Los yerros del FMI
Por: Raúl de Sagastizabal
La tormenta que amenaza a la economía mundial está a la vista desde que se iniciara la crisis de los activos tóxicos hace cinco largos años. Aquella crisis no ha terminado, ni se ha revertido, sino que ha mutado en múltiples crisis: del déficit fiscal y la deuda soberana, de la pobreza, del desempleo y el alza del precio de los alimentos y los combustibles, etc.
Sin embargo el Fondo Monetario Internacional ha tenido que mojarse la cara para advertir, finalmente, que llueve.
Y cambia radicalmente sus pronósticos anteriores, de hace apenas tres meses, con la misma liviandad que si estuviera aconsejando sobre una receta de cocina, y sin la menor disculpa. Ensaya apenas como explicación que los datos son ahora más claros y culpa en parte al terremoto de Japón.
Téngase presente que el Fondo Monetario es un organismo público internacional, y que hasta el último centavo que gasta, presta o derrocha es dinero de los contribuyentes, de los países ricos y de los países pobres, que pagan millonarios sueldos a sus funcionarios para que se ocupen justamente de promover la estabilidad financiera mundial y alertar sobre posibles desequilibrios.
Entre sus más recientes pronósticos, en julio pasado, la entonces flamante Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, decía que:
“Grecia ha hecho ‘algunos progresos’ en relación con sus reformas económicas y que el FMI prevé que el país vuelva a un crecimiento económico positivo el año próximo”.
El año pasado el FMI le dijo a Grecia que saldría del paso si seguía sus consejos, y le impuso un severo programa de ajuste a cambio de un rescate de US$110.000 millones, que irían directo al pago de deudas y no a planes de recuperación. A esta altura se estudia un segundo similar rescate para evitar el default griego, y el país acaba de anunciar su segundo plan de ajuste para convencer a sus socios europeos que liberen un tramo de los fondos acordados el año pasado, porque en octubre no puede ni pagar sueldos. Hay huelga general y cientos de miles de desempleados deambulan por las calles de Atenas.
No menos sorprendentes son las sucesivas declaraciones de Olivier Blanchard, Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del FMI, que en abril de este año publicaba[i]:
La recuperación mundial se afianza, las tensiones se agudizan.
La recuperación económica mundial[ii] toma fuerza, pero mantiene su desequilibrio.
La historia en tres números. Esperamos que la economía mundial crezca aproximadamente un 4,5% tanto en 2011 como en 2012; sin embargo, las economías avanzadas crecen solo un 2,5%, mientras las economías emergentes y en desarrollo lo hacen a una cifra, muy superior, del 6,5%.
Buenas noticias: los antiguos temores de que la recesión sufriera una recaída, que no compartíamos, no se han hecho realidad. La principal preocupación era que en las economías avanzadas, tras una recuperación inicial impulsada por el ciclo de inventarios y el estímulo fiscal, el crecimiento se apagaría.
Los temores se volvieron hacia los precios de las materias primas. Los precios de las materias primas han aumentado más de lo esperado, lo que obedece a la combinación de un vigoroso crecimiento de la demanda y varios shocks de la oferta. Estos aumentos conjuran el espectro de una estanflación similar a la de los años setenta, pero parece improbable que hagan que la recuperación se descarrile.
En el mismo mes de abril, al presentar la publicación del FMI “Perspectivas económicas mundiales”, Olivier Blanchard decía[iii]:
Pese a nuevos riesgos, la recuperación mundial se afianza.
La recuperación económica global está tomando fuerza, con un crecimiento previsto a nivel mundial del 4,5% tanto en 2011 como en 2012, pero el desempleo se mantiene alto y están apareciendo riesgos de sobrecalentamiento en las economías de mercados, según los más recientes pronósticos del Monetario Internacional.
Dado el mejoramiento experimentado por los mercados financieros, la pujante actividad en mucha economías emergentes y en desarrollo, y una creciente confianza en las economías avanzadas, “las perspectivas económicas para 2011 y 2012 son buenas”, afirma el FMI en su publicación Perspectivas económicas mundiales de abril de 2011 (World Economic Outlook – WEO).
“Para 2011 y 2012 prevemos una tasa relativamente alta de crecimiento, del orden del 4,5%”, dijo Olivier Blanchard, Consejero Económico del FMI.
Dos meses después, en junio, sostenía:
El crecimiento mundial atraviesa una desaceleración pasajera.[iv]
Pese a una leve desaceleración, la recuperación de la economía mundial continúa, pero el período de convalecencia será largo. Los riesgos a la baja, tanto conocidos como nuevos, están agudizándose.
Para concluir: La recuperación mundial continúa. Pero el período de convalecencia será largo. Y sin duda no es momento de descuidarse.
Por último, el 20 de septiembre pasado, en la conferencia de prensa de presentación de “Perspectivas económicas mundiales” de septiembre 2011, Olivier Blanchard, al anunciar que la economía entraba en zona de peligro, a la vez que reconocía errores de pronóstico, decía[v]:
Como dijo la Directora Gerente la semana pasada, la economía mundial ha entrado en una nueva fase de peligro. La recuperación se ha debilitado considerablemente y los riesgos a la baja han aumentado pronunciadamente.
