Los brotes de la enfermedad se han vuelto cada vez más infrecuentes, pero aún aparecen casos.
La semana pasada Mongolia informó que dos personas se infectaron con peste bubónica por consumir carne de marmota cruda, y las autoridades introdujeron medidas de aislamiento en el oeste del país. Asimismo, China detectó otro caso y advirtió a la población contra la caza, el consumo o el transporte de animales potencialmente infectados. Sin embargo, ¿hay que preocuparse por el surgimiento de la peste o no?
La peste bubónica es causada por la bacteria 'Yersinia pestis' y puede ser transmitida a humanos por la mordedura de una pulga infectada, un parásito en ratas y pequeños mamíferos. En el siglo XIV, la enfermedad —conocida entonces como peste negra— se cobró la vida de más de 50 millones de personas en Europa, según datos de la Organización Mundial de la Salud (la OMS).
La peste puede ser una enfermedad muy grave, particularmente en sus formas septicémicas y neumónicas. En ausencia de tratamiento, la tasa de letalidad puede alcanzar entre un 30 % y 100 %.
La peste bubónica hoy
Los brotes de la peste bubónica se han vuelto cada vez más infrecuentes, pero aún se registran casos. Entre 2010 y 2015, se reportaron 3.248 personas enfermas en el mundo y 584 de ellas murieron.
Mongolia Interior (región autónoma china) detectó cuatro casos de la enfermedad en noviembre de 2019, incluidos dos de peste neumónica. Asimismo, China notificó 26 casos y 11 muertes desde 2009 a 2018, según Reuters. Desde la década de 1990, la mayoría de los casos han ocurrido en África. Los tres países más endémicos son Madagascar, la República Democrática del Congo y Perú.
¿Hay que preocuparse?
Según la OMS, actualmente la peste puede ser fácilmente tratada con antibióticos de manera eficaz si se diagnostica a tiempo. Además, la organización aconseja que se apliquen las precauciones habituales para evitar la infección y se evite el contacto directo con animales o personas infectadas.
Los antibióticos utilizados habitualmente contra las enterobacterias pueden curarla si se administran con prontitud. Antibióticos como la estreptomicina, la gentamicina, la doxiciclina o la ciprofloxacina se usan para tratar la peste.
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