Erguido de dignidad Lula cumple 500 días de prisión política

Convencido de morir inocente y digno que avasallado por la injusticia, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva cumple hoy 500 días de prisión política.

'Han sido 500 días de injusticia, pero también 500 días de dignidad. Nos da una lección de carácter para todos, en coherencia, en espíritu de lucha. Lula combina el realismo con la esperanza viva no solo de que saldrá, sino también de que Brasil se recuperará', afirmó el reconocido columnista y escritor brasileño Emir Sader.

Cuando visitas a un hombre íntegro como Lula, de 73 años, 'tienes una oportunidad de inspiración. Él está absolutamente consciente de que cumple una prisión política y permanece secuestrado por una decisión ilegal', declaró a Prensa Latina el líder de la bancada del Partido de los Trabajadores (PT) en la Cámara de Diputados, Paulo Pimenta.

Según el parlamentario, el exsindicalista 'reconoce su inocencia y cada día que permanezca en prisión queda más en evidencia la violencia jurídica que sufrió, el golpe político'.

Detenido en Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, desde el 7 de abril de 2018 por supuestos actos de corrupción, Lula dijo recientemente al periódico Folha de Sao Paulo y al portal del periódico El País que solo saldrá de la prisión si es liberado.

'Seré encarcelado 100 años, pero no cambiaré mi dignidad por mi libertad', remarcó.

'¿Crees qué no me gustaría estar en casa? Me encantaría estar en casa con mi esposa, mis hijos, mis nietos, mis compañeros, pero no hago ninguna pregunta. Quiero salir de aquí con la cabeza bien alta como cuando entré, inocentemente', señaló el fundador del PT.

Cuando se le preguntó si teme pasar el resto de su vida entre barrotes, respondió que 'no hay problema. Estoy seguro de que duermo todos los días con la conciencia tranquila, estoy seguro de que (el fiscal Deltan) Dallagnol no duerme y (el exjuez Sergio) Moro no duerme'.

Reveló que antes de ser condenado en la operación Lava Jato y después encarcelado, aliados lo alentaron a abandonar Brasil o buscar asilo en una embajada extranjera, posibilidades que rechazó.

'Tomé la decisión de que mi lugar está aquí (en Brasil). Estoy tan obsesionado con exponer a Moro, a Dallagnol y su pandilla, y a los que me han condenado, que seré encarcelado 100 años, pero no cambiaré mi dignidad por mi libertad. Quiero probar la farsa montada', subrayó.

Informaciones recientes divulgadas por el sitio The Intercept ponen al desnudo que las investigaciones y procesos contra Lula dañaron las garantías básicas de cualquier ciudadano, incluyendo su derecho al enjuiciamiento por un magistrado imparcial.

Hace apenas 10 días un manifiesto firmado por 17 juristas, abogados, exministros de Justicia y exmiembros de tribunales superiores de ocho países pidieron al Supremo Tribunal de Justicia que libere al exsindicalista.

'Las recientes revelaciones del periodista Glenn Greenwald y del equipo del sitio de noticias The Intercept, en asociación con los periódicos Folha de Sao Paulo y El País, la revista Veja y otros medios han horrorizado a todos los profesionales del derecho. Nos sorprendió ver cómo se violaron las reglas fundamentales del debido proceso brasileño sin ninguna vergüenza (en el proceso contra Lula)', denunciaron los firmantes en el documento.

Detallaron que en 'un país donde la justicia es igual para todos, un juez no puede ser juez y parte en un caso', en alusión a las revelaciones hechas por el llamado Vaza Jato (trabajo de filtración, divulgación y elaboración de reportajes sobre conversaciones entre diferentes agentes y órganos de justicia coordinadores de la Lava Jato).

Los abogados llamaron la atención sobre la conducta de Moro, quien no fue imparcial ni ético durante el proceso contra Lula y aún así comandó la acusación.

'Manipuló los mecanismos del laudo, dirigió el trabajo del fiscal, exigió el reemplazo de un fiscal con el que no estaba satisfecho y tuteló su estrategia de comunicación', precisaron los signatarios del texto.

Remarcaron que el actual ministro de Justicia del Gobierno de Jair Bolsonaro 'decidió no cumplir con el fallo de un juez que ordenó la liberación de Lula, lo que viola la ley gravemente'.

'Debido a prácticas ilegales e inmorales, la justicia brasileña está experimentando una grave crisis de credibilidad dentro de la comunidad jurídica internacional', apuntaron.

Para Pimenta, 'el legado de Lula es muy vasto, va desde resultados básicos como los primeros programas implementados, los cuales facilitaron que casi 30 millones de brasileños tuvieran acceso a la luz eléctrica'.

En 'sus gobiernos (2003-2011) creó más universidades, más escuelas técnicas. Posibilitó que gran parte de la población brasileña tuviese por vez primera un hijo en la universidad, además de las políticas de inclusión', enumeró el legislador.

Más allá de su extendida prisión, 'Lula mantiene su serenidad. Sabe que es un preso político que cumple una tarea como otras y en este momento la principal es dirigir al pueblo brasileño, al Partido de los Trabajadores y transformar la lucha por la democracia y la soberanía', reflexionó Pimenta.

'Lula resiste por aquellos que se fueron y por aquellos que quedaron', refirió Lurian Lula da Silva, la hija mayor del expresidente.


Por Osvaldo Cardosa Samón

tgj/ocs

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