Playa Girón y la campaña anticubana
Por: Javier Rodriguez Roque
La Habana, 14 abr (PL) La violenta campaña mediática anticubana que desarrollan actualmente Estados Unidos y sus aliados europeos hace evocar, en estos días, la similar arremetida publicitaria lanzada por Washington como operación previa a la invasión por Playa Girón.
Al igual que en el presente abril, el mismo mes de 1961 vio elevarse al máximo los decibeles de una bien orquestada catarata de propaganda contra la entonces naciente revolución cubana, utilizando para ello todo el control estadounidense de los medios de difusión.
La decisión de derrocar por la fuerza al gobierno de la isla rebelde había sido tomada con bastante anterioridad en las más altas esferas de la administración norteamericana.
Para quienes dominaban tradicionalmente la economía y la sociedad cubana resultaba impensable que el pequeño país vecino adoptara sus propias decisiones y tomara en sus manos los resortes de su desarrollo.
Tan temprano como en abril de 1959, tras la entrevista sostenida con Fidel Castro, el entonces vicepresidente de Estados Unidos Richard Nixon decretó la urgencia de liquidar a la revolución por considerarla un peligro para los intereses de la Casa Blanca.
Inmediatamente, a la vez que se intensificaba el apoyo a los grupos enclavados en La Florida y encargados de las acciones terroristas contra Cuba, se desató la campaña mediática cuyo objetivo era asegurar la futura agresión directa.
Se satanizaron las medidas revolucionarias adoptadas en beneficio popular como la reforma agraria que entregó la tierra a quienes la trabajaban o la reforma urbana, liquidadora de los llamados casatenientes, explotadores de la necesidad popular de viviendas.
Prensa y políticos de numerosos países, ligados al plan desestabilizador, vincularon la apertura de Cuba a las relaciones con todos los Estados a un supuesto ataque de la Unión Soviética al más importante bastión capitalista y a sus aliados en Latinoamérica.
Estados Unidos volcó todo su poderío de propaganda a convencer al mundo, mediante falsas noticias, de la existencia de una rebelión interna del pueblo cubano y del respaldo a un "gobierno en el exilio" constituido por políticos tradicionales y corruptos.
La estrategia no ha cambiado mucho con los años y contra Cuba se abate ahora un torrente de falsedades sobre su realidad y el mismo apoyo a quienes prefieren servir a la potencia enemiga.
Sin embargo, del Girón de 1961 queda además una experiencia que es bueno nadie olvide: la humillante derrota en menos de 72 horas de un ejército rentado al cual no pudo salvar ni siquiera aquella costosa campaña mediática.
tgj/jrr
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