Japón y Corea del Sur celebran hoy aquí un encuentro de alto nivel enfocado en buscar una salida a su agria disputa comercial, derivada de rencillas históricas y que amenaza las cadenas internacionales de suministro.
Funcionarios de ambos gobiernos dialogan por primera vez luego que Seúl dio marcha atrás en noviembre a su decisión de terminar el acuerdo bilateral sobre la Seguridad de la Información Militar (Gsomia, según sus siglas en inglés) en un esfuerzo por resolver el conflicto.
También a principios del mes pasado el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se reunieron en Bangkok, coincidieron en la importancia para ambos lados de mantener las relaciones mutuas en buen estado y apostaron por las negociaciones.
Los dos expresaron también esperanza de lograr un progreso sustantivo en las consultas previstas entre sus ministerios de Asuntos Exteriores, con Moon proponiendo realizar las pláticas necesarias y Abe explorar todos los medios posibles para hallar una salida a las diferencias.
Ambas potencias asiáticas en los últimos tiempos viven tensiones acrecentadas, seguido de la sentencia del Tribunal Supremo surcoreano para que las firmas japonesas indemnicen a ciudadanos de su país sometidos al trabajo forzado durante la ocupación nipona de la península coreana entre 1910 y 1945.
Japón sostiene que el tema de las compensaciones se resolvió en el pacto bilateral de 1965.
Los roces pasaron en julio pasado al terreno comercial y desataron un conflicto bilateral sin precedentes, con la limitación japonesa a las importaciones de productos de alta tecnología alegando preocupaciones de seguridad.
Incluso, llegó hasta la Organización Mundial del Comercio y hasta implicó el cese del Gsomia.
Seúl respondió con contramedidas y acusó a Tokio de querer afectar el crecimiento económico, aunque apostó por negociar una salida al problema por la vía diplomática antes de que termine en un punto muerto con secuelas para ambas potencias y la economía global.
tgj/ymr
Funcionarios de ambos gobiernos dialogan por primera vez luego que Seúl dio marcha atrás en noviembre a su decisión de terminar el acuerdo bilateral sobre la Seguridad de la Información Militar (Gsomia, según sus siglas en inglés) en un esfuerzo por resolver el conflicto.
También a principios del mes pasado el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, se reunieron en Bangkok, coincidieron en la importancia para ambos lados de mantener las relaciones mutuas en buen estado y apostaron por las negociaciones.
Los dos expresaron también esperanza de lograr un progreso sustantivo en las consultas previstas entre sus ministerios de Asuntos Exteriores, con Moon proponiendo realizar las pláticas necesarias y Abe explorar todos los medios posibles para hallar una salida a las diferencias.
Ambas potencias asiáticas en los últimos tiempos viven tensiones acrecentadas, seguido de la sentencia del Tribunal Supremo surcoreano para que las firmas japonesas indemnicen a ciudadanos de su país sometidos al trabajo forzado durante la ocupación nipona de la península coreana entre 1910 y 1945.
Japón sostiene que el tema de las compensaciones se resolvió en el pacto bilateral de 1965.
Los roces pasaron en julio pasado al terreno comercial y desataron un conflicto bilateral sin precedentes, con la limitación japonesa a las importaciones de productos de alta tecnología alegando preocupaciones de seguridad.
Incluso, llegó hasta la Organización Mundial del Comercio y hasta implicó el cese del Gsomia.
Seúl respondió con contramedidas y acusó a Tokio de querer afectar el crecimiento económico, aunque apostó por negociar una salida al problema por la vía diplomática antes de que termine en un punto muerto con secuelas para ambas potencias y la economía global.
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