Por, Martín Guédez
Los computadores de Uribe ya tienen su lista "Iguarán". Ese portento de la magia no podía ser menos. Era evidente que a las famosas computadoras se les podía hacer pedidos a la carta: una nevera, un viaje a la playa, liquidar un enemigo molesto, el noviecito que ataca a su hija y a usted no le gusta… lo que usted quiera la "Lista Iguarán" se lo entrega debidamente envuelto en papel regalo.
La mayoría de los análisis que hemos oído respecto de este nuevo acto de magia coinciden en lo trillado: que Uribe quiere desviar la atención del gravísimo problema que enfrenta por sus correrías paranarcoterroristas; que actuando de esta forma agrada al amo de Guashinton, etc., etc. Hay algo –según veo- mucho más serio en este nuevo movimiento. El gobierno colombiano sigue tercamente un libreto mediático que no se sale del punto clave: los computadores mágicos eran propiedad de Raúl Reyes. Ahí está la gran falla pero al tiempo la mayor fortaleza de todo este sainete de miseria. En algún sentido muchos han caído en semejante trampa y, como dice el compatriota Luís Britto, siguen llamando a los portentos de la ingeniería "las computadoras de Raúl Reyes".
Las computadoras mágicas no eran propiedad del guerrillero y no hay forma de que tal cosa puedan probarla, ese es el punto y no otro. A partir de ahí, darse por enterado de cualquier cosa que provenga de tales aparatos significa corroborar el argumento de que tales computadoras eran propiedad de Raúl Reyes y no un invento del gobierno, el ejército o la policía colombianos.
A partir de aquí, a partir de esta certificación de hecho del origen de las PC, si algunas de las personas señaladas por la Fiscalía de la Nación colombiana admite siquiera la llamada del Fiscal Iguarán, no solamente estarán validando la gran mentira de toda la comedia sino que estarán sentando alguna forma de jurisprudencia. Si lo que pueda haber en tales computadoras sirve para imputar, incluso para solicitar la extradición en algunos casos, de parlamentarios, defensores de derechos humanos, etc., y esto se admite, también puede servir para abrirle proceso a cualquier otro, incluidos por supuesto, los presidentes Chávez o Correa.
La posición de las víctimas, actuales o próximas, tiene que ser determinante: esas computadoras no son de Raúl Reyes sino de Uribe, y en el mejor de los casos, de Juan Manuel Santos, ergo… todo cuanto contengan es falso de toda falsedad y que le vayan a otro perro con ese hueso. De allí se debe partir: si las computadoras son de Raúl Reyes que lo prueben, si no lo pueden probar...los chamos dicen algo así como "a palabras eléctricas oídos desconectados". Punto.
¡CONCIENCIA Y COHERENCIA RADICAL!
Nuestras primeras necesidades.
¡VENCEREMOS!
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