Comando de Operaciones Especiales: Misión Letal
Por: Deisy Francis Mexidor
El Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos (Socom, por su sigla en inglés) llegó a tener presencia en 60 naciones al concluir la era de George W. Bush (2001-2008).
Pero en dos años de mandato de Barack Obama aumentó su despliegue a 75 países, según revelaciones del diario The Washington Post.
El Socom nació en 1987 para el combate antiterrorista, una tarea que después del 11 de septiembre de 2001 cobró mayor relevancia. Es una tropa elite combinada de marines, grupos de la fuerza aérea, boinas verdes, rangers, así como asesores y militares de otras ramas.
En más de dos décadas la expansión de Socom no ha cesado: de 37 mil efectivos a comienzos de la década de 1990 pasó a más de 60 mil en la actualidad, mientras su presupuesto se cuadruplicó hasta los nueve mil 800 millones de dólares, de acuerdo con el sitio digital Bloomberg.
Para el almirante Eric T. Olson, exjefe del Comando, Socom es como “un microcosmos del Departamento de Defensa, lo integran componentes de tierra, mar y aire, y tiene una presencia global y facultades y responsabilidades semejantes a las de los departamentos, servicios y organismos militares”.
Pero la criatura predilecta de Socom es el Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por su sigla en inglés) que informa y responde directamente a Obama y tiene la misión fundamental de perseguir y asesinar a sospechados de terrorismo en cualquier “oscuro lugar del mundo”, en correspondencia con la doctrina Bush.
En octubre de 2010 el líder cubano Fidel Castro advirtió que “equipos del JSOC viajaban a diferentes países, sin siquiera hablar con el Embajador ni el Jefe de la Estación CIA, con una lista de gente que buscaban, encontraban, mataban y se iban”.
De acuerdo con expertos el velo de clandestinidad que envolvía a esas fuerzas empezó a rasgarse tras el operativo que terminó con la vida de Osama bin Laden, el 2 de mayo pasado en Pakistán.
LICENCIA PARA MATAR
Antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington el JSOC contaba con alrededor de mil 800 miembros, cifra que se multiplicó por más de 13 veces.
Hace unas semanas el cotidiano The Washington Post reveló los datos, contenidos en una serie de investigación periodística bajo el título Top secret America: a look at the militarys joint special operations command.
El JSOC, según se conoce el grupo militar por su sigla en inglés tiene licencia para matar; además de desarrollar un sistema de inteligencia para detectar y dar seguimiento a objetivos de interés para el gobierno estadounidense.
Se estima que son unos 25 mil efectivos listos para actuar, pero se mantienen en un nivel de secretismo superior al de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), como lo afirma el informe divulgado por el Post.
Sus propios integrantes han llegado a confesar que la CIA no tiene la autoridad para ejecutar acciones que el JSOC puede hacer; de hecho este comando letal tiene su propia división de inteligencia, aviones no tripulados y de reconocimiento, satélites y hasta “ciberguerreros”.
Es una unidad de elite tan clandestina, que por años el Pentágono rehusó reconocer su existencia y está integrada por los Navy Seals (Fuerzas Especiales de la Marina de Guerra) y Delta Force (soldados secretos del Ejército para operaciones especiales).
Hace ocho años, en septiembre de 2003, Donald Rumsfeld, entonces secretario estadounidense de Defensa, rubricó una orden ejecutiva para apuntalar a ese grupo especial como la columna vertebral de la llamada guerra contra el terrorismo.
Para cumplir su objetivo presentó una relación de presuntas situaciones permitidas bajo escenarios en 15 países, entre ellos Irak, Afganistán, Irán, Pakistán, Filipinas, Somalia y Siria.
John Nagl, un exasesor de contrainsurgencia, calificó al JSOC de “máquina contraterrorista de matar casi a escala industrial”, de acuerdo con un artículo publicado en junio de este año en la página electrónica de PBS (Public Broadcasting Service).
Advierte el mismo texto que es un comando del que pocos habían escuchado hablar antes de la ejecución de Osama Bin Laden.
“Ellos reportan directamente al Presidente” y “operan a nivel mundial basado en los derechos legales (o extralegales) bajo una directiva presidencial clasificada”, señaló Nagl.
El JSOC agrupa los objetivos enemigos en una lista secreta llamada JPEL. Según Matthew Hoh, un exoficial del Servicio Exterior, quien renunció en 2009 porque sentía que las tácticas de Estados Unidos solo fueron alimentando la insurgencia, la relación incluye una extensa gama de individuos que están en el colimador de Washington.
Se estima que este Comando de Operaciones incursionó en 2008, solo en Afganistán, sobre 550 objetivos, con saldo de alrededor de mil personas muertas; mientras en 2009 ejecutó en ese mismo país 464 acciones, en las cuales perdieron la vida entre 400 y 500 miembros de las llamadas “fuerzas enemigas”.
Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer de periodismo, reveló que la administración de George W. Bush operó un anillo ejecutivo de asesinatos que dependía directamente del vicepresidente Richard Cheney y el Congreso jamás sintió inquietud por indagar al respecto.
Hubo asesinatos en docenas de países del Oriente Medio y en América Latina, enfatizó Hersh.
Sin embargo, el escritor Juan Gelman, al hacer un análisis sobre el tema, consideró en un comentario publicado en el diario argentino Página12 que “Obama no solo ha vencido a W. Bush: también se ha derrotado a sí mismo, al Obama que se opuso a la guerra de Iraq aún antes de que comenzara”.
