Por: Ricardo Abud
El tecnofeudalismo es una corriente de pensamiento económico y social que interpreta las dinámicas contemporáneas del capitalismo a través del lente de las relaciones feudales, adaptadas a un contexto dominado por las tecnologías digitales y las grandes plataformas. A continuación, se analiza este fenómeno en profundidad.
El tecnofeudalismo es un término utilizado para describir un sistema económico y social en el que las dinámicas de poder y riqueza recuerdan a las relaciones feudales de la Edad Media, pero están impulsadas por el control de la tecnología, los datos y las plataformas digitales. A diferencia del capitalismo clásico, que se basa en el intercambio competitivo de bienes y servicios, el tecnofeudalismo pone énfasis en el control monopolístico de recursos digitales y la extracción de valor mediante mecanismos de vigilancia, rentismo y dependencia tecnológica.
Las características más resaltantes se pueden discriminar de la siguiente forma:
• Concentración del poder: las grandes corporaciones tecnológicas (Big Tech) actúan como señores feudales, controlando los ecosistemas digitales y extrayendo valor de los usuarios.
• Dependencia tecnológica: los usuarios y pequeñas empresas dependen de las plataformas para participar en la economía digital.
• Monopolios digitales: dominio de unos pocos actores sobre el acceso a los datos, algoritmos y redes sociales.
• Economía de la vigilancia: la extracción de datos personales y su utilización para influir en comportamientos, similar a la extracción de rentas feudales.
• Desigualdad estructural: incremento de la brecha entre quienes controlan las plataformas y el resto de la población.
El concepto de tecnofeudalismo surge en el contexto de las transformaciones globales impulsadas por la digitalización y la expansión de las plataformas tecnológicas en el siglo XXI. Aunque el término ha ganado tracción en años recientes, su origen conceptual está vinculado a la crítica al capitalismo digital y al neoliberalismo.
La crisis del capitalismo financiero de 2008 puso en cuestión la capacidad del sistema para generar igualdad y crecimiento sostenible. En este marco, el tecnofeudalismo aparece como una evolución distorsionada del sistema.
• Expansión de Big Tech: empresas como Amazon, Google, Facebook (Meta) y Apple han consolidado su poder al controlar no solo el mercado, sino también los datos personales y las infraestructuras digitales esenciales.
• Auge de la economía de plataformas: estas no producen directamente, sino que actúan como intermediarias, capturando una parte significativa de las ganancias a través de rentas digitales.
• Pandemia de COVID-19: aceleró la dependencia global de estas plataformas, consolidando aún más su poder económico y social.
Personeros del tecnofeudalismo
• Yanis Varoufakis: el economista griego es uno de los principales exponentes del tecnofeudalismo. Argumenta que el capitalismo ha sido reemplazado progresivamente por un sistema en el que los datos y el control de plataformas digitales permiten a las empresas extraer valor directamente de los usuarios, en lugar de competir por mercados.
• Shoshana Zuboff: aunque no utiliza el término tecnofeudalismo directamente, su obra La era del capitalismo de la vigilancia describe cómo las grandes corporaciones tecnológicas se han apropiado de los datos personales para generar beneficios, creando una estructura de poder similar a la feudal.
• Nick Srnicek: en su libro Capitalismo de plataformas, analiza cómo las plataformas digitales han transformado las dinámicas económicas, convirtiéndose en monopolios que controlan el acceso a servicios esenciales.
• Cédric Durand: el economista francés argumenta que el tecnofeudalismo no solo es una evolución del capitalismo, sino una forma de regresión histórica que destruye los valores democráticos en favor de estructuras jerárquicas y autoritarias.
Implicaciones del tecnofeudalismo
• Sociales:
• Pérdida de autonomía: los usuarios pierden el control sobre sus datos y decisiones debido a la manipulación algorítmica.
• Fragmentación social: las plataformas fomentan burbujas informativas y polarización, debilitando el tejido social.
• Económicas:
• Desigualdad extrema: la concentración de riqueza en manos de unas pocas empresas tecnológicas exacerba las brechas económicas.
• Dependencia estructural: las economías dependen de las plataformas para operar, reduciendo la soberanía económica.
• Políticas:
• Debilitamiento de la democracia: el poder de las plataformas para influir en elecciones y políticas amenaza las estructuras democráticas.
• Monopolios privados: la falta de regulación efectiva permite que estas empresas actúen con impunidad.
Similitudes con el feudalismo
• Concentración del poder: en ambos sistemas, el poder se centraliza en un grupo reducido (señores feudales en la Edad Media, grandes corporaciones hoy).
• Explotación: en lugar de tierras, las plataformas controlan datos y ecosistemas digitales, extrayendo rentas de los usuarios.
Diferencias con el capitalismo clásico
• Producción vs. rentismo: mientras el capitalismo clásico se basa en la producción competitiva, el tecnofeudalismo se centra en la extracción de valor mediante el control de plataformas.
• Mercados abiertos vs. monopolios cerrados: el capitalismo promueve la competencia, mientras que el tecnofeudalismo prospera en monopolios.
El tecnofeudalismo representa un sistema profundamente antiigualitario que amenaza con exterminar los valores democráticos y la autonomía individual. Si no se regula adecuadamente, podría consolidarse como un sistema autoritario global, eliminando cualquier posibilidad de resistencia desde la sociedad civil.
El tecnofeudalismo plantea un desafío crucial para el siglo XXI. Aunque se presenta como una evolución tecnológica inevitable, es esencial reconocer sus peligros inherentes y trabajar hacia alternativas más democráticas y equitativas. Regulaciones más estrictas, soberanía digital y una redistribución justa de los beneficios tecnológicos son necesarias para evitar que este modelo se convierta en una distopía irreversible. Romper con el vínculo esencial de nuestras sociedades, como es la familia, forma parte del planteamiento ideológico subliminal de esta tendencia. Debemos procurar restricciones y regulaciones que permitan enfoques más igualitarios y menos depredadores. Es momento de actuar.
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