Es preciso adoptar firmes políticas para mejorar las perspectivas y reducir los riesgos.
En la introducción de esa publicación, que lleva la firma del propio Olivier Blanchard, se sostiene:
En comparación con la edición de abril pasado de Perspectivas de la economía mundial, la recuperación económica es ahora mucho más incierta. La economía mundial está afectada por la confluencia de dos sucesos desfavorables. El primero es una recuperación mucho más lenta de las economías avanzadas desde el comienzo del año, un hecho que en gran medida no llegamos a percibir mientras ocurría.
El crecimiento, que había sido vigoroso en 2010, disminuyó en 2011. En un principio, la desaceleración no causó demasiada preocupación. Habíamos proyectado cierta desaceleración, debido a la conclusión del ciclo de inventarios y la consolidación fiscal. Hechos aislados como el terremoto y el tsunami de Japón y los shocks a la oferta de petróleo ofrecían explicaciones plausibles de la profundización de la desaceleración. Y los datos iniciales sobre Estados Unidos subestimaron la magnitud de la desaceleración misma. Ahora, con cifras concretas, está claro que estaba ocurriendo algo más.
¿Qué datos evaluaban? Hace meses que Europa sufre una crisis casi irresoluble, y esta gente ni siquiera “percibió” que algo andaba mal… Hasta pocos días atrás en que finalmente se dieron cuenta que la realidad iba a contramano de todos sus pronósticos.
Estos errores de pronóstico tendrían disculpa si provinieran de una maestra, un abogado o un cirujano, que no tienen responsabilidades de supervisión ni de alerta de la economía mundial. Pero si vienen de “expertos asalariados” cuya función es precisamente esa, no sólo no admiten disculpa, sino que exigen, como mínimo, alguna que otra renuncia.
Sin embargo no hay renuncias, ni despidos, ni responsables. Como si sus yerros fueran intrascendentes; apenas un error en una receta de cocina.
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[i] http://www.imf.org/external/spanish/np/vc/2011/041111s.htm.
[ii] http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2011/01/index.htm
[iii] http://www.imf.org/external/pubs/ft/survey/so/2011/RES041111A.htm
[iv] http://blog-dialogoafondo.org/?p=959
[v] http://www.imf.org/external/np/tr/2011/tr092011a.htm
Editada en inglés en http://www.politicapress.com
Por: Raúl de Sagastizabal
La tormenta que amenaza a la economía mundial está a la vista desde que se iniciara la crisis de los activos tóxicos hace cinco largos años. Aquella crisis no ha terminado, ni se ha revertido, sino que ha mutado en múltiples crisis: del déficit fiscal y la deuda soberana, de la pobreza, del desempleo y el alza del precio de los alimentos y los combustibles, etc.
Sin embargo el Fondo Monetario Internacional ha tenido que mojarse la cara para advertir, finalmente, que llueve.
Y cambia radicalmente sus pronósticos anteriores, de hace apenas tres meses, con la misma liviandad que si estuviera aconsejando sobre una receta de cocina, y sin la menor disculpa. Ensaya apenas como explicación que los datos son ahora más claros y culpa en parte al terremoto de Japón.
Téngase presente que el Fondo Monetario es un organismo público internacional, y que hasta el último centavo que gasta, presta o derrocha es dinero de los contribuyentes, de los países ricos y de los países pobres, que pagan millonarios sueldos a sus funcionarios para que se ocupen justamente de promover la estabilidad financiera mundial y alertar sobre posibles desequilibrios.
Entre sus más recientes pronósticos, en julio pasado, la entonces flamante Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, decía que:
“Grecia ha hecho ‘algunos progresos’ en relación con sus reformas económicas y que el FMI prevé que el país vuelva a un crecimiento económico positivo el año próximo”.
El año pasado el FMI le dijo a Grecia que saldría del paso si seguía sus consejos, y le impuso un severo programa de ajuste a cambio de un rescate de US$110.000 millones, que irían directo al pago de deudas y no a planes de recuperación. A esta altura se estudia un segundo similar rescate para evitar el default griego, y el país acaba de anunciar su segundo plan de ajuste para convencer a sus socios europeos que liberen un tramo de los fondos acordados el año pasado, porque en octubre no puede ni pagar sueldos. Hay huelga general y cientos de miles de desempleados deambulan por las calles de Atenas.
No menos sorprendentes son las sucesivas declaraciones de Olivier Blanchard, Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del FMI, que en abril de este año publicaba[i]:
La recuperación mundial se afianza, las tensiones se agudizan.
La recuperación económica mundial[ii] toma fuerza, pero mantiene su desequilibrio.
La historia en tres números. Esperamos que la economía mundial crezca aproximadamente un 4,5% tanto en 2011 como en 2012; sin embargo, las economías avanzadas crecen solo un 2,5%, mientras las economías emergentes y en desarrollo lo hacen a una cifra, muy superior, del 6,5%.