(Con información de Prensa Latina)
Por: Deisy Francis Mexidor
El Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos (Socom, por su sigla en inglés) llegó a tener presencia en 60 naciones al concluir la era de George W. Bush (2001-2008).
Pero en dos años de mandato de Barack Obama aumentó su despliegue a 75 países, según revelaciones del diario The Washington Post.
El Socom nació en 1987 para el combate antiterrorista, una tarea que después del 11 de septiembre de 2001 cobró mayor relevancia. Es una tropa elite combinada de marines, grupos de la fuerza aérea, boinas verdes, rangers, así como asesores y militares de otras ramas.
En más de dos décadas la expansión de Socom no ha cesado: de 37 mil efectivos a comienzos de la década de 1990 pasó a más de 60 mil en la actualidad, mientras su presupuesto se cuadruplicó hasta los nueve mil 800 millones de dólares, de acuerdo con el sitio digital Bloomberg.
Para el almirante Eric T. Olson, exjefe del Comando, Socom es como “un microcosmos del Departamento de Defensa, lo integran componentes de tierra, mar y aire, y tiene una presencia global y facultades y responsabilidades semejantes a las de los departamentos, servicios y organismos militares”.
Pero la criatura predilecta de Socom es el Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por su sigla en inglés) que informa y responde directamente a Obama y tiene la misión fundamental de perseguir y asesinar a sospechados de terrorismo en cualquier “oscuro lugar del mundo”, en correspondencia con la doctrina Bush.
En octubre de 2010 el líder cubano Fidel Castro advirtió que “equipos del JSOC viajaban a diferentes países, sin siquiera hablar con el Embajador ni el Jefe de la Estación CIA, con una lista de gente que buscaban, encontraban, mataban y se iban”.
De acuerdo con expertos el velo de clandestinidad que envolvía a esas fuerzas empezó a rasgarse tras el operativo que terminó con la vida de Osama bin Laden, el 2 de mayo pasado en Pakistán.
LICENCIA PARA MATAR
Antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington el JSOC contaba con alrededor de mil 800 miembros, cifra que se multiplicó por más de 13 veces.
Hace unas semanas el cotidiano The Washington Post reveló los datos, contenidos en una serie de investigación periodística bajo el título Top secret America: a look at the militarys joint special operations command.
El JSOC, según se conoce el grupo militar por su sigla en inglés tiene licencia para matar; además de desarrollar un sistema de inteligencia para detectar y dar seguimiento a objetivos de interés para el gobierno estadounidense.
Se estima que son unos 25 mil efectivos listos para actuar, pero se mantienen en un nivel de secretismo superior al de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), como lo afirma el informe divulgado por el Post.
Sus propios integrantes han llegado a confesar que la CIA no tiene la autoridad para ejecutar acciones que el JSOC puede hacer; de hecho este comando letal tiene su propia división de inteligencia, aviones no tripulados y de reconocimiento, satélites y hasta “ciberguerreros”.
Es una unidad de elite tan clandestina, que por años el Pentágono rehusó reconocer su existencia y está integrada por los Navy Seals (Fuerzas Especiales de la Marina de Guerra) y Delta Force (soldados secretos del Ejército para operaciones especiales).
Hace ocho años, en septiembre de 2003, Donald Rumsfeld, entonces secretario estadounidense de Defensa, rubricó una orden ejecutiva para apuntalar a ese grupo especial como la columna vertebral de la llamada guerra contra el terrorismo.
Para cumplir su objetivo presentó una relación de presuntas situaciones permitidas bajo escenarios en 15 países, entre ellos Irak, Afganistán, Irán, Pakistán, Filipinas, Somalia y Siria.
John Nagl, un exasesor de contrainsurgencia, calificó al JSOC de “máquina contraterrorista de matar casi a escala industrial”, de acuerdo con un artículo publicado en junio de este año en la página electrónica de PBS (Public Broadcasting Service).
Advierte el mismo texto que es un comando del que pocos habían escuchado hablar antes de la ejecución de Osama Bin Laden.
“Ellos reportan directamente al Presidente” y “operan a nivel mundial basado en los derechos legales (o extralegales) bajo una directiva presidencial clasificada”, señaló Nagl.
El JSOC agrupa los objetivos enemigos en una lista secreta llamada JPEL. Según Matthew Hoh, un exoficial del Servicio Exterior, quien renunció en 2009 porque sentía que las tácticas de Estados Unidos solo fueron alimentando la insurgencia, la relación incluye una extensa gama de individuos que están en el colimador de Washington.
Se estima que este Comando de Operaciones incursionó en 2008, solo en Afganistán, sobre 550 objetivos, con saldo de alrededor de mil personas muertas; mientras en 2009 ejecutó en ese mismo país 464 acciones, en las cuales perdieron la vida entre 400 y 500 miembros de las llamadas “fuerzas enemigas”.
Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer de periodismo, reveló que la administración de George W. Bush operó un anillo ejecutivo de asesinatos que dependía directamente del vicepresidente Richard Cheney y el Congreso jamás sintió inquietud por indagar al respecto.
Hubo asesinatos en docenas de países del Oriente Medio y en América Latina, enfatizó Hersh.
Sin embargo, el escritor Juan Gelman, al hacer un análisis sobre el tema, consideró en un comentario publicado en el diario argentino Página12 que “Obama no solo ha vencido a W. Bush: también se ha derrotado a sí mismo, al Obama que se opuso a la guerra de Iraq aún antes de que comenzara”.
(Con información de Prensa Latina)
0 comentarios:
Publicar un comentario