El 9 de agosto de 1987 se inició uno de los mayores episodios de tensión militar entre Colombia y Venezuela en la historia contemporánea, con la incursión de la corbeta Caldas, barco de guerra de las fuerzas armadas colombianas que ingresó en aguas jurisdiccionales venezolanas, al occidente del país.
La situación fue manejada de forma solapada por el Estado venezolano sin hacer respetar la soberanía nacional a través de los canales oficiales, aseveró el capitán de fragata Alfredo Castañeda, quien a cargo del patrullero venezolano ARV Libertad interceptó la embarcación extranjera y ordenó su retirada.
"Esta situación fue totalmente silenciada por los medios de comunicación y el gobierno nacional. Fue Blanca Ibañez, la compañera del entonces presidente Jaime Lusinchi, quien se comunicó con el alto gobierno colombiano, totalmente fuera de los canales oficiales, para solventar la situación", indicó el capitán retirado.
Ante la advertencia de Castañeda, el capitán de la Caldas replicaba que se encontraba en aguas colombianas en ejercicios de rutina, y aunque en principio se retiró del golfo de Venezuela, el navío de guerra permaneció muy cerca, con nuevas incursiones en días posteriores. Esto produjo una alerta militar con fuertes movimientos tácticos de las fuerzas Naval y Aérea de ambos países.
El 18 de agosto, a nueve días de crisis, los navíos venezolanos esperaban la orden de abrir fuego contra las naves invasoras, cuando el gobierno colombiano ordenó su retirada.
A 30 años de la llamada crisis de la corbeta Caldas, el capitán de fragata Alfredo Castañeda califica esta acción como una provocación dirigida desde centros de poder internacional, históricamente interesados en controlar los recursos naturales venezolanos, como es el caso del golfo de Venezuela, rico en petróleo y gas natural.
"Inducido por los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU), Colombia siempre ha querido ejercer presión militar sobre Venezuela, y en gran parte surtió efecto. Casi un tercio del golfo de Venezuela fue entregado a Colombia con un tratado firmado en 1983 (bajo el gobierno de Luis Herrera Campins, cuatro años antes de la crisis). Posterior a eso vino esta incursión, que fue una táctica de la aristocracia colombiana controlada por los EE.UU", enfatizó el capitán.
Frente a esta situación de tensión internacional, que casi ocasionó un conflicto bélico entre ambos países, la reacción del gobierno venezolano fue totalmente sumisa -aseveró Castañeda- al evitar la confrontación abierta, y el reclamo de una violación a la soberanía de la nación, por temor a las determinaciones del poder internacional.
"Para el día nacional de la Armada venezolana (celebrado cada 24 de julio) yo solicité condecoraciones para toda mi tripulación que participó en esta defensa de nuestra soberanía, y fueron negadas. Sin embargo, el Gobierno nacional condecoró a dos oficiales colombianos por supuesta cooperación de amistad. A los gobiernos del puntofijismo nunca les interesó confrontar en el plano internacional para poder seguir desangrando al país", recordó.
Castañeda aseveró que en el contexto actual Venezuela no está exenta de recibir una provocación internacional de la misma naturaleza, "pero si eso ocurre hoy en Venezuela les diremos: respeten porque nos van a encontrar. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el gobierno nacional están totalmente dispuestos a defender nuestra soberanía en todas las instancias".
AVN
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