El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, repudió fuertemente los recientes cuestionamientos de Estados Unidos sobre el papel del país sudamericano en el Consejo de Derechos Humanos, de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En su cuenta en la red social Twitter, el ministro venezolano para Relaciones Exteriores consideró un descaro sin precedentes las declaraciones de la representante del país norteño ante esa instancia de la ONU, Nikky Haley.
También exhortó a la funcionaria estadounidense a preocuparse por las atroces violaciones de Estados Unidos a los derechos humanos en el mundo.
'Sin dudas EEUU es el principal violador de Derechos Humanos en el mundo: guerras por petróleo, bombardeos a civiles, bloqueos económicos...', escribió Arreaza en la referida red social.
Indicó que 'de la señora Haley se percibe un notable nerviosismo ante la acción internacional de Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos, mediante la Diplomacia Bolivariana de Paz'.
En otros mensajes en Twitter, el canciller condenó el apoyo del gobierno de Alemania a los líderes de la ultraderecha venezolana, responsables de la muerte de centenares de personas durante el plan golpista perpetrado de abril a agosto por la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
'Repudiamos el apoyo dado por el Gobierno alemán a políticos opositores que han atentado contra la democracia y la paz en Venezuela', expresó Arreaza.
Tras recibir al presidente de la Asamblea Nacional (AN) en desacato, Julio Borges, la canciller alemana, Ángela Merkel, manifestó su apoyo a 'las fuerzas democráticas', según tuit publicado por el portavoz del Gobierno del país europeo, Steffen Seibert.
En respuesta, el jefe de la diplomacia venezolana rechazó la postura injerencista de la nación europea a favor de políticos de derecha que atentaron contra su propio país, dijo.
Arreaza conminó a Merkel a documentarse de manera objetiva sobre la realidad de Venezuela, y para ello le sugirió acercarse a la embajada venezolana en Alemania.
De igual modo, instó al gobierno alemán a abandonar su posición parcializada sobre la República bolivariana, pues advirtió que con esa actitud 'su credibilidad internacional está en duda'.
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