El proyecto fue suspendido hace unas semanas después que expertos detectaron varios problemas que imposibilitaron su realización que, según informaciones de la prensa alemana, costó al Estado alrededor de 680 millones de euros.
El caso provoca fuertes críticas, pues aparentemente los problemas ya eran conocidos antes del cierre de contrato.
El debate sobre el proyecto fracasado y sus costes aumentan la presión sobre el gobierno de la canciller Angela Merkel, cuatro meses antes de las elecciones parlamentarias.
Según el ministerio de Defensa, De Maiziere, se reunirá con la comisión parlamentaria de defensa el 5 de junio para aclarar los errores cometidos.
A la par, el movimiento por la Paz en Alemania sigue con mucha atención el debate sobre el desarrollo y la compra de este sistema militar.
"El uso de drones es tan poco ético como el uso de bombas de racimo", dijo en una entrevista con Prensa Latina Luehr Henken, un activista de la campaña alemana contra los drones.
Henken destacó que con los drones, los estados occidentales tienen "posibilidades totalmente nuevas para intervenir en otros estados sin enviar tropas".
Varias organizaciones del movimiento por la Paz en Alemania se organizaron en la campaña contra los drones para evitar el desarrollo de este sistema militar por parte del ejército alemán.
Hasta ahora, Alemania compra los drones en Israel.
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