Caracas, 02 de julio de 2017.-  La Batalla de Niquitao, victoria patriota dirigida por los próceres José Félix Ribas y Rafael Urdaneta en el contexto de la Campaña Admirable del Libertador Simón Bolívar, fue una lucha moralizante para el ejército triunfador del Libertador, destacó el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, en ocasión de conmemorarse este domingo, 2 de julio, 204 años de la derrota del ejército realista en esa región trujillana.
En su cuenta de la red social Facebook, el Jefe de Estado publicó: “Para la historia de la lucha por la independencia, Niquitao fue una batalla importante y moralizante para el ejército triunfador del Libertador, que destruyó la columna realista de 800 hombres que los aguardaban y que le permitió seguir avanzando con pasos firmes por el Occidente del país”.
El 2 de julio de 1813, los andes trujillanos fueron testigos de la Batalla de Niquitao, conocida comoLlano del Ataque, una de las luchas que marcó el éxito de la Campaña Admirable, un digno ejemplo del movimiento de resistencia contra de las autoridades españolas.
Esta ofensiva fue dirigida por Ribas junto a Urdaneta, en compañía de 450 hombres venezolanos armados que inmolaron sus vidas y derrotaron a las tropas realistas del coronel José Martínque.
Martínque contaba con un ejército que duplicaba en número de hombres al ejército patriota. Allí Ribas demostró su espíritu libertario. “El general José Félix Ribas, sobre quien la adversidad no puede nada, el héroe de Niquitao y Los Horcones, será desde hoy titulado El Vencedor de los Tiranos en La Victoria“, así lo denominó el Libertador Simón Bolívar en un discurso de reconocimiento a este patriota.
Esta importante batalla surge a raíz de la Proclama de Guerra a Muerte, declarada por el Libertador Simón Bolívar, en la cual escribió: “Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables”.
Es entonces cuando el ejército patriota reconoció las posiciones de combate del enemigo y se colocó en sitios estratégicos. Con Ribas como líder, la división se mueve con el orden debido y a las nueve de la mañana comienza el combate contra ochocientos hombres bien armados.
Este fue uno de los innumerables triunfos, como las batallas de Betijoque y de Agua de Obispo, que abrieron las puertas del centro del país a El Libertador.