LA CLANDESTINIDAD BANDOLERA PRETENDE VOLCAR LA HISTORIA DEL CÁUCASO
Fuente: The Voice of Russia
No pasa un día sin que en Ingushetia no se produzca un atentado terrorista, un secuestro de personas o un sonado asesinato.
Casos similares se dan en Chechenia, Daguestán y Osetia del Sur. Según el criterio de Andrey Grozin, experto del Instituto de Estudios sobre la Comunidad de Estados Independientes de la Academia de Ciencias de Rusia, la febril actividad de la clandestinidad bandolera está apuntada a debilitar en la región las posiciones de Moscú en el que los habitantes y las autoridades locales cifran especiales esperanzas de garantía de la seguridad.
A decir verdad, el brote de actividad terrorista al que asistimos hoy en esta región en los últimos tiempos, evidencia expresamente que los cabecillas de la clandestinidad terrorista en el Cáucaso del Norte y los individuos que la manejan desde el exterior, consideran necesario cambiar de táctica, pasar a actos más radicales, más sangrientos. Supongo que esto tiene que ver directamente con la situación que se va formando en el Cáucaso del Sur y en el Cáucaso del Norte tras agosto del año pasado. Después de que Rusia se mostró como fuerza capaz de poner orden a escala global, en seguida se acentuó la actividad terrorista.
Quiere decir que la clandestinidad comenzó a recibir dinero, armas, activaron su actividad los agentes residentes en el exterior. Tal coincidencia no es nada casual. En esto se ve una intención bien perfilada de reducir al mínimo la influencia rusa en el Cáucaso: tanto en el del Norte, como en el del Sur.
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