IVAN BOGDANOVIC: LA OTRA CARA DEL RACISMO LINGUÍSTICO

IVAN BOGDANOVIC: LA OTRA CARA DEL RACISMO LINGUÍSTICO
Por: Nicolás Ramón Contreras Hernández


Pese a que la Constitución Política de Colombia en su artículo 7 "reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana"; a pesar de la Ley 70 de 1993; de dos curules para las comunidades afrodescendientes en el congreso nacional, que tradicionalmente nunca representan los intereses de las comunidades afrocolombianas que dieron origen a todo un marco legal, porque las imponen las élites de los partidos tradicionales descendientes del sistema de castas coloniales, que mutó en todo el continente americano con los mismos valores racistas, por esa y otras causas, titula el diario El Tiempo del Lunes 18 de Octubre del año 2010: Iván Bogdanov, la cara negra del fútbol.

Viniendo del periódico de la familia presidencial, la misma de un ex-presidente y un ex-vicepresidente como Francisco Santos, que hizo en su cargo declaraciones lamentándose de la situación de inequidad sufrida por las comunidades Afrocolombianos, se esperaba de este medio y de los demás como Caracol o RCN, un tratamiento lingüístico de la noticia, ejemplar y consecuente con una constitución que en muchos aspectos no logra dar los pasos necesarios, para convertir en práctica cotidiana el estado multicultural y la nación pluriétnica que aparece en la legalidad impresa.

Hago el revire como ciudadano afrodescendiente, no sólo porque el señor Bogdanov - ciudadano de origen serbio- que de persona negra tiene lo que George Bush y José María Aznar puedan poseer de humanistas, sino también porque a nivel mundial se firmó un pacto de alcance planetario, como el Acuerdo de Duraban contra toda forma de racismo y discriminación en el año 2002, lo cual implicaba que los medios no sólo en Colombia, sino en todo el continente deberían promover la superación de las basuras mentales del colonialismo, inaugurado por Colón hace más de 500 años.

Más allá de todo, la ultra derechización de las grandes potencias occidentales, manifiesta en muchos eventos recientes, ello podría explicarnos porque estas medidas se han convertido cada día más en ilustre letra muerta. Precisamente vale recordar que el premio Nobel de literatura de este año 2010, con una regularidad semanal se encarga de redactar diatribas racistas contra Evo Morales y Hugo Chávez, eso sí muy por debajo de los exabruptos racistas de la prensa privada de Venezuela, que frecuentemente emplea un juego de palabras con sinalefa y todo, para llamar primate platirrino a su presidente.

Hablando de Evo Morales, es bueno recordar que en este mundo al revés, la sociedad de dueños de periódicos, conocida con la sigla de SIP que se arroga el papel de guardiana de la libertad de expresión, favorecedora de golpes de estado y golpistas contra los gobiernos del Alba, como en Venezuela, Honduras, Ecuador o Bolivia, país hacia donde su rimbombante director Alejandro Aguirre, según informa el periodista Jean Guy Allard, acaba de mandar desde su cuartel general de la Florida una carta al presidente Evo Morales exhortándole a eliminarlos artículos 16 y 23 de la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, “por considerarlos atentatorios a la libertad de prensa y al derecho del público a la información”. Un derecho que según ellos justifica la injuria y la calumnia.

Llama la atención que esta especie de Sociedad Interamericana de Payasos, enemiga de la lucha contra el racismo, como todo producto del coloniaje, creada por el coronel de la CIA Jules Dubois, reconocida por sus comunicados tibios sobre la situación del periodismo en Honduras, en los cuales hasta registra menos periodistas asesinados de los que han caído bajo la sucesión presidencialista Micheletti, que escenifica el también empresario de medios Pepe Lobo, se trague la lengua frente a las persecuciones legales y empresariales contra periodistas en Colombia y en Perú, donde acaban de encarcelar a un periodista italiano por denunciar la corrupción policial bajo el cargo de "calumnia" y hasta el programa de Jaime Bailey, ha sido cerrado por meterse con el presidente Alan García.

Indudablemente colonialismo y racismo, se encuentran no sólo en la rima sino en la alta concentración de medios informativos en manos de grandes multinacionales, que pretenden mediante el espectáculo de una agenda noticiosa basada en el maniqueo enfoque de los villanos y de un eje del mal, convertir en negra la cara rubicunda del serbio Bogdanov, para ocultar el debate a fondo de un sistema económico, basado en la hegemonía del capital y el occidentalismo, que alimentó la guerra que destruyó la ex-Yugoeslavia de Tito, entrenando y financiando las ambiciones nacionalistas de caudillos aficionados a la "limpieza étnica".

El caso de Iván Bogdanov, no sólo encubre el lenguaje del racismo colonial sobreviviente en los medios informativos, como una muestra de qué, todo deporte cualquiera que sea, mientras no sea replanteado desde un verdadero enfoque integral y humanista, que permita el paso de las palabras bien intencionadas a los hechos concretos, siempre se desbordará hacia la canalización violenta de los nacionalismos y separatismos genocidas.

Es una falacia pretender cambios educativos con el deporte, cuando lo más desarticulado de la educación es precisamente esta disciplina, convertida en negocio rentable para unos pocos, fiel reflejo del gran espejo de un modelo económico, donde el dinero está por encima de todas las cosas, incluyendo la dignidad humana del deportista que es comercializado como una mercancía, el cual paradójicamente, termina ganando mucho más que un profesional con formación académica alta, gracias a la varita máfica de los dineros narcóticos que lo sustentan.


Mirando el fútbol desde otros enfoques filosóficos y sociológicos, es imposible pasar por alto, como otros deportes donde la violencia se considera más inherente, como el boxeo, el fútbol americano, el rugby o el hockey sobre hielo masculino, sea el balompié el deporte que más hechos violentos, muertos y dinero concita en derredor, llevando en varias partes del mundo como en Colombia, al cierre de campeonatos y la intervención penal de los equipos con menos protectores políticos en el alto gobierno y las élites ligadas al dominio hegemónico del pentágono, en lo que era su patio trasero.

Los hooligans, tifossis o torcidas han tenido peores caudillos que Bogdanov, cuyo pecado es ser serbio, nacionalidad encargada de aportar a los nuevos villanos mediáticos de turno, útiles para evadir las raíces sociales y económicas de las barras bravas, muestras de cómo el deporte por sí solo no conduce a ningún tipo de hermandad o amistad entre los pueblos, sino hacia propósitos violentos que se desbordan en todos los continentes, donde los medios informativos direccionando los intereses de los multimillonarios poderes que sustentan el fútbol profesional y a todo deporte convertido en mercancía, necesitan promover el apasionamiento y la idolatría como un recurso eficaz, pero mortal, para motivar la compra en el aficionado que se convierte en fanático dispuesto a todo, incluyendo matar.

CC.92.226.628 de Tolú. Ciudadano afrodescendiente independentista de la Región Caribe en la República de Colombia
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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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