La hermana república, como decimos aquí, está parcialmente bloqueada por el imperio. Su presidente no solo lo sabe, sino que lo aplaude. Los seis millones de colombianos que viven en Venezuela sufren los devastadores efectos de la orden ejecutiva de Trump contra la patria de Bolívar. A la oligarquía neogranadina nunca le ha importado su pueblo, menos la suerte de esa parte de sus connacionales que vive en los cerros de Caracas y los barrios de Maracaibo, San Cristóbal o Ciudad Guayana.
Pese a que la derecha venezolana y su autoproclamado, para lavarle la cara al imperio, repiten que las sanciones solo afectan a los “jerarcas del régimen”, lo cierto es que con el bloqueo los sancionados son los 30 millones de venezolanos, incluidos allí los seis millones de hermanos colombianos que llegaron a esta generosa Venezuela, aventados por el latifundio, el hambre, la explotación y la violencia endémica del país de Gaitán y el Gabo. Vea
El odio fraterniza a las derechas de ambas riberas del Arauca vibrador. Aquí, la oposición extrema pide el bloqueo y la invasión. De aquel lado, lo solicita la oligarquía y lo aplaude quien funge de su presidente, Duque. Es la misma casta que delató a los campesinos de la ciénaga para que la transnacional bananera, United Fruit, los masacrara y apilara los 3.000 cadáveres que Gabriel García Márquez exhuma en Cien años de soledad. “Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña brava…”
La Asamblea Nacional, no solo en desacato sino en “modo entrega”, declara por jeta de sus miembros que el bloqueo y las sanciones no afectarán a los venezolanos, que son inocuas y casi que beneficiosas. Se lo dicen al campesino sin semillas, al transportista sin repuestos, a la ama de casa sin leche ni jabón, al empresario sin financiamiento y a los enfermos sin la medicina que el imperio no deja comprar ni entrar al país.
Si la violencia paramilitar, guerrillera, “narco” y oficial que golpea al vecino país desde hace más de medio siglo afecta a Venezuela, de igual modo las sanciones y el bloqueo que EEUU impone a nuestra patria harán estragos en los seis millones de colombianos que albergamos, desde el Arauca hasta el Esequibo. Tampoco estos hermanos, como el viejo coronel sin pensión de guerra, tienen quien les escriba.
Profesor UCV
Fuente: UN
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