Miercoles, 12 de noviembre de 2008
Los misiles rusos Iskander en Kaliningrado serán foco de confrontación
Por: Iliá Krámnik.
RIA Novosti.
Desde hace tiempo, Rusia ha advertido al mundo de que no será un simple observador del emplazamiento del sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos (DAM) en Europa Oriental.
Para la mayor parte de la opinión pública rusa estaba claro que el Kremlin mantendría inalterable su rechazo a la DAM, y el reciente mensaje del presidente ruso, Dmitri Medvédev, a la Asamblea Federal (Parlamento) puso en evidencia la forma concreta en que Rusia reaccionará al despliegue de la DAM estadounidense.
Para contrarrestar la DAM, Moscú desplegará en su enclave de Kaliningrado sistemas de cohetes tácticos Iskander. Además, desde la mencionada región, fronteriza con Polonia y Lituania, se emplazarán instalaciones de interferencia radioelectrónica para entorpecer el funcionamiento de la DAM en la República Checa y en el territorio polaco.
La explicación a las declaraciones hechas por el presidente ruso es simple: el emplazamiento de DAM en Polonia y la República Checa suponen una amenaza directa al potencial nuclear de Rusia.
Es evidente que los diez misiles interceptores GBI que el Pentágono estadounidense planea emplazar en una primera etapa en Polonia, e incluso hasta 50 de esos cohetes no podrán contener un ataque de envergadura emprendido por las fuerzas estratégicas nucleares de Rusia (FENR).
Pero la importancia de esos misiles interceptores en Polonia aumentará de una forma inconmensurable en el caso de que EEUU opte por emprender primero un ataque nuclear contra Rusia.
De acuerdo a la lógica establecida por militares rusos, los misiles interceptores estadounidenses en Polonia estarán destinados a hacer frente a una cantidad muy reducida de misiles balísticos rusos que quedarán operativos después del primer ataque estadounidense. Esto, permitirá a EEUU contar con la posibilidad de salir victoriosa de un conflicto nuclear contra Rusia.
Desde hace tiempo, los sistemas de misiles táctico-operativos Iskander figuraban entre las posibles variantes de respuesta de Rusia a la posible aparición en Europa del Este de los elementos de la DAM de EEUU.
En su variante básica, los sistemas de misiles Iskander tienen un alcance de hasta 300 kilómetros. Pero expertos del sector militar ruso afirman que tecnológicamente, el alcance de estos sistemas se puede ampliar hasta los 500 kilómetros e incluso más, en el caso de que Rusia decida denunciar el tratado sobre la limitación de misiles nucleares de corto y medio alcance (INFT) firmado en 1987.
Además, de operar como sistemas para misiles balísticos tierra-tierra, los equipos Iskander pueden transformarse en sistemas para el lanzamiento de misiles de crucero de largo alcance.
Se conoce de pruebas de lanzamientos de misiles crucero R-500 desde las plataformas de sistemas Iskander.
Potencialmente, dotados con misiles de crucero, el alcance del sistema Iskander superará los 2.000 kilómetros, y esto permitirá alcanzar objetivos prácticamente en todo el territorio de Europa Occidental.
En el modelo básico, las plataformas móviles Iskander emplazadas en Kaliningrado y potencialmente en Bielorrusia, permitirán efectuar ataques sorpresa incluso con ojivas nucleares, contra la mayor parte del territorio de Polonia.
El corto tiempo que se necesitara para su emplazamiento y disparo (algunos minutos) y las características de los misiles aumentan las posibilidades de los Iskander para destruir objetivos ofensivos, especialmente si se tiene en cuenta que en el territorio polaco, el blanco principal de los Iskander serán las rampas del lanzamiento de los GBI estadounidense que son estacionarias.
En Rusia dan por seguro que el emplazamiento en Kaliningrado de los misiles Iskander y las instalaciones de interferencia radioelectrónica obligará a EEUU a tomar contramedidas.
Washignton ya acordó la entrega a Polonia de doce sistemas de lanzamiento de misiles múltiples Patriot y un arsenal de hasta 96 unidades de este tipo de misiles.
Sin embargo, los misiles tierra-aire Patriot no garantizan la seguridad de las rampas de lanzamiento de los GBI y para una defensa fiable de la DAM, EEUU deberá reforzar las Fuerza Aérea de Polonia con aviones de asalto modernos en capacidad de destruir los Iskander en su territorio, tampoco se puede descartar la posibilidad de que el Pentágono decida emplazar escuadrillas de la fuerza aérea de EEUU en el territorio polaco.
Los militares rusos estiman de antemano las posibilidades de contramedidas por parte de EEUU, y además de los Iskander, y los elementos de guerra electrónica, Moscú planea reforzar sus tropas de tierra, sus unidades de defensa antiaérea y su Fuerza Aérea en Kaliningrado.
Es evidente que esa escalada armamentista conllevará al aumento de la tensión en Europa Oriental. De hecho, actualmente somos testigos de que el proceso de restablecimiento de la Guerra Fría en el frente europeo se ha desplazado varios centenares de kilómetros hacia el Este.
Al tiempo, cabe resaltar que Rusia reiteradamente advirtió a los países occidentales sobre las desventajas y riesgos que suponen el emplazamiento de los elementos del sistema DAM estadounidense en Europa.
En los últimos años, Moscú paulatinamente ha elevado el nivel de su rechazo contra la DAM, desde declaraciones de deploro por la falta de un dialogo normal sobre el asunto, hasta las amenazas directas sobre la imperiosa necesidad de contrarrestar ese sistema con ayuda de recursos militares.
Las veces que se ha planteado el debate sobre la necesidad de la DAM, EEUU siempre ha repetido la letanía de siempre, de que su escudo en Europa está destinado contra Irán y nunca ha expuesto razones coherentes para rechazar la propuesta de emplazar ese sistema más cerca de Irán, por ejemplo, en Turquía.
Tras aglutinar las circunstancias anteriormente descritas, obtenemos el siguiente cuadro: en los próximos dos o tres años, la DAM estadounidense "contra Irán" será emplazado en una región evidentemente inalcanzable a los actuales y potenciales cohetes de Irán, en cambio, en una ubicación muy cómoda para interceptar cohetes lanzados desde la parte europea de Rusia en la dirección norte y noroccidental.
Los blancos más probables de los misiles estadounidenses emplazados en Polonia serán la divisiones 28, 54 y 60 de la FENR emplazadas al sur de los montes Urales, y el cálculo de que para cada misil GBI corresponderán varios misiles balísticos rusos Topol y RS-18 será válido únicamente hasta el primer ataque nuclear.
En consecuencia, es muy alta la tentación de emprender de primero un ataque nuclear, sobre todo, cuando se cuenta con la posibilidad de que se puede reducir la contundencia del golpe de represalia.
Queda la esperanza de que la nueva Administración de EEUU atenderá los argumentos de Rusia y aceptará la necesidad de buscar mecanismos de seguridad colectivos en Europa, porque en el caso contrario, las consecuencias podrán ser impredecibles.
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