Paramilitarismo en Venezuela
Por: Jimy Ríos/ABP Venezuela
No estoy seguro de que la sociedad venezolana tenga la suficiente conciencia sobre esta amenaza real: el paramilitarismo. Este problema no es sólo un desafío a la Revolución Bolivariana, al presidente Chávez, ni exclusivamente a la militancia de izquierda o a los movimientos sociales.
El paramilitarismo es una amenaza a toda la sociedad. También viene instalándose en toda Latinoamericana. Es la exportación del modelo uribista para toda la Región.
La derecha venezolana (y latinoamericana) debe tener claro lo que cultiva cuando convoca y permite bandas contrarrevolucionarias en su afán de recuperar el poder o frenar el proceso revolucionario. Las masacres, los asesinatos selectivos, las torturas, las desapariciones, las amenazas y el uso de la motosierra son sus prácticas más recurrentes. El dolor y la venganza que genera puede provocar heridas difíciles de curar en una sociedad. Ya conocemos los desenlaces del terror de las dictaduras y las tiranías.
La estrategia imperialista de impulsar y entrenar estos grupos tiene muchos antecedentes en nuestra América. El financiamiento de la CIA y a través del narcotráfico les permite grandes volúmenes de dinero con el cual no sólo corrompen agentes institucionales sino la juventud. Esos recursos les permiten gran movilidad, logística e instalación territorial. En Caracas ya se han visto prácticas que los caracterizan: han servido de prestamistas entre los "buboneros" con el paga diario; cosa que además de facilitar el lavado de dinero, les permite aceptación por el "favor prestado" que luego cobran caro. Han logrado promover la cultura mafiosa en algunos barrios. Están cobrando vacunas al comercio. No se puede descartar que estén tras asesinatos con los cuales crean un clima de inseguridad para después utilizarlo en términos de aceptación mostrándose parte de la solución. Ellos crean la enfermedad y se muestran como el remedio.
Venezuela tiene en sus hermanas Colombia, Ecuador, Bolivia entre otras, espejos muy cercanos. Aunque el Pueblo colombiano conoce bien de este problema, pues lo ha sufrido y denunciado desde tiempo atrás, en la actualidad se conocen testimonios de los propios paramilitares en el marco de la farsa creada por el gobierno llamada "Ley de Justicia y Paz". Socializando una verdad que ya conocíamos, los "paracos" vienen comentando sus actos de barbarie y contra la humanidad, de los cuales además se sirvieron electoralmente el presidente Uribe y cerca del 70% de los congresistas, muchos de ellos presos por el escandaloso proceso de la parapolítica. Todos afines y pertenecientes a los partidos de gobierno. Incluyendo el presidente del partido de la "U" Carlos García, detenido por complicidad con los paramilitares. Partido de la "U" de Uribe, fundado por el hoy Ministro de Defensa Juan Manuel Santos.
Recientemente, la revista Semana publicó la versión de un paramilitar de nombre Uber Bánquez Martínez, alias Juancho Dique. Este personaje describió el asesinato con machetes y morteros (usados como masas) a 29 personas en el pequeño pueblo Chengue. También dijo que dos agentes del CTI de la fiscalia y dos amigas, fueron descuartizados y arrojados al mar. La mayoría de las ventinueve personas que murieron en la madrugada del 13 de febrero de 2001 fueron asesinadas por golpes propinados con mortero y unos cuantos más fueron degollados. La razón para haber ejecutado está acción sin armas de fuego, fue porque a media hora estaba la Infantería de Marina y muy cerca había campamentos guerrilleros del frente 35 de las FARC EP. No querían hacer mucho ruido, por eso usaron armas "silenciosas" (machetes y cuchillos) Juancho Dique sin ningún recato afirmó que ellos les dijeron a los policías que eran autodefensas y que iban para Chengue y que si no querían que los "pelaran" (asesinaran), que se apartaran. Los policías se replegaron y dejaron pasar los tres camiones con el cargamento de paramilitares. Cosa acostumbrada en el matrimonio entre paras y autoridades civiles, policiales y militares en su afán de ganar la guerra por todos los medios. En este caso masacrando población que ellos identifican como base de la Insurgencia armada. Cínicamente, después de asesinarla, luego dicen que la guerrilla no tiene bases sociales.
Los mataron golpeándolos con morteros o acuchillándolos; así la masacre transcurrió en silencio, y nadie pudo venir al auxilio de los pobladores. Así fueron ejecutando una a una a las víctimas. El ex jefe paramilitar dijo que en ese pueblo vivía la novia de Martín Caballero (guerrillero asesinado por el régimen), a quien fusilaron y colgaron de un árbol junto con otra persona que no sabe quién era. Las paredes del pueblo fueron pintadas con consignas de las AUC, incendiaron casas, robaron en tiendas y casas y aunque ellos pidieron a las personas que se devolvieran a sus casas, la población se desplazó.
Esta es sólo una historia de terror entre muchísimas que en Colombia suman cerca de 100.000 víctimas. Existen cientos de fosas comunes sin descubrir. Miles de cadáveres sin identificar. Miles de desaparecidos sin rastro alguno. Miles de huérfanos, viudas y viudos. Repito: la derecha venezolana y latinoamericana debería pensar más pausadamente si deja salir este demonio producto de la lucha anticomunista del Imperio, de la avaricia capitalista y del afán por controlar los procesos revolucionarios en la Patria Grande.
La barbarie no ha significado, ni significa, ni significará una derrota de la resistencia del Pueblo. Las mejores salidas a los conflictos de clase están en los cambios estructurales, democráticos y generadores de oportunidades de bienestar para las mayorías empobrecidas.
Al Pueblo venezolano y latinoamericano le queda la tarea de preguntarse: Cómo seria el escenario para Venezuela con éste problema? Cuáles serian los sectores golpeados? Qué intentarían defender o destruir en Venezuela? Quiénes estarían interesados en patrocinar este tipo de movimiento contrarrevolucionario? Venezuela es caldo de cultivo para este fenómeno? En que sectores se pueden cultivar este tipo de prácticas?
De sus respuestas dependerá la capacidad de acción, resistencia y eliminación de esta amenaza.
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