Moscú, 23 de abril, RIA Novosti.
Los embajadores de la Unión Europea, reunidos este lunes en Luxemburgo, acordaron prohibir las exportaciones de artículos de lujo a Siria, medida que supone una nueva tanda de sanciones, ya la decimocuarta, contra el régimen del presidente Bashar Asad, informó una fuente diplomática europea.
“Las sanciones contra Siria se impondrán y afectarán a productos de lujo y material para la represión”, adelantó el diplomático citado por la agencia France Presse.
Según explicó, se trata de una medida “muy simbólica”, ya que se adopta poco después e que la prensa revelara la afición de la primera dama siria, Asma Asad, por artículos de lujo.
“Las sanciones van dirigidas contra el matrimonio Asad, su clan y los dirigentes del régimen para que lo que está ocurriendo en Siria también afecte su vida privada”, señaló la fuente.
Como parte del nuevo paquete de sanciones, Bruselas prevé ampliar la lista de mercancías que está prohibido exportar a Siria porque podrían ser utilizados por el régimen para la represión a los manifestantes.
El pasado 23 de marzo, los ministros de Exteriores de los Veintisiete acordaron ampliar las sanciones “individuales” incluyendo en su “lista negra” a otras 12 personas, entre ellas la madre y la esposa del presidente sirio, Anisa Maklouf y Asma Asad, y a dos empresas.
A los integrantes de la lista, en la que actualmente figuran un total de 150 personas y compañías próximas al líder sirio, se les prohíbe la entrada en los países de la UE y se les congelan los activos.
Anteriormente, los países comunitarios vetaron los suministros de armas y equipamiento para las fuerzas de seguridad siria, las compras del crudo sirio y las inversiones en el sector petrolero del país, así como adoptaron una serie de sanciones contra su sector bancario y financiero, como la congelación de los fondos del Banco Central.
Desde hace más de un año, Siria es escenario de violentos enfrentamientos entre la oposición y las fuerzas gubernamentales que, según datos de la ONU, han causado ya más de 9.000 muertos.
Por su parte, el Gobierno sirio reporta más de 3.200 civiles muertos, así como más de 2.500 bajas mortales entre soldados y policías que se enfrentan a milicias fuertemente armadas.
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