Escenarios probables de la guerra entre Georgia y Abjasia
Iliá Krámnik, RIA Novosti. Hasta el momento, el conflicto entre Georgia y la región separatista de Abjasia no ha desatado un enfrentamiento armado en el Cáucaso y no obstante, ya circulan pronósticos sobre su desenlace final.
Los más radicales suponen que ese contencioso desatará un conflicto nuclear entre Rusia y la OTAN, y sin llegar a esos extremos, presentamos el escenario más probable del conflicto georgiano-abjasio.
Según la información disponible, a finales de 2007, las Fuerzas Armadas de Georgia contaban con 33.000 efectivos, de ellos, 22.000 soldados de infantería, divididos en cinco brigadas y ocho batallones autónomos.
A disposición de estas unidades existen más de 200 tanques entre ellos 40 T-55 y 165 T-72 que actualmente se encuentran en período de modernización. Además, la infantería de Georgia tiene otros 200 vehículos de guerra, la mayoría (180 unidades) BMP (vehículos para el transporte de infantería) y BTR (carros de combate blindados).
El Ejército de tierra de Georgia cuenta con apoyo de al menos 120 piezas de artillería de 122-152 milímetros, 40 sistemas lanzamisiles múltiples y 180 morteros de 120 mm, y 82 mm.
Su Fuerza Aérea está dotada de entre 10 y 12 cazas Su-25, de los cuales 4 ó 5 se encuentra en disponibilidad de combate, al menos 15 aviones de instrucción L-29 y L-39 de fabricación checa que pueden ser empleados como cazas ligeros y 30 helicópteros, entre ellos ocho Mi-24.
La Armada de Georgia tiene más de una decena de buques de diferente tipo, entre ellos, vale destacar dos lanchas portamisiles, una de fabricación francesa con cuatro misiles antibuque Exocet, y la otra lancha soviética del proyecto 206 MR con dos misiles P-15M. Los expertos tienen muchas dudas sobre la capacidad combativa y las reservas de municiones de ambas lanchas.
En este conflicto, a las Fuerzas Armadas de Georgia se enfrentan las denominadas Fuerzas de Autodefensa de Abjasia integradas por 10.000 hombres.
El Ejército de tierra de Abjasia tiene al menos 60 tanques entre ellos, 40 T-72, 85 piezas de artillería, morteros de 122 y 152 milímetros y 116 vehículos blindados de varios tipos. Además, la infantería abjasia tiene un arsenal considerable de municiones antitanque, desde lanzagranadas RPG-7, hasta misiles Konkurs-M.
Abjasia también posee Fuerza Aérea integrada por cinco cazas Su-25, uno o dos bombarderos Su-24, un caza MiG-23, de tres a cuatro aviones L-39 y entre 3 y 4 helicópteros. Ciertas fuentes afirman que Abjasia tiene entre uno y dos cazas
Su-27, pero esa información es poco probable.
Para la guerra marítima, la Armada de Abjasia cuenta con cerca de una veintena de lanchas dotadas con ametralladoras y cañones automáticos de bajo calibre.
Teniendo en cuenta las condiciones de terreno montañoso donde se desarrollará la mayor parte de las acciones de guerra, la ventaja numérica de las tropas no supone un factor favorable determinante.
En condiciones de montaña y relieve irregular, un grupo reducido de tropas, durante largo tiempo pueden contener el avance de tropas numéricamente superiores.
El desenlace de un hipotético enfrentamiento armado entre Georgia y Abjasia en mayor medida dependerá de la preparación y capacidad combativa de las partes y también de la influencia de una tercera fuerza, más que todo de las tropas rusas que forman parte de las Fuerzas de Interposición de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Durante cierto tiempo, se consideró que la preparación militar de las tropas georgianas era deficiente por lo que ciertos países prestaron ayuda a Georgia para solucionar ese problema. La cooperación militar brindada por Estados Unidos los últimos años ha permitido mejorar la preparación y capacidad operativa de algunas unidades militares de élite, sin embargo, el nivel de preparación de la mayor parte de los efectivos militares georgianos todavía es inadecuado.
Según los instructores estadounidenses, los oficiales georgianos están fuertemente influenciados por la corrupción y el hurto, prácticamente no existen suboficiales preparados y el estado moral de la tropa es muy bajo.
A consecuencia de lo anterior, el armamento y equipos (más de un 50 %) no está en condiciones de operar de forma óptima y coordinada en combates en condiciones extremas.
En cambio, la preparación y capacidad combativa de las tropas abjasias es mucho más alta. Antes que todo, los expertos destacan su elevado nivel de motivación, puesto que los abjasios consideran que la guerra contra Georgia es una guerra justa porque combate a un agresor que una vez más atenta contra la independencia de Abjasia.
Las unidades militares de Abjasia están dirigidas por oficiales preparados en academias militares rusas, y muchos de ellos tienen experiencia de combate porque participaron en conflictos en las repúblicas de la extinta Unión Soviética a comienzos de los años 90.
Otro factor adicional a favor de Abjasia es la simpatía y solidaridad por parte de otras nacionalidades del Cáucaso como, por ejemplo, los osetios que han tenido roces y contenciosos similares con Georgia.
También es probable que a favor de Abjasia puedan intervenir voluntarios chechenos, como ocurrió en 1993, y en este caso, los militares georgianos se enfrentarán a tropas muy bien entrenadas y con mucha experiencia.
De esta manera, en el caso de que Georgia intente por su cuenta resolver el conflicto con Abjasia por la fuerza, el desenlace más probable será la pronta derrota del Ejército georgiano.
Esta situación puede cambiar si en una u otra forma interviene un país extranjero. Si, por ejemplo, EEUU decide ayudar a Tbilisi con armamento, información táctica y ayuda logística para destruir objetivos abjasios clave.
También es posible que de parte de Georgia participen "recientes miembros de la OTAN" o países considerados como los más leales a EEUU como Polonia y los Estados bálticos.
En este caso el resultado de esa intervención será la separación del sur y el oriente de Abjasia y el emplazamiento allí de tropas de la OTAN.
Cabe destacar que la intervención directa de la OTAN en el conflicto entre Georgia y Abjasia es poco probable porque un desenlace desfavorable, en este caso, muy probable, puede comprometer seriamente la reputación del bloque atlántico.
Indudablemente, Bruselas y Washington comprenden muy bien este tipo de riesgo y por eso es difícil suponer que están dispuestos a asumir la carga de una guerra de guerrillas en el Cáucaso.
Finalmente, todavía queda una variante de desarrollo del conflicto a partir de prolongadas y difíciles negociaciones acompañadas de un permanente ruido de sables.
Teniendo en cuenta la intransigencia demostrada por las partes, con Georgia que niega la independencia y Abjasia que rechaza categóricamente ser parte de Georgia, hay que suponer que el conflicto terminará con un divorcio similar los que ocurrieron en los Balcanes.
De hecho, ese divorcio ya ocurrió. Sólo queda su reconocimiento jurídico que será tema de negociaciones entre Tbilisi y Sujumi, y entre Washington y Moscú.
Precisamente el Kremlin y la Casa Blanca deberán encontrar la vía para solucionar este conflicto. Lo molesto es que en este caso las partes no negociarán el emplazamiento de cohetes o pozos de petróleo sino el destino de vidas humanas.
Queda esperar que la escala de valores que defenderá el Kremlin y la cancillería rusa en esas negociaciones prevalezca a las ofertas más atractivas sobre el escudo antimisiles en Europa o provechosos contratos energéticos.
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