Caracas, 19 Oct. AVN .- Con la venta de la refinería Ruhr Oel and Gas con sede en Alemania, Venezuela se desprende de un mal negocio, ya que la empresa, adquirida a comienzos de los años 80, en 30 años nunca rindió ganancias al país, tampoco refinó ni un barril de petróleo pesado nacional, ni dio empleo a venezolanos.
Durante su visita a Moscú el Presidente de la rEpública Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, anunció que acordó con las autoridades de Rusia la venta a este país de la participación que el Estado venezolano tiene en la refinería alemana Ruhr Oil, donde comparte la propiedad con la compañía privada British Petroleum (BP).
"Son negocios que hizo la Cuarta República (período constitucional 1958-98, posterior a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez) en contra del interés nacional y desde entonces estábamos buscando un socio estratégico para vender nuestra parte en esa refinería", expresó el presidente Chávez.
El valor de venta del 50% de la empresa Ruhr Oel and Gas, supera con creces los 1.600 millones de dólares, pues a esta suma se le deberán agregar los inventarios de crudo existentes en sus instalaciones en el momento del cierre de la operación y las facturas pendientes por pagar.
La participación de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en las 4 refinerías de la mencionada empresa asciende a aproximadamente 22%, en promedio. Debe destacarse que el monto de venta de estas plantas fue avalado por tres firmas de auditores independientes.
En el convenio original establecido por Pdvsa y su entonces socia Veba Oel AG, las refinerías en Alemania debían procesar crudos pesados y extrapesados procedentes de Venezuela. Sin embargo, este objetivo no se cumplió.
Otro elemento que destaca Pdvsa, en una nota de prensa, es que al momento de su compra, el gobierno de Luis Herrera Campins aceptó que le fuesen transferidas a Pdvsa deudas por más de 900 millones de marcos alemanes y un programa de inversiones superiores a los 3 mil millones de marcos durante tres años.
Además, de acuerdo con una de las condiciones aprobadas en el momento de su adquisición, la empresa British Petroleum tenía el derecho a vetar cualquier intención de venta por parte de Venezuela.
"BP no quería que nosotros vendiéramos y los alemanes tampoco; era un negocio redondo, pero no para nosotros", puntualizó Chávez
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