Rusia y Turkmenistán acuerdan nuevo formato de relaciones
Por: Innokenti Adiasov*,
RIA Novosti
Los pasados 21 y 22 de octubre el presidente ruso Dmitri Medvédev realizó en una visita de trabajo en Turkmenistán, invitado por el presidente del país centroasiático, Gurbangulí Berdimujammédov.
La agenda de las negociaciones bilaterales estuvo encaminada a la apertura de un nuevo formato de relaciones entre Rusia y Turkmenistán.
Ante todo en la esfera energética. Hasta finales de 2009 la empresa rusa Gazprom monopolizó las exportaciones del gas turkmeno en el mercado mundial, ya que las compras ascendían a unos 60 mil millones de metros cúbicos.
Pero la crisis mundial también afectó los volúmenes de suministros de gas de Turkmenistán a Rusia, y ahora Moscú importa cerca de 10 mil millones de metros cúbicos de gas turkmeno.
Ashjabad está buscando nuevos mercados para su gas, principal producto de exportación, y a finales del año 2009, inauguró el gasoducto Turkmenistán-China, por el que Pekín recibirá 30 mil millones de metros cúbicos de gas anualmente durante 30 años.
Según expertos, esta infraestructura cuenta con la capacidad técnica para aumentar las exportaciones hasta 40-45 mil millones de metros cúbicos en esa dirección.
Otro socio importante de Turkmenistán en la esfera de gas es Irán. A principios de año los presidentes de Irán y Turkmenistán inauguraron un nuevo gasoducto de 30,5 kilómetros, que unió los dos países.
A su vez, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) consideran a Asjabad como el principal proveedor para el futuro gasoducto Nabucco destinado a reducir la dependencia de Europa de los recursos energéticos rusos mediante la apertura de una ruta alternativa con gas e hidrocarburos desde Asia Central.
Los institutos energéticos de la Comisión Europea han elaborado un proyecto de gasoducto por el fondo del Mar Caspio, de Turkmenistán a Azerbaiyán, que excluye otros países de la región del Caspio, como Rusia, Kazajstán e Irán.
En junio de 2010 fue tendida la tubería Oeste-Este, por la cual el gas de los yacimientos orientales turkmenos de Dovletabad y Iolotan-Sur será trasegado al este del país, hasta el Mar Caspio. En perspectiva, el gasoducto turkmeno Este-Oeste debe marcar el inicio del flujo directo de gas centroasiático a Europa.
Pero sería incorrecto afirmar que Asjabad haya perdido interés por la cooperación con Gazprom. Para Turkmenistán, la cooperación energética con Rusia es importante desde el punto de vista de su rentabilidad.
Según estimaciones de los operadores de gas europeos, el beneficio de los suministros del gas turkmeno a China e Irán es mucho menor que la venta del mismo combustible a Rusia. China compra el gas de Turkmenistán a 120 dólares por cada mil metros cúbicos, Irán, por 170 dólares, y Gazprom, paga 190 dólares, es decir, un precio más elevado.
Además, Asjabad recela que una cooperación estrecha con Teherán pueda provocar reacciones negativas en Bruselas y Washington y también tiene presente, que la expansión de la economía de China en Turkmenistán puede conllevar la subordinación política de Asjabad a Pekín.
En vísperas de la visita de Medvédev a Turkmenistán fue puesto en marcha el gasoducto Karakum Central-Rusia que transportará el gas de los yacimientos de Ziakli-Darvaza de Karakum Central de Turkmenistán hasta el gasoducto principal Asia Central – Centro. Según fuentes rusas y turkmenos, existen planes de aumentar la capacidad de ese gasoducto hasta 5 mil millones de metros cúbicos al año.
Los presidentes de Rusia y de Turkmenistán repasarán la idea de construir el gaseoducto del Caspio. La declaración correspondiente fue firmada en el 2007 y la construcción tenía que ser terminada para el 2010, pero quedó suspendida por la crisis económica mundial.
La cooperación energética con Asjabad es interesante también para las petroleras rusas, que poseen licencias para la prospección y explotación de la zona turkmena de la plataforma continental del Mar Caspio. Hoy en día este proyecto está frenado, debido a una disputa territorial entre Asjabad y Teherán.
La división del Caspio es uno de los puntos clave en las relaciones de Moscú y Asjabad, ya que Asjabad y Bakú disputan varios yacimientos de Caspio, de los cuales el principal es el de Sardar de 50 millones de toneladas de petróleo.
Asjabad se propone dirigirse al Corte Permanente de Arbitraje, pero sin mediación de Rusia su posición resultará débil.
Asjabad, asimismo, necesita Moscú para crear una armada, que defenderá sus intereses nacionales en el mar Caspio.
Para resolver todos estos problemas resulta imprescindible el apoyo de Rusia, así que a Turkmenistán no le queda otro remedio que robustecer sus contactos con Rusia. En su tiempo, el expresidente Saparmyrat Nyyázov no quiso que Turkmenistán fuera miembro plenipotenciario de la CEI, limitándose con el estatus de miembro asociado.
Anteponiendo la prioridad de las relaciones bilaterales, el Turkmenistán de Nyyázov descartaba prácticamente todas las iniciativas en el marco de organizaciones regionales como la Comunidad de Estados Independientes (CEI), incluidas las de carácter económico y de seguridad regional.
El presidente actual de Turkmenistán, a diferencia de su antecesor, participa en todas las cumbres de la CEI, tanto formales como informales, mostrando interés en proyectos de transporte y los energéticos de la CEI.
Turkmenistán dispone de una de las reservas de hidrocarburos más importantes del mundo, pero tiene que tomar en cuenta los intereses de otros países de la región en el campo de seguridad.
Precisamente por esta razón Berdimujammédov propuso Asjabad como sede para la próxima cumbre de seguridad en la región de Asia Central y la cuenca del Caspio, invitando a todos los jefes de estados de la región. Y un sistema de seguridad internacional de Asia Central sin Rusia es imposible.
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