Lunes, 10 de noviembre de 2008
Estados Unidos: Que sigue
Por: Teodoro Rentería Arróyave
La euforia del estupendo triunfo del ya presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama sobre su ahora ex contrincante republicano, John McCain que fue de 2 a uno en lo que se refiere a los llamados votos electorales, que son en última instancia los que cuentan, tendrá que ir asentándose en él y en su equipo de campaña para dar paso a lo que sigue.
Ese "que sigue", vaya que es de un calibre mayúsculo por todas las situaciones que le hereda el ya desfalleciente gobierno de George W. Bush, al que la propia prensa de su país y del mundo lo ha calificado como el peor en la historia de Estados Unidos.
Obviamente que antes que ningún asunto de la agenda que le espera impaciente, tendrá que enfrentar la grave crisis económica que por su dimensión se globalizó; las naciones, prácticamente todas, están impacientes de las acciones que asuma para revertir el problema más serio que le heredan y que el mismo ha dicho que no es fácil, sin embargo tendrá que tomar en cuenta que la mayoría de los votos los ganó de una ciudadanía que sufre los excesos y las políticas de la "banda bushionana".
En ese sentido América Latina y España se han unido para demandarle al que será el 44 presidente de Estados Unidos, y de acuerdo a su voto unánime expresado recientemente en Naciones Unidas, establecer nuevas y renovadas relaciones con Cuba y en esas condiciones dar por terminado el criminal embargo que desde hace 46 años impuso su país en forma unilateral a la isla, mismo que le ha provocado perdidas por 93 mil millones de dólares, además de las muertes, sobre todo infantiles, que se han dado en este largo tiempo por que el embargo alcanzó en forma sanguinaria hasta la importación de medicamentos y alimentos.
Por su parte la organización de derechos humanos, Amnistía Internacional, AI, ha hecho un llamado al futuro presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que cierre durante los primeros 100 días de su gobierno la infame prisión de la base naval estadounidense de Guantánamo, y no sólo eso, además "reparar los daños" causados por el republicano George W. Bush a escala mundial en su autoproclamada "guerra contra el terrorismo".
Desde luego, enfrentar la terminación de las sangrientas guerras de Irak y Afganistán, cuya motivos esgrimidos para declararlas estuvieron basados en las mentiras del propio Bush, de quien se dice que todavía tiene tiempo, 75 días, de aquí al 20 de enero, para cometer una o más locuras. Esperemos que la fuerza moral del presidente electo lo impida.
En ese mismo tema el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, dio ha conocer que su "primera y más importante" demanda para el nuevo gobernante será que terminen los ataques del ejército estadounidense contra civiles en Afganistán, luego de revelar que un bombardeo de las fuerzas ocupantes dejó en la víspera 40 muertos, entre ellos mujeres y niños, en un pueblo del sur del país invadido en 2001 por órdenes del saliente mandatario Bush.
Los gobernantes del Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, el boliviano Evo Morales, el español José Luis Rodríguez Zapatero se pronunciaron por estos temas y el venezolano Hugo Chávez ratificó su decisión de restablecer "nuevas relaciones" con Estados Unidos y relanzar "una agenda bilateral constructiva" por el bienestar de ambos pueblos.
Esto es lo "que sigue" para Barack Obama, y vaya que no es poca cosa.
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