“En el caso de la excongresista Aída Merlano, Maduro tiene toda la razón y ha sido sensato. Me da rabia tener que reconocerlo, pero así es”, escribió la periodista Vicky Dávila, quien en su cuenta de Twitter @VickyDavilaH, publicó partes de su artículo de la revista Semana, develando su sentimiento antivenezolano y antichavista pero teniendo que confesar la burda maniobra de Duque y el títere pitiyanqui, a quien intenta adosarle coraje y “valentía”.
“Mientras tanto, el Gobierno colombiano ha estado equívoco en el manejo que le ha dado a la recaptura en Venezuela de la fugitiva. Es increíble pensar que Juan Guaidó realmente puede hacer algo para extraditarla o deportarla. Guaidó es una figura, hasta un símbolo valiente, pero cada vez más desteñido y desinflado. Guaidó no tiene poder; Maduro le ganó el pulso. En la vida real, Maduro es el presidente, aunque nos duela: tiene consigo la institucionalidad, las fuerzas armadas, la justicia, el petróleo, todo”, expuso.
“Tal vez llegó el momento de que el presidente Duque acepte que su estrategia frente a Venezuela fracasó. Guaidó es el presidente de un cuento de hadas…”, sugiere la comunicadora, quien sin embargo intenta poner mal al gobierno venezolano ante sus lectores.
“El Gobierno hizo el oso al anunciar que pedirá la extradición de la Merlano a Guaidó. Por su puesto, Maduro ha aprovechado muy bien la oportunidad y, paradójicamente, nos ha dado ‘cátedra’ en diplomacia. Era lo único que nos faltaba. Una cosa es que el Gobierno colombiano sea coherente, y otra que sea iluso. Las relaciones internacionales tienen reglas, protocolos; no todo es blanco o negro. Aquí ni siquiera la canciller Claudia Blum ha puesto la cara. No sé si después de las grabaciones se posesionó y se metió debajo del escritorio. Pero su liderazgo es nulo, como su gestión internacional”, agregó la periodista.
“Es triste ver que el escándalo de corrupción electoral más grande de los últimos tiempos en la costa caribe termine con Maduro como fiscal ad hoc”, es otra frase lapidaria utilizada por Dávila.
Se lamentó que la justicia colombiana no haya sido capaz de tomar declaraciones a la Merlano “y de caerles con todo el peso de la ley a los verdaderos jefes de ese cartel de la compra de votos”.
Y agregó que Aída Merlano es una piedra en el zapato para muchos “caciques” políticos coloniales que tiemblan de miedo por lo que pueda decir. “Seguro la veremos cantando la verdad desde El Helicoide, donde está recluida. Posiblemente, Maduro la obligue a decir más de lo que sabe, y la utilice con fines políticos y vengativos. Duque puede apoyar a Guaidó, pero no debería comprometer los intereses de la justicia para llegar a la verdad. La gente de Maduro la recapturó; la justicia de Maduro la tiene detenida y la está escuchando; Maduro será quien ordene su extradición o su deportación, lo demás es carreta”, auguró.
La opinadora, no obstante, considera que la excongresista costeña debe terminar con un asilo político en Venezuela ante las amenazas de muerte en Colombia. Y advierte sin mucha preocupación ni cuestionamiento sobre el futuro de la prófuga, que si llega a ser deportada a Colombia con el presidente Duque podría terminar “muerta”:
“Al fin y al cabo todo el mundo sabe que aquí hay más de uno que quisiera borrarla del mapa para que nunca hable. Aunque suene horrible, Aida Merlano vale más muerta que viva para los que tienen rabo de paja, algunos de categoría presidencial”.
“Fiasco” en la frontera:
La periodista hace un breve recuento de los fracasos y actos de corrupción de Guaidó y los grupos colombianos e internacionales que le siguen, especialmente el de la frontera en aquel intento de invasión a Venezuela.
“El episodio de los camiones con ayuda humanitaria también fue un fiasco”, dijo, aunque tan preocupada por la supuesta “dictadura” en Venezuela, no hace mucha bulla sobre el dinero robado con la “ayuda humanitaria” y el concierto en Cúcuta, “cuyo dinero recolectado no tuvo mayor relevancia; ¿a dónde se fue?”, pregunta, simplemente.
Igualmente, le molestó el fracaso del autoproclamado y lamentó las excusas que tuvo que dar por sus fotos con los narcoparamilitares Rastrojos, hecho que tampoco cuestiona ni mucho menos le parece una vergüenza.
“Lo mismo pasó con el Guaidó superhéroe que cruzó la frontera a pesar de los matones de Maduro, y luego viajó por el mundo y la esperanza creció como espuma. Pero todo fue una ilusión: Maduro no se cayó. Estados Unidos no volvió a mostrar los dientes de la intervención militar, menos con Trump en campaña de reelección; y Guaidó terminó de arrimado en la asamblea y dando explicaciones por sus fotografías con los Rastrojos”.
En últimas, el cerco diplomático atornilló a Maduro, lo fortaleció. ¡Un desastre! Ni qué decir del presidente Duque, que, como van las cosas, terminará su periodo presidencial antes de ver una Venezuela libre. Apuntó mal.
Y como epitafio de sus lamentaciones, la antichavista periodista colombiana termina con una conclusión irrefutable:
“Maduro lamentablemente nos tiene goleados porque sigue siendo presidente, y además recapturó a la Merlano. Maduro 2, Duque 0”.
/maye
0 comentarios:
Publicar un comentario