La Asamblea General de la ONU aborda hoy temas sobre la cuestión palestina y la ilegal ocupación de Israel, además de someter a votación varios proyectos de resolución al respecto.
En esta sesión del mayor organismo de Naciones Unidas se presentará un informe del Comité sobre el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino y otro del secretario general, António Guterres.
La víspera, se divulgó un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), el cual revela que la ocupación israelí costó a los palestinos 47 mil 700 millones de dólares en el período de 2000 a 2017.
Esta cifra es más del triple del valor del Producto Interno Bruto (PIB) de la economía palestina en 2017 y se estima que siga creciendo, precisa el reporte.
Los cálculos para llegar a tal número incluyen el desvío de recursos fiscales a Israel y otras pérdidas económicas por las restricciones de movimiento de bienes y personas, o por el hecho de que los palestinos no pueden utilizar libremente la tierra y los recursos naturales, detalla la Unctad.
El informe asegura que si esos millones perdidos se hubieran inyectado en la economía palestina, se habrían generado dos millones de puestos de trabajo durante esos años.
Asimismo, expone, en el escenario de ausencia de fugas fiscales, el PIB palestino habría sido en promedio un 7,3 por ciento más alto durante el período 2000-2017.
En otro escenario de soberanía fiscal palestina sin ocupación, fugas ni otras pérdidas fiscales, el PIB habría sido 21,5 por ciento mayor durante ese mismo período.
La ocupación de Israel en Palestina tiene un alto costo económico y frena el desarrollo de esa población árabe, indica la Unctad.
Tras más de 50 años de ocupación ilegal por parte de Tel Aviv y de violenta represión al pueblo palestino, la situación en la Franja de Gaza y Cisjordania empeora cada día para la población civil, que es despojada de sus territorios ancestrales y sufre la escasez producida por los bloqueos israelíes, además de la violenta represión.
Si bien desde hace 70 años ya existe un Estado de Israel, la creación y reconocimiento del Estado palestino es uno de los temas pendientes de más larga data en Naciones Unidas.
La mayoría de la comunidad internacional coincide en que es Tel Aviv quien debe acabar con la colonización de territorio palestino para avanzar hacia la paz, y que solo una solución biestatal podrá traer estabilidad a esa región.
Asismismo, la ONU también ha rechazado la reciente decisión unilateral de Estados Unidos de declarar legales los asentamientos de Israel en territorio palestino ocupado. En tanto, resoluciones del Consejo de Seguridad indican que esos asentamientos son ilegales, violan el derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas.
Desde su llegada al poder en enero de 2017, el presidente norteamericano Donald Trump incrementó las controvertidas concesiones a Israel, las cuales incluyen considerar a Jerusalén como su capital, trasladar hacia allí de la embajada norteamericana y reconocer la soberanía de Tel Aviv sobre los Altos del Golán sirio.
Varios miembros del Consejo de Seguridad señalan que con su derecho al veto, Estados Unidos entorpece la adopción de resoluciones sobre el conflicto palestino-israelí que permitan dar pasos hacia un futura solución pacífica.
tgj/ear/ifb
En esta sesión del mayor organismo de Naciones Unidas se presentará un informe del Comité sobre el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino y otro del secretario general, António Guterres.
La víspera, se divulgó un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), el cual revela que la ocupación israelí costó a los palestinos 47 mil 700 millones de dólares en el período de 2000 a 2017.
Esta cifra es más del triple del valor del Producto Interno Bruto (PIB) de la economía palestina en 2017 y se estima que siga creciendo, precisa el reporte.
Los cálculos para llegar a tal número incluyen el desvío de recursos fiscales a Israel y otras pérdidas económicas por las restricciones de movimiento de bienes y personas, o por el hecho de que los palestinos no pueden utilizar libremente la tierra y los recursos naturales, detalla la Unctad.
El informe asegura que si esos millones perdidos se hubieran inyectado en la economía palestina, se habrían generado dos millones de puestos de trabajo durante esos años.
Asimismo, expone, en el escenario de ausencia de fugas fiscales, el PIB palestino habría sido en promedio un 7,3 por ciento más alto durante el período 2000-2017.
En otro escenario de soberanía fiscal palestina sin ocupación, fugas ni otras pérdidas fiscales, el PIB habría sido 21,5 por ciento mayor durante ese mismo período.
La ocupación de Israel en Palestina tiene un alto costo económico y frena el desarrollo de esa población árabe, indica la Unctad.
Tras más de 50 años de ocupación ilegal por parte de Tel Aviv y de violenta represión al pueblo palestino, la situación en la Franja de Gaza y Cisjordania empeora cada día para la población civil, que es despojada de sus territorios ancestrales y sufre la escasez producida por los bloqueos israelíes, además de la violenta represión.
Si bien desde hace 70 años ya existe un Estado de Israel, la creación y reconocimiento del Estado palestino es uno de los temas pendientes de más larga data en Naciones Unidas.
La mayoría de la comunidad internacional coincide en que es Tel Aviv quien debe acabar con la colonización de territorio palestino para avanzar hacia la paz, y que solo una solución biestatal podrá traer estabilidad a esa región.
Asismismo, la ONU también ha rechazado la reciente decisión unilateral de Estados Unidos de declarar legales los asentamientos de Israel en territorio palestino ocupado. En tanto, resoluciones del Consejo de Seguridad indican que esos asentamientos son ilegales, violan el derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas.
Desde su llegada al poder en enero de 2017, el presidente norteamericano Donald Trump incrementó las controvertidas concesiones a Israel, las cuales incluyen considerar a Jerusalén como su capital, trasladar hacia allí de la embajada norteamericana y reconocer la soberanía de Tel Aviv sobre los Altos del Golán sirio.
Varios miembros del Consejo de Seguridad señalan que con su derecho al veto, Estados Unidos entorpece la adopción de resoluciones sobre el conflicto palestino-israelí que permitan dar pasos hacia un futura solución pacífica.
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