La Habana, 5 jun (PL) Estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina exigieron en esta capital el pronto regreso de cinco antiterroristas cubanos detenidos desde 1998 en cárceles de Estados Unidos.
Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino, René González y Gerardo Hernández fueron condenados severamente por informar sobre planes de acciones violentas contra Cuba fraguados por grupos terroristas basados en territorio norteamericano.
En una gala de naciones efectuada por el cumpleaños 47 de Gerardo Hernández en esa casa de altos estudios los jóvenes llamaron al gobierno estadounidense- justamente cuando se cumplen cinco mil días de encierro - a poner fin a esa injusticia
Adriana Pérez, esposa de Gerardo, declaró a la prensa que en la causa de los Cinco -como son conocidos en el mundo- la solidaridad continúa imponiéndose como parte del apoyo y aporte para su pronto regreso.
Esta gala denominada "Somos el mundo" no solo es para Gerardo, sino también para Ramón que cumplirá años el 9 junio, adelantó Pérez, quien es privada de visitar su esposo por las autoridades norteamericanas.
Nos hubiera gustado que ellos -todos- estuvieran aquí para disfrutar las muestras de cariño y calor humano que le entregan los estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina que ya son parte del pueblo de Cuba desde hace mucho tiempo.
El estudiante chileno de segundo año de Medicina Héctor Felipe Riquelme, en representación de la Junta Estudiantil, hizo pública la declaración de los futuros galenos, quienes exigieron el pronto regreso de los Cinco a sus hogares.
Nada se parece más al miedo a la verdad que el encierro subraya el texto, el cual calificó de injusto el trato recibido por los antiterroristas cubanos, blancos de un proceso matizado por continuas violaciones.
Los estudiantes también demandaron el fin del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba.
Contra los Cinco se presentaron 26 cargos por separado, 24 de ellos relativamente menores y más bien técnicos.
Uno de los 24 era el no registrarse como agentes extranjeros ante la Fiscalía General de Estados Unidos.
Los acusados estuvieron de acuerdo con este cargo, pero les impidieron explicar que bajo una doctrina de las leyes estadounidenses conocida como la Defensa de Necesidad ellos debían ser perdonados por no haber cumplido con ese tecnicismo.
Su misión implicaba la protección de vidas humanas, evitar daños a propiedades y prevenir actos terroristas, y según las leyes norteamericanas, se puede técnicamente violar una regulación establecida por la ley si lo está haciendo para evitar un daño mayor.
Ninguna acusación los involucra en el uso de armas, actos violentos o destrucción de la propiedad.
ocs/joe
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