Micheletti está "dispuesto a renunciar", pero "a cambio" de que Zelaya no retornePor: EFE/VTV
Sin dar detalles, el jefe del régimen de facto reveló que a representantes suyos "les hicieron esa propuesta en una ciudad importante de Estados Unidos". Micheletti dice que está "dispuesto" a renunciar pero sólo para dejar todo como está. Sus declaraciones han bajado de tono tras ultimátum de Zelaya a la mediación
El jefe del régimen de facto en Honduras, Roberto Micheletti, dijo hoy que está "dispuesto" a renunciar al cargo, pero supeditó esta decisión a que el "ex gobernante" legítimo, Manuel Zelaya, no retorne al país.
"Si la decisión para que haya paz y tranquilidad en el país, sin retorno, que conste, del ex presidente Zelaya, (es renunciar) estoy dispuesto a hacerlo", dijo Micheletti ante preguntas de la prensa.
Sin entrar en detalles, reveló que a representantes suyos "les hicieron esa propuesta en una ciudad importante de Estados Unidos".
El presidente costarricense, Óscar Arias, está mediando desde la semana pasada en un diálogo entre representantes del mandatario Zelaya y de Micheletti, que continuará el próximo sábado, para buscarle una salida a la "crisis" causada por el golpe de Estado.
Micheletti reiteró su "confianza en que el diálogo va a resolver el problema" y descartó que él vaya a viajar a Costa Rica al frente de su comisión de representantes.
"Esa propuesta era clara y definida, y yo, para solventar esta situación que se pudiera presentar, estoy en la mejor disposición", dijo. Además, le pidió a Zelaya "que se tranquilice, que aquí no se está matando a nadie", obviando la brutal represión ordenada contra los manifestantes, además de la censura informativa, la militarización de los medios de comunicación y la expulsión de los equipos periodísticos de TeleSUR y VTV.
Zelaya dio el lunes un ultimátum para que se le restituya en el poder este fin de semana y ayer llamó a los hondureños a la "insurrección" contra un régimen de facto, tal como lo estipula la constitución hondureña. El secretario de la OEA, por su parte, José Miguel Insulza, ha dicho que la presión sobre el régimen de facto se mantendrán hasta que salga del poder.
Ante nuevas protestas anunciadas para mañana y el viernes por los seguidores del Presidente Zelaya, Micheletti pidió "a la ciudadanía, que no se deje involucrar en actos violentos que están trayendo gentes que son de otros países donde los ciudadanos se matan entre sí", acusó sin prueba alguna.
Lamentó, asimismo, "la provocación que se dio la vez pasada", el 5 de julio, que produjo "la pérdida de un joven hondureño", cuando los militares impidieron a tiros y lacrimógenas que una gigantesca marcha a favor de Zelaya se concentrara en el aeropuerto de Tegucigalpa, donde el presidente intentó aterrizar procedente de Washington tras la culminación del ultimátum de la OEA.
"No queremos eso", dijo Micheletti, y agregó: "queremos vivir en paz, como lo hemos hecho siempre".
Bajando el tono:
Micheletti, cercado y aislado por la comunidad internacional, y con el ultimátum dado por Zelaya para que sus delegados en Costa Rica determinen la manera de entregar el poder usurpado, ha estado variando el tono con respecto al presidente constitucional, pasando de las amenazas abiertas en sus primeras declaraciones, a la reciente supuesta dimisión como "posibilidad" de solución a lo que llama "crisis política" a raíz del Golpe de Estado.
"Goriletti", como fue bautizado por la mayoría de los hondureños, se auto proclama como "gobernante constitucional", después que el Congreso los "designara" tras el golpe de Estado militar que expulsó del país al Presidente Zelaya y fuera abandonado en Costa Rica, el 28 de junio pasado.
Insistió en que "es clara y definida que fue una sustitución constitucional" la que lo llevó a la Presidencia del país por "decisión" del Parlamento, el cual dirigió hasta el 28 de junio.
El fiscal general de Honduras, Luis Rubí, reafirmó hoy que si el mandatario regresa al país "se va a proceder a capturarlo" por delitos cometidos en relación con la frustrada consulta.
Micheletti insistió en que tiene "pruebas de todas esas cosas" en su acusación de que Zelaya cometió "violaciones constitucionales", por acciones relacionadas con una propuesta de consulta nacional a los hondureños, para preguntar si deseaban la convocatoria futura a una Asamblea Constituyente. La consulta al pueblo, que se iba a celebrar precisamente el 28 de junio, fue la causa del golpe.
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