El aumento de tensiones entre Israel y el Líbano plantea la posibilidad de una guerra que involucre a varios países de Oriente Medio.
El primer ministro del Líbano, Saad Hariri, recordó este martes que, pese a las recientes hostilidades con Israel, la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual finalizó la guerra entre Hezbolá y el régimen sionista en 2006, permanece en pie.
El mandatario apeló a la vigencia del documento aclarando que, aunque en días pasados Tel Aviv y el Partido de Dios intercambiaron fuego, lo estipulado por la ONU se mantiene, en un intento de frenar el aumento de las tensiones entre ambos países.
Entre los puntos establecidos por el máximo organismo internacional en el acuerdo se cuentan el cese al fuego de ambas partes y la retirada de todas las fuerzas israelíes del Líbano.
Escalada de enfrentamientos
Las declaraciones se producen a la luz de enfrentamientos entre ambas fuerzas armadas que han tenido lugar desde los últimos días de agosto.
El día 25 de agosto, dos drones de la Fuerzas de Defensa israelí atacaron la capital libanesa, resultando en que uno de los artefactos cayó sobre un área tomada por Hezbolá y otro explotó en el aire. Era la primera agresión hostil de Israel al Líbano desde 2006.
Este domingo, el grupo chiíta atacó un puesto de vigilancia en localidad fronteriza israelí de Avivim y destruyó un vehículo militar blindado de ese régimen con misiles antitanque. En respuesta, Tel Aviv lanzó 100 proyectiles contra varios objetivos en el sur del Líbano.
Posteriormente, en un video difundido este lunes, el líder del Partido de Dios, Seyed Hasan Nasralá, aseguró que los drones que ingresen al cielo de ese país serán interceptados y los ataques israelíes recibirán respuesta inmediata.
Israel y el Líbano, ¿al borde de una guerra?
El jefe del gobierno libanés aseguró que por vías diplomáticas se logró contener, de momento, la escalada y explicó que contactó con dignatarios de varios países y los exhortó a presionar para que Israel no tome más represalias.
Para el político israelí y exjefe del servicio especial Nativ, Yakov Kedmi, resulta poco probable que la situación entre Hezbolá y las Fuerzas de Defensa de Israel se deteriore y se desarrollen hostilidades a gran escala.
Aunque el experto aclaró que “todo es posible en Oriente Medio”, afirmó que a ninguna de las partes le interesa desencadenar una guerra caliente, sino que ambos lados “están intentando demostrar a su pueblo que nadie le permitirá atacar su territorio con impunidad".
Por su parte, el experto en política regional libanesa Rafaat Badawi aseveró que Israel no necesita una guerra y el conflicto del fin de semana"se trata de un simple ataque y de la protección de su territorio, nada más. Diente por diente, ojo por ojo, una nueva ecuación de la política regional", subrayó.
Sin embargo, Dmitri Mariasis, jefe del Departamento para el Estudio de Israel y las Comunidades Judías del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Rusia, sí cree que la creciente tensión puede pasar a la etapa de una guerra caliente.
"Los dirigentes israelíes han dicho que cualquier refuerzo de Irán y de los grupos proiraníes, a los que pertenece Hezbolá, constituye una amenaza para la seguridad del Estado de Israel. Y esta es la línea roja que Israel no dejará que nadie cruce", afirmó Mariansis.
Entre las posibles razones para llevar el conflicto a la guerra destacó el potencial de armas acumulado por el Partido de Dios, la experiencia en combate obtenida en Siria, la necesidad del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de demostrar su poder antes de las elecciones al Knéset y la existencia de una “amenaza a la seguridad de Israel”.
La misma opinión comparte el catedrático adjunto de ciencias políticas de la Universidad Americana de Beirut (UAB), Imad Salamey, quien afirmó que "la última confrontación es alarmante, ya que puede fácilmente instigar una nueva fase en la que los ataques y contraataques lleven al Líbano y a toda la región a una guerra a gran escala".
Interferencia de terceros países
"Es muy grave porque el contexto del conflicto actual es más bien una confrontación entre Israel y sus aliados, por un lado, e Irán y sus aliados, por otro, en toda la región, que abarca nada menos que el Líbano, Siria, el Iraq, Gaza, Yemen y otras zonas", declaró el profesor de ciencias políticas y estudios islámicos en la UAB, Ahmad Moussalli.
Desde el inicio del conflicto árabe palestino, Estados Unidos ha defendido las políticas sionista con el objeto de mantener una hegemonía militar en Oriente Medio, así, resulta plausible considerar la inestabilidad en el Líbano como parte de la estrategia de los gobiernos estadounidense e israelí para caotizar la región y orientar sus fuerzas hacia Irán.
"Israel ha estado trabajando en la creación de un frente político y militar para limitar el poder geopolítico de Irán y su expansión militar directamente o a través de sus aliados, e Irán está haciendo lo mismo pero en la dirección opuesta", añadió Moussalli, quien aseveró que el conflicto podría desembocar en una guerra de gran envergadura que afectaría a casi todos los países de Oriente Medio.
Orígenes del conflicto
Desde finales de la década del 60 del pasado siglo, las guerras esporádicas entre Israel y el Líbano así como sus constantes enfrentamientos se derivan en gran medida del conflicto palestino-israelí. En 2006 se produjo una guerra que duró 33 días.