Buenas noticias: los antiguos temores de que la recesión sufriera una recaída, que no compartíamos, no se han hecho realidad. La principal preocupación era que en las economías avanzadas, tras una recuperación inicial impulsada por el ciclo de inventarios y el estímulo fiscal, el crecimiento se apagaría.
Los temores se volvieron hacia los precios de las materias primas. Los precios de las materias primas han aumentado más de lo esperado, lo que obedece a la combinación de un vigoroso crecimiento de la demanda y varios shocks de la oferta. Estos aumentos conjuran el espectro de una estanflación similar a la de los años setenta, pero parece improbable que hagan que la recuperación se descarrile.
En el mismo mes de abril, al presentar la publicación del FMI “Perspectivas económicas mundiales”, Olivier Blanchard decía[iii]:
Pese a nuevos riesgos, la recuperación mundial se afianza.
La recuperación económica global está tomando fuerza, con un crecimiento previsto a nivel mundial del 4,5% tanto en 2011 como en 2012, pero el desempleo se mantiene alto y están apareciendo riesgos de sobrecalentamiento en las economías de mercados, según los más recientes pronósticos del Monetario Internacional.
Dado el mejoramiento experimentado por los mercados financieros, la pujante actividad en mucha economías emergentes y en desarrollo, y una creciente confianza en las economías avanzadas, “las perspectivas económicas para 2011 y 2012 son buenas”, afirma el FMI en su publicación Perspectivas económicas mundiales de abril de 2011 (World Economic Outlook – WEO).
“Para 2011 y 2012 prevemos una tasa relativamente alta de crecimiento, del orden del 4,5%”, dijo Olivier Blanchard, Consejero Económico del FMI.
Dos meses después, en junio, sostenía:
El crecimiento mundial atraviesa una desaceleración pasajera.[iv]
Pese a una leve desaceleración, la recuperación de la economía mundial continúa, pero el período de convalecencia será largo. Los riesgos a la baja, tanto conocidos como nuevos, están agudizándose.
Para concluir: La recuperación mundial continúa. Pero el período de convalecencia será largo. Y sin duda no es momento de descuidarse.
Por último, el 20 de septiembre pasado, en la conferencia de prensa de presentación de “Perspectivas económicas mundiales” de septiembre 2011, Olivier Blanchard, al anunciar que la economía entraba en zona de peligro, a la vez que reconocía errores de pronóstico, decía[v]:
Como dijo la Directora Gerente la semana pasada, la economía mundial ha entrado en una nueva fase de peligro. La recuperación se ha debilitado considerablemente y los riesgos a la baja han aumentado pronunciadamente.
Es preciso adoptar firmes políticas para mejorar las perspectivas y reducir los riesgos.
En la introducción de esa publicación, que lleva la firma del propio Olivier Blanchard, se sostiene:
En comparación con la edición de abril pasado de Perspectivas de la economía mundial, la recuperación económica es ahora mucho más incierta. La economía mundial está afectada por la confluencia de dos sucesos desfavorables. El primero es una recuperación mucho más lenta de las economías avanzadas desde el comienzo del año, un hecho que en gran medida no llegamos a percibir mientras ocurría.
El crecimiento, que había sido vigoroso en 2010, disminuyó en 2011. En un principio, la desaceleración no causó demasiada preocupación. Habíamos proyectado cierta desaceleración, debido a la conclusión del ciclo de inventarios y la consolidación fiscal. Hechos aislados como el terremoto y el tsunami de Japón y los shocks a la oferta de petróleo ofrecían explicaciones plausibles de la profundización de la desaceleración. Y los datos iniciales sobre Estados Unidos subestimaron la magnitud de la desaceleración misma. Ahora, con cifras concretas, está claro que estaba ocurriendo algo más.
¿Qué datos evaluaban? Hace meses que Europa sufre una crisis casi irresoluble, y esta gente ni siquiera “percibió” que algo andaba mal… Hasta pocos días atrás en que finalmente se dieron cuenta que la realidad iba a contramano de todos sus pronósticos.
Estos errores de pronóstico tendrían disculpa si provinieran de una maestra, un abogado o un cirujano, que no tienen responsabilidades de supervisión ni de alerta de la economía mundial. Pero si vienen de “expertos asalariados” cuya función es precisamente esa, no sólo no admiten disculpa, sino que exigen, como mínimo, alguna que otra renuncia.
Sin embargo no hay renuncias, ni despidos, ni responsables. Como si sus yerros fueran intrascendentes; apenas un error en una receta de cocina.
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[i] http://www.imf.org/external/spanish/np/vc/2011/041111s.htm.
[ii] http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2011/01/index.htm
[iii] http://www.imf.org/external/pubs/ft/survey/so/2011/RES041111A.htm
[iv] http://blog-dialogoafondo.org/?p=959
[v] http://www.imf.org/external/np/tr/2011/tr092011a.htm
Editada en inglés en http://www.politicapress.com
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