Misicuni: el sueño cochabambino

Misicuni: el sueño cochabambino.
Por: Pablo Osoria Ramírez .

La Paz, 18 may (PL) La represa Misicuni dejó de ser el sueño anhelado de los habitantes del central departamento boliviano de Cochabamba, quienes hace más de cinco décadas esperaban por la concreción de ese proyecto, emprendido para abastecer a la sedienta capital valluna.

Este lunes iniciaron las acciones constructivas de esa obra, que tendrá una altura de 120 metros y suministrará tres mil 100 litros de agua por segundo, de los cuales dos mil serán destinados al consumo humano y mil 600 para irrigar las extensas áreas agrícolas en esa región

En presencia del presidente Evo Morales, el pasado fin de semana fue firmado el acuerdo que marcó el inicio de la ejecución de la segunda parte del embalse, cuyo financiamiento está garantizado con respaldo de la prefectura, de la nación y también con crédito internacional.

La primera etapa, llevada a término en 2005, incluyó la perforación de un túnel para el trasvase a Cochabamba de alrededor de 400 litros por segundo.

Actualmente ese suministro se completa con los recursos hídricos proporcionados por las otras fuentes del líquido, que en total hacen casi 900 litros por segundo.

Con eso cuenta por el momento la empresa municipal Semapa para dotar de agua a las zonas central y norte de la ciudad, pues hasta ahora no existen conexiones en la parte sur.

Por esa razón, los primeros beneficiados con la implementación de la segunda fase serán los moradores del sur cochabambino.

Según fuentes oficiales, la represa demanda una inversión de 84,2 millones de dólares y será ejecutada en tres años y cinco meses.

El gobierno y la prefectura del departamento costearán el 54 por ciento, equivalente a 44,9 millones de dólares, mientras que el resto será sufragado por entidades extranjeras.

Para Morales, el megaproyecto consolida la lucha nacional e internacional para que el agua sea considerada como un derecho humano y no se privatice para beneficio de pocos.

Misicuni fue el centro de la legendaria Guerra del Agua del 2000, que en una insurrección popular logró expulsar a la empresa Aguas del Tunari, subsidiaria de la transnacional estadounidense Bechtel.

Esa entidad fue favorecida por el gobierno de entonces con la concesión del servicio y distribución de agua en esa ciudad, pero ante el rotundo fracaso de la administración privada, el Ejecutivo se vio obligado a devolver al municipio la administración del servicio.

Desde entonces, y pese a sistemáticos inconvenientes, Semapa se hace cargo del abastecimiento del recurso natural, hasta que se concluya el megaproyecto de Misicuni.

Además de esa entidad, en la ejecución de la obra toman parte el Consorcio Hidroeléctrico Misicuni y el grupo Internacional Asociación Accidental Hidráulica, contratista de ese proyecto.

La represa beneficiará a 1,3 millones de habitantes a partir de 2012 y a 2,5 millones desde el 2025.

Para su abasto aprovechará recursos hídricos de los ríos Misicuni, Viscachas y Putucuni, al otro lado de la Cordillera del Tunari, mediante el embalse y trasvase de sus aguas, cuyo fin será el consumo humano, el riego y la generación de energía eléctrica.

La Misicuni almacenará 150 millones de metros cúbicos de ese recurso natural.

Finalmente se abren las válvulas de un sueño que sintetiza la aspiración de toda una población y de varias generaciones desde hace 50 años, según afirmó Gonzalo Terceros, alcalde de Cochabamba.

ocs/ga/por


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