El 11 de agosto de ese año entró en vigor un alto el fuego avalado por la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para mantener la estabilidad en Oriente Medio. Hezbolá, con fuerte influencia en la vida política libanesa, es la única facción que no abandonó su arsenal militar luego de la guerra civil en ese país entre 1975 y 1990.
Aunque el Gobierno de Benjamín Netanyahu acusa a esa milicia chiíta de fabricar misiles de precisión en el Líbano y Hezbolá niega, sí reconoce poseer un amplio arsenal capaz de alcanzar al país sionista.
El primer ministro del Líbano, Saad Hariri, recordó este martes que, pese a las recientes hostilidades con Israel, la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual finalizó la guerra entre Hezbolá y el régimen sionista en 2006, permanece en pie.
El mandatario apeló a la vigencia del documento aclarando que, aunque en días pasados Tel Aviv y el Partido de Dios intercambiaron fuego, lo estipulado por la ONU se mantiene, en un intento de frenar el aumento de las tensiones entre ambos países.
Entre los puntos establecidos por el máximo organismo internacional en el acuerdo se cuentan el cese al fuego de ambas partes y la retirada de todas las fuerzas israelíes del Líbano.
El día 25 de agosto, dos drones de la Fuerzas de Defensa israelí atacaron la capital libanesa, resultando en que uno de los artefactos cayó sobre un área tomada por Hezbolá y otro explotó en el aire. Era la primera agresión hostil de Israel al Líbano desde 2006.
Este domingo, el grupo chiíta atacó un puesto de vigilancia en localidad fronteriza israelí de Avivim y destruyó un vehículo militar blindado de ese régimen con misiles antitanque. En respuesta, Tel Aviv lanzó 100 proyectiles contra varios objetivos en el sur del Líbano.
Posteriormente, en un video difundido este lunes, el líder del Partido de Dios, Seyed Hasan Nasralá, aseguró que los drones que ingresen al cielo de ese país serán interceptados y los ataques israelíes recibirán respuesta inmediata.
El jefe del gobierno libanés aseguró que por vías diplomáticas se logró contener, de momento, la escalada y explicó que contactó con dignatarios de varios países y los exhortó a presionar para que Israel no tome más represalias.
Para el político israelí y exjefe del servicio especial Nativ, Yakov Kedmi, resulta poco probable que la situación entre Hezbolá y las Fuerzas de Defensa de Israel se deteriore y se desarrollen hostilidades a gran escala.
Aunque el experto aclaró que “todo es posible en Oriente Medio”, afirmó que a ninguna de las partes le interesa desencadenar una guerra caliente, sino que ambos lados “están intentando demostrar a su pueblo que nadie le permitirá atacar su territorio con impunidad".
Por su parte, el experto en política regional libanesa Rafaat Badawi aseveró que Israel no necesita una guerra y el conflicto del fin de semana"se trata de un simple ataque y de la protección de su territorio, nada más. Diente por diente, ojo por ojo, una nueva ecuación de la política regional", subrayó.
"Los dirigentes israelíes han dicho que cualquier refuerzo de Irán y de los grupos proiraníes, a los que pertenece Hezbolá, constituye una amenaza para la seguridad del Estado de Israel. Y esta es la línea roja que Israel no dejará que nadie cruce", afirmó Mariansis.
Entre las posibles razones para llevar el conflicto a la guerra destacó el potencial de armas acumulado por el Partido de Dios, la experiencia en combate obtenida en Siria, la necesidad del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de demostrar su poder antes de las elecciones al Knéset y la existencia de una “amenaza a la seguridad de Israel”.
La misma opinión comparte el catedrático adjunto de ciencias políticas de la Universidad Americana de Beirut (UAB), Imad Salamey, quien afirmó que "la última confrontación es alarmante, ya que puede fácilmente instigar una nueva fase en la que los ataques y contraataques lleven al Líbano y a toda la región a una guerra a gran escala".
Interferencia de terceros países
"Es muy grave porque el contexto del conflicto actual es más bien una confrontación entre Israel y sus aliados, por un lado, e Irán y sus aliados, por otro, en toda la región, que abarca nada menos que el Líbano, Siria, el Iraq, Gaza, Yemen y otras zonas", declaró el profesor de ciencias políticas y estudios islámicos en la UAB, Ahmad Moussalli.
Desde el inicio del conflicto árabe palestino, Estados Unidos ha defendido las políticas sionista con el objeto de mantener una hegemonía militar en Oriente Medio, así, resulta plausible considerar la inestabilidad en el Líbano como parte de la estrategia de los gobiernos estadounidense e israelí para caotizar la región y orientar sus fuerzas hacia Irán.
Orígenes del conflicto
Desde finales de la década del 60 del pasado siglo, las guerras esporádicas entre Israel y el Líbano así como sus constantes enfrentamientos se derivan en gran medida del conflicto palestino-israelí. En 2006 se produjo una guerra que duró 33 días.
El 11 de agosto de ese año entró en vigor un alto el fuego avalado por la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para mantener la estabilidad en Oriente Medio. Hezbolá, con fuerte influencia en la vida política libanesa, es la única facción que no abandonó su arsenal militar luego de la guerra civil en ese país entre 1975 y 1990.
Aunque el Gobierno de Benjamín Netanyahu acusa a esa milicia chiíta de fabricar misiles de precisión en el Líbano y Hezbolá niega, sí reconoce poseer un amplio arsenal capaz de alcanzar al país sionista.
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