Una revolución no se mide con instrumentos capitalistas

Debemos elaborar metodologías y cálculos económicos propios
Por: Luis Alberto Matos


“Aunque el trabajo es la medida real del valor permutable de todas las mercaderías, por lo regular no se estiman por este valor.”
Adam Smith, Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones, 1776

Cuando calificamos cualquier actividad humana, establecemos una comparación con el resto de asuntos similares. Es bueno, malo, superior o pésimo según algún patrón que consideramos normal. Si lo cuantificamos, las cifras resultantes nos ayudan a validar nuestro veredicto.

En economía también existen procesos cuantificativos, pero todos son creados para un sistema capitalista. Producto interno bruto, índice de inflación, retorno del capital, índice bursátil, corrección monetaria, reservas internacionales, tipos de cambio, índices de precios y tantos otros, incluyendo remuneraciones, sólo sirven para medir hechos en ese sistema.

Nos acostumbraron a medir en dinero. Sólo es mejor lo más caro. Óptimo es quien acumule más billetes . Un cantante no es bueno porque alcance tales notas agudas o bajas, ni porque su voz supere al resto. El mejor, según me dicen diarios y portales de internet, es quien venda más discos.

Dinero
Según Makárova “el dinero es una mercancía cuya función específica es desempeñar la función de equivalente general”.

E. F. Borisov nos advierte que “El cambio de mercancías a través del dinero, en la economía mercantil basada en la propiedad privada sobre los medios de producción, intensifica la dependencia en que el productor de mercancías se encuentra respecto al mercado”.

Zhamin anticipó que “Bajo el capitalismo, el dinero convertido en capital, sirve para enriquecer a la minoría explotadora”.

El dólar es quizás la moneda que en la historia del mundo ha representado mejor el papel de dinero fiduciario, porque se acepta en base a la creencia de que alguien luego va a cambiármelo por algún saber, bien o servicio que necesite.
En 1944, en Bretton Woods, fundaron al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, eliminaron la correspondencia entre el dólar y el oro, y nos ordenaron comprarnos y vendernos en base a ese papel.

Desde entonces, debo cambiar mi equivalencia cada vez que él sube o baja en relación a mi moneda; aunque me lo digan al revés. O sea: no es que el dolar subió sino que el bolívar bajó. Y ahora por allá se quedó bajito, pero entonces aquí me inventan una permuta o se lo llevan todo.

Inflación

D. H. Robertson lo resume: “estamos habituados a expresar el valor del pan o de la ropa en términos de dinero; en tanto que no podemos expresar, como es natural, el valor del dinero en términos de sí mismo”.

Y la inflación de cada país la miden según la variación de precios con su moneda, pero ésta no vale por sí misma ni los productos realmente los miden en ese dinero sino en dólares. Luego me dicen que la inflación es dañina y que en Venezuela vamos mal porque la inflación crece.

En consecuencia, deberá estar mejor quien tenga la inflación más baja. Pero resulta que, en este momento, muy lamentablemente porque es un país hermano, Guatemala tiene una de las inflaciones más bajas de la región, mínima comparada con la nuestra, pero atraviesa una peligrosísima situación de hambre y malnutrición con gravísimas consecuencias. De paso, alguien escribió que, con inflación en cero o negativa, nadie invertía.

Otro señala que siempre es bueno tener una inflación bajita. Yo pregunto ¿cuánto es bajita? ¿la de Estados Unidos?.

Barriles
Nos “acusan” de ser “un país rentista” que “vive de la explotación petrolera”. Si eso es una realidad ¿por qué no utilizar al barril de petróleo como unidad de medida?.

Hagamos un pequeño ejercicio. Y no me pidan que anualice el valor del petróleo ni de las monedas, porque el barril de petróleo era el mismo hace 100, 50 y 20 años, al de hoy: 159 litros.

Convirtamos en bolívares el precio en dólares por barril en cada año, multiplicado por el tipo de cambio de entonces, para ver, con los precios de cada momento, cómo se compara el poder adquisitivo promedio.

Comencemos por recordar que la producción petrolera de Venezuela, en 1945, era de 886.000 barriles y con ellos sosteníamos a 4 millones de habitantes. En 1950, subió a 1.500.000 barriles para 5 millones de venezolanos. Hoy, con menos de 4.000.000 de barriles de petróleo se mantienen a más de 28 millones. Y los índices de pobreza y pobreza crítica, eran muchísimo mayores en aquellos años. ¿Eran tiempos mejores? ¿Se obtenía entonces más por cada barril de petróleo?.
Por ejemplo: en 1950 un traje para caballeros costaba 120 bolívares. Hoy, algo similar, son 900 Bs.F. Pero resulta que en 1950 el barril de petróleo se vendía en $ 2.77 y como el cambio del dólar era Bs 3,35, ese traje le costaba a la nación casi 13 barriles de petróleo. El de hoy, en cualquier Centro Comercial, lo adquieres por menos de 7 barriles.

Pocos años después, en 1961, el litro de leche costaba Bs 1. Con un barril en $ 2,91 y ya el dólar en 4,30, adquiría 12 litros de leche. Hoy ese barril me alcanza para más de 20 litros.

Y mejor no te saco la cuenta de la gasolina porque cuando la subieron a Bs. 0,25 llenabas el tanque con el costo de un barril. Hoy el barril son Bs.F. 130 y estás rodando un montón de semanas.

¿Sabes que otro renglón es hoy, en barriles de petróleo, más barato que antes? Los sueldos y los salarios. Y quienes hoy compran insumos más barato, venden carísimo y pagan salarios bajos, son quienes más se quejan.

jaquematos@cantv.net


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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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