TURISMO O BARBARIE
Ricardo Rosa-Brussin
En estos días tuve el honor y el placer de recibir a unos familiares extranjeros y con todo el entusiasmo y orgullo quise mostrarles parte de mi país. Para ello comencé por llevarlos al centro de Caracas un Domingo y así mostrarles, ya sin tanto tráfico todos los sitios históricos, incluida la ceiba donde Bolivar amarraba su caballo.
El primer revés lo tuvimos en la Alcaldía de Libertador cuando desafortunadamente no conseguimos entrar al salón donde se firmó el acta de nuestra independencia. Tampoco pudimos ver ningún salón de la Asamblea Nacional y en la Casa de Bolivar no había quién nos pudiera dar charla alguna sobre tan importante “templo”.
Al día siguiente decidí llevarlos al sistema teleférico Wuaraira Repano mientras dejé en manos de una agencia de viajes todo lo pertinente para llevarlos a Los Roques y Canaima. En la pista de hielo, ubicada en la estación del teleférico, los adultos no pudieron patinar pues no había tallas de patines para ellos puesto que estas se han venido deteriorando y no las reponen. El sitio como tal va en franco deterioro, a excepción de la atención, pues todos los muchachos que allá trabajan lo hacen con una gran mística. Después de ahí caminamos hasta el Hotel Humbolt para hacer la visita guiada y pude constatar que éste está en peores condiciones que cuando lo explotaba el delincuente de Mezerane con su gringada llamada Avila Mágica.
A la mañana siguiente me acerqué a la agencia de viajes a ver que me habían averiguado de tan deseados paseos y de vaina no me dio un infarto. Para ir un “ full day” a los Roques, es decir, tomar una avioneta Maiquetía-Los Roques, llevarte a una playita en el Gran Roque, refrigerios, un sanguchito y luego pa’tras son $ 400 por el pecho. Pero como si eso no fuese suficiente me consigo con que un paseo por tres noches y cuatro días hasta Canaima son BsF. 5.500 por persona, que vergüenza. Obviamente ni yo ni mis familiares somos ricos y con mucha impotencia ellos no pudieron conocer esa maravilla natural, y yo menos complacerlos.
Finalmente cogimos hacia Margarita de donde mi otra familia afortunadamente es oriunda y solo tuvimos que pasar las penurias de someternos a los gangsters de la familia Tovar en su guarida de atracadores llamada Conferry. Del resto nos quedamos en casa de familia y no tuvimos que someternos al vejamen que consiste quedarse en un Hotel o tener que salir a comer en las calles dn mi querida Isla.
Ahora bien, me pregunto ¿ En que cree la ministra de Turismo que consiste “hacer turismo”? ¿Como coño pensamos hacer patria si un venezolano con cuatro musiues, que además vienen con buen dinero, no pueden pagar un paseo a Canaima mientras que en la selva nuestros indígenas Pemones hablan mejor Ingles que Castellano?
No soy experto en la materia pero ciertamente las fallas estructurales por las que el turismo esta atravesando es para coger palco. No hay suficientes hoteles, mucha gente que atiende en estos no sabe hablar y menos otro idioma, la mayoría de los hoteleros manejan el negocio como una panadería, no hay suficientes vuelos para las rutas que existen y de paso no hay rutas aéreas hacia destinos importantes como San Fernado de Apure, Puerto Ayacucho, Santa Elena de Uairen, etc.
Pero mientras todo esto sucede nuestra ministra de Turismo organiza toures para venezolanos de clases populares, los cuales tienen todo el derecho de conocer su país y luego el mundo, hacia distintas islas del Caribe. Ciertamente secundo al presidente cuando cita tanto a Eduardo Galeano.
Ricardo Rosa-Brussin
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