El jefe del Pentágono encabeza campaña para reanudar las pruebas nucleares en EEUU

Sabado, 08 de noviembre de 2008
El jefe del Pentágono encabeza campaña para reanudar las pruebas nucleares en EEUU
Por: Nikita Petrov

RIA Novosti.

El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, dijo el pasado mes de octubre que la industria de guerra de su país debe restablecer las pruebas nucleares.

"No podemos garantizar la política de disuasión, la reducción y modernización de las armas nucleares sin el restablecimiento de las pruebas", dijo el jefe del Pentágono en un discurso en la Fundación Carnegie.

Gates se pronunció a favor de crear un grupo de especialistas encabezado por el ex director de la CIA, ex ministro de Defensa y ex titular de Energía estadounidense James Schlesinger con la misión de dirigir y vigilar a las empresas del sector nuclear militar del país.

El discurso de Gates para restaurar en EEUU las pruebas nucleares no fue novedoso, y en términos generales, los argumentos expuestos fueron imprecisos.

Gates afirmó que EEUU desde 1980 no desarrolla investigaciones de diseño o creación de nuevos armamentos nucleares, y que la industria bélica nacional no fabrica cargas nucleares desde 1990.

Indicó que a consecuencia de la jubilación de los científicos e ingenieros que trabajaron en el desarrollo de estas armas, en EEUU se ha producido una "fuga de cerebros" en el sector bélico nuclear.

Gates afirmó que para mediados de los años 90, la Dirección Nacional de Seguridad Nuclear de EEUU había perdido una cuarta parte de sus especialistas, y que la mitad de científicos que actualmente trabajan en los laboratorios nucleares son mayores de cincuenta años.

Los especialistas jóvenes que trabajan en los centros de investigación y otras entidades nunca han trabajado en el diseño de armamento nuclear, y esta circunstancia, a juicio de Gates, cuestiona la eficacia del arsenal nuclear que necesitan las Fuerzas Armadas estadounidenses.

Es muy curioso, que los argumentos planteados por Gates coinciden casi al cien por cien con la opinión de la mayoría de los militares y especialistas rusos al valorar la situación y perspectivas del arsenal nuclear de Rusia.

Moscú no ha realizado pruebas nucleares en el polígono de Novaya Zemlia desde octubre de 1992, y en proporciones mucho más altas que Estados Unidos, el personal científico ruso dedicado al diseño y fabricación de armas nucleares se redujo más de la mitad.

En Rusia hay un agudo déficit de especialistas jóvenes dispuestos a trabajar en este campo. Y todo esto tiene su explicación.

A pesar de conservar su importancia como elemento de disuasión ante agresores potenciales, actualmente el armamento nuclear ha perdido el carácter intimidatorio que tenía en tiempos de la Guerra Fría.

Más aún, ahora no se necesita la cantidad de armas nucleares que fabricaron la URSS y Estados Unidos en décadas pasadas como recuerda con nostalgia el señor Gates.

Los tratados de desarme suscritos por Moscú y Washington los últimos 20 años confirman la validez de esa tesis.

Entre los acuerdos cabe destacar los firmados a comienzos de la década de los años 90 que redujeron las armas nucleares tácticas.

A partir de esa reducción, siguió un proceso paulatino de desarme que se formalizó entre otros, con el Tratado para la destrucción de cohetes de medio y corto alcance (INFT) suscrito en 1987, el Tratado sobre la reducción y limitación de las armas ofensivas estratégicas (START-1) firmado en 1991, el Tratado sobre la posterior reducción y limitación de las armas estratégicas ofensivas (START-2) firmado en 1993 pero que nunca llegó a cumplirse, y finalmente, el Tratado sobre la reducción de potenciales ofensivos firmado por el presidente estadounidense George W. Bush y el ex presidente ruso Vladímir Putin en Moscú en mayo de 2002.

Estos tratados redujeron considerablemente el arsenal y las reservas de armas atómicas de ambas potencias.

De las 10.000 a 12.000 ojivas nucleares que poseían para misiles balísticos estratégicos a finales de la década de los años 80, hasta las 3.100 ojivas que tiene actualmente Rusia y las 4.545 ojivas que posee EEUU.

El arsenal nuclear táctico de ambas potencias también se contrajo de forma sensible, de las 25.000 a 40.000 unidades que tenían los países hace casi tres décadas, hasta las 5.050 cargas nucleares tácticas en poder de EEUU y las 5.614 que tiene Rusia, según datos recientes suministrados por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI).

En comparación con el arsenal acumulado por Rusia y EEUU en tiempos de la Guerra Fría, en general los tratados redujeron el armamento atómico en un 80%, y es evidente que semejante proceso haya conducido a la situación a la que se refirió el señor Gates en su país y en Rusia, según afirman los especialistas y militares rusos.

