita trasmitió a la Tierra un mensaje del presidente iraní en ocasión del histórico acontecimiento que, "oficialmente marcó la presencia de Irán en el espacio".

Aunque el lanzamiento del satélite iraní supone una noticia notable en el contexto de la historia de cosmonáutica y el desarrollo de los países en general. Las particularidades técnicas del lanzamiento y del artilugio no suponen ningún atractivo o novedad.

Es poco importante si el satélite "Omid" funcionará unos cuantos días o varios meses, ya que esos plazos están condicionados a los parámetros balísticos característicos de los vuelos suborbitales.

A nuestro juicio, lo importante es que Irán aspira a desarrollar su propio programa espacial al disponer de los recursos técnicos y humanos necesarios para conseguirlo.

El lanzamiento de su primer satélite con tecnología nacional evidencia que Teherán ha tomado en muy en serio su participación en la exploración del cosmos.

En la mayoría de los casos, el lanzamiento de satélites y aparatos realizados por países causa admiración y orgullo hacia el país protagonista y en ningún caso recelo o temor.

En este sentido, el programa espacial de Irán islamista ha tenido repercusiones muy peculiares, en parte, por opiniones preconcebidas de fuerzas influyentes en el mundo con la ayuda de medios de información.

Desafortunadamente, las aspiraciones espaciales de Irán declaradas pacíficas por las autoridades de Teherán han sido catalogadas por un amplio sector de expertos occidentales como una de las componentes para la fabricación de armas nucleares.

¿Existen motivos de preocupación a partir del éxito logrado en el último lanzamiento hecho por Irán? En principio, si los hay.

A partir de un país abstracto y la valoración de hechos concretos, se puede afirmar que los lanzamientos exitosos de cohetes balísticos de alcance intermedio, simultáneamente a lanzamientos de cohetes a vuelos suborbitales suponen la existencia de posibilidades técnicas para la ejecución de pruebas de armamento balístico estratégico.

Pero no hay ningún fundamento incluso el más mínimo para suponer que un país tras lanzar varios cohetes pueda a corto plazo poner en servicio activo sistemas de armamento nuclear eficaces.

La existencia de armas nucleares está determinada por una serie de parámetros concretos, y los principales son la inmediata capacidad operativa de esas armas y las posibilidades del sistema (portadores y ojivas) de desarrollar bajo cualquier circunstancia, todo el algoritmo de vuelo que es extremadamente complejo.

En las condiciones actuales, con la existencia de sistemas de alerta sobre lanzamiento de cohetes y recursos de intercepción la existencia de una o algunas unidades de armamento nuclear incluso exitosamente comprobadas están condenadas al fracaso.

La capacidad operativa del arsenal nuclear lo determina la rapidez de reacción ante bruscos cambios de la situación y la capacidad de adoptar y cumplir la decisión más adecuada.

En este sentido, es muy ilustrativo el ejemplo de la Unión Soviética. Así, en las etapas iniciales de su desarrollo, los preparativos para el lanzamiento del famoso cohete balísticos R-7 era de diez horas, y no obstante, las autoridades comunistas afirmaban estar en condiciones de asestar un ataque nuclear contra el territorio de Estados Unidos.

Potencialmente esa posibilidad existía, pero si se tiene en cuenta el tiempo que se necesitó para preparar el cohete, las posibilidades de éxito de ese ataque eran mínimas.

Por esta razón, no hay ningún fundamento para suponer que Irán a partir del lanzamiento de su satélite nacional ya se encuentra en la recta final, y su armamento nuclear (que entre otras cosas todavía no ha aparecido) cumpla los requisitos operativos que requiere el armamento nuclear estratégico moderno.

Además, una cosa el lanzar un satélite a una órbita cercana y otra muy diferente efectuar el lanzamiento de un cohete en vuelo de trayectoria espacial para ubicar una ojiva nuclear en su blanco a distancias intercontinentales.

Y para ilustrar mejor este aspecto, es útil recordar de nuevo las experiencias de la URSS, que tras obtener la bomba nuclear tuvo que recorrer un largo y complicado camino hasta que pudo conseguir el codiciado "garrote nuclear" para intimidar a sus adversarios.

Los científicos soviéticos tuvieron que pasar cantidades inimaginables de pruebas y experimentos para solucionar los problemas relacionados con la destrucción de las ojivas nucleares en el momento de reingreso a las capas densas de la atmósfera y el restablecimiento de los sistemas de navegación para que la carga pudiera impactar con exactitud en el blanco.

En realidad, el histórico "bip-bip" emitido por el primer satélite artificial lanzado por el hombre en 1957, no fue más que un episodio de la grave crisis que vivió el programa militar nuclear soviético.

En otras palabras, los responsables del programa nuclear soviético promovieron el proyecto del satélite "Sputnik" para por cierto tiempo, desviar la atención de la élite comunista que para ese momento, sólo estaba interesada en el desarrollo del armamento nuclear.

Es verdad que el efecto obtenido por el "Sputnik" y la resonancia mundial que tuvo el primer satélite artificial de la historia sobrepasó todas las expectativas, pero esa ya es otra historia....


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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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