El presidente Jair Bolsonaro emitió 299 declaraciones ofensivas de enero a septiembre contra el periodismo en Brasil, lo que corresponde hoy a un promedio de 33 casos por mes, denunció la Federación Nacional de Periodistas (Fenaj).
Tales cifras afloraron después que entidades y organizaciones vinculadas a la información repudiaran la violencia contra profesionales de NSC TV por bañistas en la playa de Campeche, en Florianópolis, capital del sureño estado de Santa Catarina, el 2 de noviembre.
El portal Brasil de Fato indica que, aunque las imágenes del incidente se difundieron y generaron fuertes críticas a nivel nacional, el episodio se considera uno más entre las muchísimas arremetidas contra la prensa.
De acuerdo con María José Braga, presidenta de la Fenaj, solo en la última semana se denunciaron otros tres casos de violencia.
Conforme al informe de la federación, la mayoría de los ataques ocurridos este año (259) se clasifica como desprestigio al sector cuando Bolsonaro embistió contra el periodismo en general o un medio específico. El resto se registra como acometidas directas contra profesionales.
En opinión de Marcelo Trasel, presidente de la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación, la polarización y los estados de ánimo feroces de la actual situación política brasileña hacen que las personas consideren que los medios de comunicación están sesgados cuando la noticia es desfavorable para su grupo.
'La desconfianza contra la prensa se alimenta de los discursos estigmatizados y adoptados por políticos como el presidente de la República y miembros del Congreso Nacional, así como de funcionarios de alto rango', alertó Trasel.
Estos políticos, remarcó, 'efectivamente pintan un blanco en el pecho de todos los periodistas, lo cual conlleva al acoso en las redes sociales, amenazas, intimidación y, en los casos más graves, la agresión física'.
Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, publicado el lunes, reveló que 44 periodistas brasileños fueron asesinados entre 2006 y 2019. De ese total, 32 casos siguen sin resolverse.
Para Braga, los datos muestran que la sociedad brasileña está completamente influenciada por una política de violencia y odio impuesta en el país desde la elección de Bolsonaro, en enero de 2019. Con tantos ataques a la prensa, 'el presidente institucionaliza la violencia contra los profesionales en Brasil. Esto es muy serio', remarcó.
tgj/ocs/cvl
0 comentarios:
Publicar un comentario