Aunque entre las posturas de Moscú y Washington existe una diferencia importante que vale la pena destacar.

Rusia firmó en 1996, y ratificó en 2000 el Tratado sobre la prohibición total de las pruebas nucleares (CTBT).

En cambio EEUU rehusó al CTBT, limitándose a firmar y ratificar el Tratado de 1963 sobre la prohibición de pruebas de armas nucleares en la atmósfera, en el espacio y bajo el agua.

Desde el punto de vista jurídico, los expertos estadounidense tienen las manos libres efectuar pruebas nucleares subterráneas. A pesar de que ese tipo de pruebas, y en esto, Gates dijo la verdad, EEUU no realiza pruebas nucleares subterráneas por una moratoria impuesta en 1992.

Pero es evidente que EEUU no ha abandonado las investigaciones para el diseño y fabricación de nuevos tipos de armas nucleares como reiteradamente informa la prensa estadounidense y lo afirman los propios constructores y científicos.

En particular, los laboratorios estadounidenses trabajan en la creación de municiones nucleares de aplicación en el campo de batalla. Este tipo de proyectiles o bombas de aviación pueden ser utilizadas para perforar profundamente la tierra con el objetivo de destruir los centros de comando militar o las fabricas subterráneas donde se fabrican armas nucleares.

El desarrollo de esas investigaciones merecieron comentarios del ex ministro ruso de Defensa Serguei Ivanov, "en particular, para nosotros tienen interés los programas de EEUU sobre la creación de cargas nucleares perforantes de pequeñas dimensiones, cada nuevo tipo de armas supone la aparición de elementos que modifican la estabilidad global y debemos tenerlos en cuenta en la planificación militar", dijo Ivanov en una intervención en el Instituto de Investigaciones Estratégicas de Londres, en julio de 2004.

La única razón de que ha impedido que el Ejército estadounidense tenga las municiones nucleares anteriormente mencionadas se debe a la reiterada negativa del Congreso norteamericano de asignar al Pentágono los recursos necesarios para financiar el desarrollo de este tipo de programas.

Los legisladores consideran que arsenal nuclear de EEUU es suficiente y que continúa siendo un factor de disuasión a pesar de los intentos de los militares de obtener nuevas asignaciones para la producción de nuevos modelos de armas.

No obstante, tanto EEUU como Rusia desarrollan investigaciones científicas y tecnologías en el campo de armamento nuclear, a pesar de que por razones obvias, este tipo de asuntos no se acostumbra a ventilar ampliamente a la prensa.

Aunque se filtran detalles, que de paso confirman el postulado que la Ciencia siempre está en evolución y armamento nuclear también.

Así, tras el último lanzamiento de prueba el un misil balístico ruso RS-18 (SS-19 Stilleto según la OTAN), de nuevo se hizo alusión al nuevo misil balístico intercontinental RS-24 con ojivas nucleares múltiples de guiado autónomo.

Según el comandante de las Fuerzas Estratégicas de Rusia general Nikolai Solovtsov, ese sistema de misiles será incorporado a las Fuerzas Armadas en diciembre del año próximo y como afirman ciertas fuentes, el misil puede portar de seis a diez ojivas nucleares de una potencia que fluctúa entre los 150 y los 300 kilotones.

Si se tiene en cuenta que el la ojiva rusa más pequeña en otros misiles balísticos rusos equivale a 750 kilotones, se puede deducir que la reducción de la potencia del nuevo misil es producto de una concepción nueva de misiles desarrollada por los expertos rusos.

Cabe subrayar que el desarrollo del nuevo misil se produce sin la realización de pruebas nucleares, ya que es imposible efectuar en secreto ese tipo de ensayos.

A pesar de las declaraciones del señor Gates, nos atrevemos a afirmar que EEUU tampoco ha suspendido el diseño y creación de nuevos ojivas nucleares. Teniendo en cuenta el actual desarrollo de la tecnología de programación e informática, es posible desarrollar los denominados experimentos pre-críticos para comprobar la eficacia, seguridad y la explotación de nuevos tipo de armas nucleares sin violar los términos establecidos en los tratados internacionales.

Los expertos de EEUU conocen muy bien ese tipo de tecnologías que también permiten comprobar las características operativas del arsenal nuclear y otro tipo de experimentos sin recurrir a las pruebas nucleares.

Cuesta deducir las razones que obligaron a Gates a plantear de nuevo el asunto de las pruebas nucleares. A lo mejor, de cara a los cambios que se perfilan en Olimpo del poder en Washington, el jefe del Pentágono quiere demostrar que puede ser una figura valiosa y necesaria para el recién presidente electo Barack Obama.


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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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