Por, Ricardo Abud"...ha sido un campo de batalla, nunca he
dejado de luchar y nunca, ni en la circunstancia más adversa, he
perdido la fe en el futuro. Ese ha sido mi escudo y mi bandera".
Blas Roca.
Dos propuestas concretas he hecho públicas para la formación y educación política e ideológica y aproximarnos un poco a ser conscientes de nuestra coyuntura política y asumir con ello el papel histórico que representa Venezuela en el contexto mundial, y asimilar, de una buena vez, que estamos en un proceso que debemos de asumir como revolucionario.
Una propuesta que versa en la creación de campos de verano para la formación patriótica, promovidos desde la madre Patria de Máximo Gorki (Rusia) y de la hoy autónoma república de Osetia del Sur. La segunda propuesta está en la búsqueda de una apertura metodológica que nos permita integrar a Cuba y a Venezuela en el estudio y formación política de nuestras jóvenes generaciones. Propuesta que surge como consecuencia de la primera, dada la importancia histórica que representa la trascendencia política de los cambios que vive Venezuela y la hermana República socialista de Cuba.
Dos propuestas que no han tenido la receptividad necesaria para lograr su concreción, es probable que los canales implementados para llamar la atención no hayan sido los adecuados, o simplemente, no hay quien entienda la importancia de legar a nuestros jóvenes una ideología que permita asumir, de manera consciente, nuestra Revolución y por consiguiente, los nuevos paradigmas que hoy enfrentamos y no queremos ver, producto de nuestra sumisión ante lo material.
Hoy, con mucha preocupación vemos algunos compañeros, que los medios de comunicación alternativos no están realizando una labor constructiva que permita orientarnos en esa dirección. Algunos medios alternativos simplemente se han dedicado a la difusión y propagación de rencillas internas de un camarada con otro. Artículos que rayan en la vulgaridad, como si fuese un elemento de la cotidianidad del venezolano. El bajo nivel de discusión y de reflexión política constructiva, ciertamente no es el fuerte de alguno de esos medios alternativos. No hay orientación en el camino político a seguir, el éxito sólo está medido en el nivel de conocimientos y aceptación de caprichos inmersos de una vanidad sustancial que contribuye a promover nuestro ego interno, y de pensar que somos o estamos más allá del bien y del mal. Somos únicos e irremplazables.
Entretanto, vemos ejemplos aislados de fortaleza revolucionaria, de compromiso tácito con nuestra Revolución de compañeros que, lejos de estar atados a las prebendas del poder político y económico, dan muestras de desprendimiento interno, están aprendiendo a interiorizar nuestra Revolución y exponerla ante los muchos que sólo han exteriorizando pensamientos radicales, cargados de una hipocresía irracional. Ya un compañero me refería el papel de Blas Roca en Cuba como asesor insigne del camarada Fidel. Nunca hubo sumisión política, mucho menos ignorancia.
El poder concebido (por algunos “líderes”) de la forma en que hoy se percibe, no deja de ser una concepción errada. La ética y la moral no están sujetas a principios, surgen como una coyuntura intrascendente para ocultar nuestras desviaciones, materializándose en subconsciente como medio aprobatorio de nuestra desvergüenza. El compromiso revolucionario sólo es un medio para llamar la atención, son devorados por proyectos personalistas que sólo buscan asidero en la acumulación del bienestar material. Apelan a la conciencia revolucionaria como si se tratase de algo implícito, valor agregado de un proyecto político, no entienden la racionalidad dialéctica y el giro que hoy ha dado la humanidad, aun se proclaman marxistas-leninistas y convalidan a una clase obrera inexistente como motor de la Revolución, desconocen hoy lo general (pueblo TODO) y aplauden la particularidad de acuerdo a sus intereses. Ser concientes es declararse para ellos dependientes del pasado social y conceptual que nos lego el marxismo.
El sedentarismo y el conformismo ideológico “revolucionario” como modelo estático del pasado es hoy una de las desventajas mejor aprovechadas por el Imperialismo norteamericano en esta gran batalla por las ideas. Ayer desafortunado en lo político-económico, hoy afortunado en ambas concepciones, me olvido de todo aquel que sigue siendo desafortunado. Pero el discurso sigue centrándose en lo inclusivo de nuestra Revolución, siempre y cuando no toque la posición alcanzada de aquellos que han logrado la prosperidad material que en muchos casos lleva el sello de la corrupción y que mantiene levitando en el pasado cuarto republicano. No hay misericordia con los principios del ayer.
Surgen dudas en lo que representa la nueva sociedad que construimos, donde muchos entienden el bienestar social y la inclusión como una fórmula dependiente hacia el consumismo y hacia la integración material de bienes y servicios, más no como un modelo hacia la búsqueda del equilibrio y armonía interna del espíritu y la materia.
A mi mente vienen recuerdos que encierran todo lo anteriormente descrito, un ministro recién nombrado, que al preguntársele cómo se sentía ante la designación, sólo atinó a responder: “se acabaron los domingos en familia”. ¿Y qué hay con los domingos de más del 80% de los venezolanos que han vivido excluidos y sin esperanza cierta de VIVIR la paz dominical de un almuerzo con todos los miembros que integran su familia?
¿Qué hay con los domingos, los demás días que restan de la semana, cuando vemos a un líder preocupado por formarnos y educarnos en el camino que se acerque a lo correcto? ¡no hay descanso! ha entendido que no hay eco, de seguro quisiera que la semana tuviera días adicionales para hacernos entender que debemos TODOS trabajar en función de un proyecto que es para nuestro beneficio. ¿Debemos seguir atados a las láminas de zing, y las dádivas que marcaron los caminos electorales en la cuarta, para sentirnos incluidos hoy en la Revolución?
Compañeros, compañeras, hay dos propuestas claras para comenzar un proceso de formación y educación ideológica, si no hay eco en las autoridades, busco voluntades que puedan coadyuvar a la concreción de estas propuestas. TODOS necesitamos formarnos, ayudarnos a deslastrarnos de todos los vicios heredados del pasado, si no encontramos eco en los “líderes” que hoy disputan opciones a ocupar cargos de elección popular, debemos CREAR mecanismos que nos permitan allanar el camino para legar a nuestros jóvenes ideas y valores que consoliden esta Revolución, son ellos los que deberán continuar la senda que un día un visionario de nombre Hugo Chávez comenzó. No me queda más que invitarlos a buscar la forma de integrarnos, sean las Aldeas Universitarias, las Universidades, las organizaciones de base, los gremios al servicio de la Revolución, las llamadas a concretar estas propuestas. No podemos ni debemos seguir sumidos en la ignorancia política, y encerrados en nosotros mismos.
NO HAY NADA MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE.
Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos
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