Por: Ricardo Abud.
Definición: Una crisis humanitaria es una situación de
emergencia en que se ven amenazadas la vida, salud, seguridad o bienestar de
una comunidad o grupo de personas en un país o región. Esta crisis puede
deberse a motivos políticos (guerras, conflictos civiles que provocan
desplazamientos masivos de población, etc.), ambientales (terremotos,
tsunamis…) o sanitarios (epidemias), y se caracterizan por que el país que las
sufre no cuenta con una capacidad de respuesta suficiente para hacerle frente,
por lo que requiere la recepción de ayuda humanitaria por parte de otros países
donantes. http://www.realidadayuda.org/glossary/crisis-humanitarias-olvidadas
Hoy en día en Venezuela la oposición antichavista ha popularizado
el término de “Crisis Humanitaria” como método
de lucha, utilizando voceros nacionales e internacionales así como la fuerza de
sus medios de comunicación y aliados en EEUU y la Unión Europea. ¿Existe en el
país una crisis humanitaria?
De acuerdo a la definición antes descrita, la repuesta es
no, en Venezuela no existe una crisis humanitaria, que posibilite una clara intención
de injerencismo en el país y selle con ello el proceso de autodeterminación que
en la actualidad vive el pueblo venezolano. La incapacidad de la oposición antichavista
para resolver la diatriba política los lleva a solicitar esa “ayuda humanitaria”
que no es más que una intervención militar, que brinde las condiciones
necesarias para deponer el gobierno democrático que preside Nicolás Maduro.
Ayuda humanitaria es sinónimo de intervención política con
la fuerza, que tiene como objetivo el “restablecimiento político”, son muchos
los ejemplos, Ruanda, la ex Yugoslavia, Libia, Siria, la oposición venezolana
solicita la “ayuda humanitaria” como solución a sus problemas que no quieren
dirimir en procesos eleccionarios, democráticos ante su incapacidad manifiesta,
es la solución necesaria “vista por ellos” para disfrazar una intervención militar
de facto que acabe con el proyecto político que encamino Hugo Chávez Frías. La “ayuda humanitaria solo representaría un
negocio muy rentable para Estados Unidos que la ha promocionado y la ha puesto
en boca de aquellos que no tienen el mas mínimo concepto de patria, libertad,
democracia y nacionalismo, entregar las riquezas de nuestra nación a aquellos
que cálidamente allanarían ese canal humanitario para salir de la crisis que ellos
mismos han generado. De vivir Venezuela una crisis humanitaria, no sería
el primer país en aterrizar con suministros médicos y alimenticios en países
hermanos que han vivido catástrofes naturales en los últimos años en el Caribe.
Demás está decir que aquellos países donde la valoración de crisis humanitaria
se ha concretado, haya sido resuelta por el contrario arrasan de la manera más
vulgar con las riquezas de esos países (caso África) la miseria y el hambre
siguen intactas después de haber allanado esos canales humanitarios.
Venezuela más allá de vivir la precitada crisis, vive un
sabotaje inducido e inflacionario que está ahogando al pueblo venezolano, se pretende conducir al país a un caos social
y económico que desemboque en un estallido popular ante las sanciones y medidas
tomadas internacionalmente con una política de asfixio financiero. Los principales
actores de la promoción de esta crisis son los partidos Primero Justicia y Voluntad
Popular, partidos de clara definición fascista, antipopular y antidemocrática.
El país en la actualidad vive muchas dificultades, negarlo sería
visceral, una promovidas por la derecha (para crear el caldo de cultivo
necesario para lograr esa “ayuda” y con el ello la intervención militar) y otras
por inanición del gobierno.
Cabe destacar que para lograr sus objetivos la derecha local
e internacional ha promovido la tesis de “crisis” implementando una guerra sin
balas, la guerra económica en la cual participa toda la oligarquía interna y
externa, con fines deleznables, inhumanos y perversos que ha logrado desde el
2012 dislocar nuestra economía, que van incluso al desaparecimiento progresivo
de medicamentos, sacar de los anaqueles los productos de primera necesidad y reconducirlos
al mercado ilegal, lo cual ha generado descontento en la población, han logrado
degradar nuestro símbolo monetario y su poder adquisitivo a niveles nunca
vistos en el país, encareciendo cada día más el salario del pueblo humilde y trabajador.
