En la reunión, que se extendió hasta horas de la madrugada del viernes, participaron los secretarios generales de los partidos de oposición y otros voceros de la MUD.
Según reseña un diario de circulación nacional el expresidente del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero, sostuvo un encuentro con el presidente de la Asamblea Nacional, diputado por Acción Democrática (AD), Henry Ramos Allup y representantes de la Mesa de la Unidad Democrática, MUD.
Se detalla que Ramos Allup expuso a Rodríguez Zapatero su visión sobre cómo debe darse el diálogo. Manifestó sus críticas a la demanda del Ejecutivo en contra de la directiva del parlamento por usurpación de funciones, el supuesto embarque del Consejo Nacional Electoral a la oposición y, lo que consideran, la dilación de actos gubernamentales para evitar la consulta.
ESCÉPTICOS ANTE EL DIÁLOGO
Respecto a la mediación, Ramos Allup aseguró que no habrá “arreglo trastienda… Hay que agotar la posibilidad de diálogo, así una gente se ponga brava. 92% lo está pidiendo, según encuestas muy serias, y hay interés desde el Vaticano, Estados Unidos, la Comunidad Europea, el G7, Unasur, Mercosur, la OEA (Organización de Estados Americanos) y otros organismos internacionales. Si nos negamos al diálogo a priori, le entregamos al gobierno el argumento de que los violentos no quieren una salida constitucional y pacífica. Ojalá se pudiera incluso pensar en una salida concertada”.
El dirigente adeco le indicó a Rodríguez Zapatero que no renunciará al derecho de exponer la crisis política ante la OEA. “Con o sin sentencia, sin provisión o no, con rabia o sin rabia, si la OEA me da la palabra voy a ir a exponer la situación del país. Venezuela es signataria del pacto fundacional de la OEA; sus normas tienen carácter supraconstitucional y permiten que cualquier ciudadano u organización pueda expresarse en ese foro”, apuntó.
Por su parte, Jesús “Chuo” Torrealba, secretario de la MUD, manifestó que están “cautelosamente escépticos a toda esta diligencia de mediación con el gobierno porque ha demostrado de manera reiterada que no está dispuesto a sentarse a conversar seriamente. El gobierno lo que quiere es show”.
MEDIADORES SOLICITAN CONFIANZA
José Luis Rodríguez Zapatero, mediador de la delegación designada por Unasur, aseguró, en declaraciones ofrecidas el 19 de mayo pasado, que ha tenido bajo su responsabilidad varias negociaciones políticas relevantes, “serias, difíciles, y sé cuál es el camino y el método…. Como dice el poeta “Se hace camino al andar” y el diálogo se hace dialogando, no marcándose objetivos de antemano, no estableciendo condiciones, sino aportando el diálogo, la confianza… Por supuesto confianza en quienes están en las tareas tanto del gobierno como de los representantes de la Mesa de la Unidad Democrática y vamos a necesitar la confianza de los dos poderes”.
DIÁLOGO CON EL GOBIERNO VS. PUGNA DENTRO DE LA MUD
La dirigencia de la MUD atraviesa un nuevo período de conflictividad. Por un lado, están los que creen que la vía política es la más adecuada para confrontar al gobierno, entre los que se encuentra Henry Ramos Allup. Y por el otro, los que consideran que las acciones de calle, y la presión al Consejo Nacional Electoral, pueden forzar la convocatoria a un proceso de referéndum revocatorio, como el gobernador del estado Miranda y ex candidato presidencial derrotado, Henrique Capriles Radonski.
Aunque ambos bandos buscan la salida del gobierno, sus métodos los dividen. Ramos Allup apunta al uso del parlamento, de los organismos internacionales como la OEA y la presión política, para cercar al presidente Maduro. Mientras que Capriles, exige vías más drásticas con movilizaciones de calle (que generalmente concluyen con violencia). Esta semana llegó a plantear que si la MUD no coincidía en sus planteamientos, estaba en toda libertad de expulsarlo, pero que él continuaría con sus objetivos.
Las desavenencias entre estas dos figuras, no son nuevas. En el pasado, Ramos Allup, dirigente adeco, criticó fuertemente a Primero Justicia (PJ), partido donde milita Capriles. Sin embargo, en las elecciones primarias de la oposición en el año 2012 Capriles resultó abanderado como candidato y la tolda blanca no tuvo otra opción más que aceptarlo.
Henrique Capriles, como candidato opositor, no se retrató con el partido blanco. El desencuentro resaltó en el aniversario de AD, al cual el aspirante no se presentó y Ramos Allup, mostró su figura, de cartón, con una franela blanca y los símbolos de ese partido.
Tras el fallecimiento del comandante Hugo Chávez y la convocatoria inmediata a nuevas elecciones, la MUD planteó un condicionamiento a Capriles para que fuese nuevamente el candidato de la derecha, entre ellas, la imposición de una tarjeta única, cosa que no se había alcanzado antes por la negativa de PJ.
Ahora, estos personajes vuelven al ring y enfrentan sus métodos para intentar socavar el Gobierno legalmente constituido en el país.
EL DIÁLOGO EN REVOLUCIÓN (CASO 2002-2003)
El llamado a diálogo en Venezuela no es algo novedoso, durante los años de la Revolución Bolivariana.
En 2002, posterior al golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez ejecutado por sectores de la derecha empresarial y los medios de comunicación, el conflicto entre el gobierno y la oposición se mantuvo. Dicha situación estuvo signada por protestas violentas y pronunciamientos militares, desde la Plaza Altamira, alentadas por la “Coordinadora Democrática” (la actual MUD). Se incitó abiertamente a un nuevo golpe de Estado, la vulneración de las instituciones y se arrastró a la sociedad a escenarios de violencia. El objetivo… Propiciar una revuelta social y derrocar al gobierno.
Ante este escenario, y en procura de evitar el incremento de la conflictividad, el gobierno del comandante Chávez, convocó la mediación de organismos internacionales en la búsqueda de una solución pacífica. Se concretó la participación de la OEA y del Centro Carter.
En la mesa de negociación y acuerdos se nombraron delegaciones de ambas partes. Tras meses de reuniones y participación de los organismos internacionales, la oposición se jugó la carta de un paro general convocado para el 2 de diciembre. La acción desestabilizadora implicó la paralización y sabotaje a la industria petrolera, así como del sector comercial e industrial, que pretendió poner contra la pared al gobierno revolucionario y generar la renuncia del presidente.
El Gobierno denunció que mientras, por un lado, la oposición se sentaba en la mesa de negociación y acuerdos, por el otro promovía la violencia y el golpe de Estado.
Ante esto, el gobierno revolucionario logró mantener una resistencia notable frente a los ataques de la oposición. Movilizó al pueblo y garantizó el suministro de combustibles y alimentos, con los pocos recursos que tenía a la disposición, producto del sabotaje en distintos sectores.
Tras dos meses en los que la oposición no logró desplazar al gobierno, y la admisión por parte de los líderes del paro-sabotaje de haber perdido el control de la acción, el 2 de febrero de 2003 realizaron la actividad denomina “El Firmazo”, en la que recogieron, por primera vez, rúbricas para solicitar un referéndum revocatorio contra el mandato del presidente Hugo Chávez, proceso electoral que se cristalizaría con resultados positivos para la Revolución, un año y seis meses después.
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