El joven caraqueño fue atacado el jueves 18 de mayo
por un grupo de violentos
José Rafael Noguera no se murió, sencillamente porque no era su hora, exclama todo aquel que escucha su historia. El joven caraqueño de 27 años recibió múltiples golpes en todo su cuerpo de manos de una turba enfurecida que se encontraba marchando en los alrededores de Altamira.
De acuerdo con el relato contado por el muchacho, quien se dedica a vender huevos, el pasado jueves 18 de mayo venía en un autobús desde Petare junto a su hermana Tairene Campos, cuando una barricada realizada por opositores detuvo la unidad donde se trasladaba, por lo cual debieron continuar su trayecto a pie.
Al pasar por el lugar, una mujer que se encontraba marchando con otras personas observó a su hermana, quien portaba una camisa roja y exclamó: “Estos como que son chavistas”, a lo que Campos respondió: “Y sí soy chavista y qué”. Ipso facto, esa expresión fue el detonante para la violencia.
“Una de las mujeres se le lanzó encima a mi hermana para agredirla, yo empujé a la mujer porque ella (Campos) padece de lupus y no puede recibir golpes. Entonces le grité: Corre”, contó Noguera.
Un grupo de manifestantes se le abalanzó al joven y comenzaron a golpearlo sin piedad.
“Recuerdo que gritaba, mientras me cubría la cabeza y la cara, pero me daban con los cascos y decían: Vamos a quemarlo vivo”, contó el muchacho.
Noguera indicó que aunque trató de pedir ayuda, nadie se la daba, hasta que un motorizado que se encontraba pasando decidió salvarle la vida. “Comenzaron a perseguirme hasta una patrulla de la Policía de Chacao. Los oficiales se negaban a ayudarme. Yo me metí por la fuerza en el vehículo y me trasladaron hasta Salud Chacao”, relató.
Yaisamar Rodríguez, esposa de Noguera, contó que junto a su cuñada fue hasta dicho centro asistencial para saber de su cónyuge.
“Me negaron a mi esposo, inclusive no aparecía ni en la historia. Pudimos encontrarlo porque un trabajador me dijo con señas que no nos fuéramos de allí”, resaltó.
No hay razón para la violencia
Para Campos, quien es militante de una Unidad de Batalla Bolívar Chávez, en el estado Vargas, lo vivido junto a su hermano, es producto de la intolerancia promovida por sectores de ultraderecha. “Pensar diferente no es excusa para la agresión. Mi hermano es alguien sencillo, nosotros creemos en el proceso revolucionario, de hecho yo fui beneficiada por la Gran Misión Vivienda Venezuela. Él aún no ha sido favorecido”, acotó.
Lady Gómez / Ciudad CCS
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