La pretensión es clara de la consabida guerra
económica, desestabilizar la economía como modelo de inclusión y satanizar al
modelo socialista implementado en la Revolución Bolivariana.
En la actualidad han logrado desajustar la economía venezolana,
para ello se han valido de la utilización de un dólar paralelo, anómalo, que
asesina el poder adquisitivo del venezolano a niveles nunca vistos en el país,
empresarios inescrupulosos que especulan día a día a capricho, manipulan los
procesos de: importación llevados a cabo por el gobierno o través de la entrega
de divisas controladas para tales fines, la producción, distribución mayorista
y minorista, así como al fuga de nuestra moneda, lo que ha equivalido a montar
a la oposición a la ofensiva y la promoción de una intervención disfrazada, el
gobierno en mala praxis sigue a la defensiva y fomenta políticas de protección
social para el pueblo que no tienen asidero en el mediano plazo, sin mencionar
los grandes niveles de corrupción privados y públicos que contribuyen a
maximizar el caos económico en el país.
Pasqualina Curcio en su libro “La mano visible del mercado. Guerra económica
en Venezuela” señala como instrumentos de la guerra económica: 1) el
desabastecimiento programado de bienes esenciales; 2) la inflación inducida; 3)
el boicot en el suministro de los bienes de primera necesidad; 4) el embargo
comercial encubierto; y 5) el bloqueo financiero internacional. Lo que viene a
reafirmar la tesis de la guerra económica que amparada en campañas mediáticas pretenden
culpar al gobierno del desastre que enfrentamos desde el momento de fomentar y aplicar
un modelo económico alternativo que genere justicia y bienestar social y con ello la inclusión promovida por Chávez.
Los encargados de profundizar la guerra económica son las
grandes corporaciones de alimentos, medicamentos e incluso artículos de higiene,
nacionales e internacionales en el país, han conseguido la inutilización del
valor de nuestra moneda así como el salario del trabajador fomentado el
descontento entre los venezolanos y provocando la fuga interminables de
compatriotas al extranjero, fuga de cerebros y personal técnico capacitado que
en estos momentos podría estar coadyuvando con el fortalecimiento del aparato productivo
del país.
La manifestación más clara de esta guerra económica ha sido
materializada por la utilización de un arma silenciosa que internet ha proveído
con fines políticos como lo es la tasa de cambio del dólar paralelo curándole
un daño irreparable a nuestro símbolo monetario, llevando a Venezuela a alcanzar
niveles hiperinflacionarios con el inmenso malestar en la población y un
complejo escenario político y económico, lo que pretenden utilizar sistemáticamente
para allanar el camino a una intervención militar caricaturizada como “ayuda
humanitaria”
Ante la coyuntura actual la oposición solicitaba el adelanto
de las elecciones, hoy el gobierno liderado por Nicolás Maduro le ha dado lo
que solicitaba la oposición venezolana, elecciones presidenciales para el próximo
22 de abril, ya no quieren adelanto de elecciones quienes las solicitaban, sus
jefes (EEUU) la rechazan ante lo sería una derrota incuestionable para ellos,
ya que más allá de la crisis el pueblo venezolano se ha crecido en conciencia política
y ha entendido cual es el papel que le toca jugar, tenemos el derecho
irrefutable a la autodeterminación, a la no injerencia de factores externos en
el proceso político venezolano, si quieren desmontar el modelo político que promovió
el líder fundamental de la Revolución Bolivariana, como lo fue y es Hugo Chávez,
tendrán que derrotar este modelo de inclusión
en elecciones única vía para dirimir las
diferencias, de lo contrario el derramamiento de sangre será desbastador así como
la recuperación política y económica del país.
NO HAY NADA MÁS
EXCLUYENTE QUE SER POBRE.
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