Estados Unidos impulsa movimientos separatistas en la región
Decio Machado
Diagonal
Después de los referéndum autonomistas en Santa Cruz, Beni y Pando en Bolivia, ha quedado abierta una puerta hacia un proyecto de balcanización en América Latina que deja muchos interrogantes para el futuro de la región
El reclamo autonómico de los prefectos de la llamada ‘medialuna’ boliviana (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), que pretende socavar el poder del presidente Evo Morales, está sentando precedentes peligrosos en el resto de América Latina. De esta manera, el eje conformado por Santa Cruz (Bolivia), Zulia (Venezuela) y Guayaquil (Ecuador), intenta quebrar el proceso de integración regional. La particularidad de este eje autonomista es que las mismas regiones son bastiones fuertes de la oposición a los presidentes Morales, Chávez y Correa respectivamente. Asimismo, poseen ingentes recursos naturales (petróleo y gas) y representan una parte importante del PIB de sus respectivos países.
Según declara a DIAGONAL Rigoberto Martínez, investigador asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, “todo este movimiento es una estructuración de un conjunto de instituciones que propician el libre comercio en regiones ricas, promocionando las autonomías como una simple estrategia de desestabilización de gobiernos progresistas y planteando el control de las oligarquías locales sobre sus recursos naturales”.
Zulia, Estado petróleo
Desde el siglo XIX alrededor del Zulia ronda la idea del separatismo. Hoy, a pesar de que el país es una republica única e indivisible, los planes secesionistas, impulsados por las elites opositoras, parecen retomar posición en el tapete político nacional.
El presidente Hugo Chávez denunciaba ante los medios de comunicación el pasado 30 de mayo : “Zulia es tierra de petróleo, de pueblo alegre y dicharachero. Pero al mismo tiempo hay que recordar que más allá de toda esa belleza geográfica, histórica y cultural que reúne, aquí está el epicentro del plan separatista contra Venezuela, y ese plan se expande ahora hacia Táchira y Mérida”, y proseguía : “Tomando el ejemplo de Bolivia, los opositores a la revolución bolivariana han ideado un plan divisionista que se expande ahora hacia el Estado Apure, en lo que ellos han llamado el arco, la media luna venezolana”.
Según el mandatario venezolano, la intención separatista va a intentar ser puesta en marcha en caso de que la oposición obtenga gobiernos regionales “estratégicos” en las elecciones del próximo noviembre.
El gas secesionista de Bolivia.
A pesar de lo que ocurre en Venezuela, es en Bolivia donde los sectores autonomistas están más empoderados. El pasado 4 de mayo se realizó en Santa Cruz la primera consulta autonómica. A pesar del triunfo del ‘sí’, es necesario recordar que dicho referéndum fue convocado fuera de los canales que estipula la Constitución del Estado y que no gozó del aval de la Corte Nacional Electoral boliviana ni de los exigidos controles electorales. De igual manera, el 1 de junio también se desarrollaron referéndum en Beni y Pando, con objetivo de convalidar los estatutos redactados por sus correspondientes comités cívicos locales. Representantes de la oligarquía cruceña, como el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Branco Marinkovic, viajaron a estas regiones para respaldar la “causa autonómica”.
Durante las votaciones llevadas a cabo en Beni y Pando, se sucedieron fuertes disturbios con varios heridos en algunas localidades de estos departamentos. En estos sucesos fue asesinado Carlos Ali, simpatizante del MAS y opositor a las consultas autonómicas. La víctima murió por ocho disparos de bala. Los enfrentamientos se dieron entre opositores al referéndum con el grupo de choque Unión Juvenil Cruceñista. Esta organización recorrió las calles armada para amedrentar a la población. La propuesta secesionista del Comité Cívico de Santa Cruz no tiene discusión : “Serán de dominio originario del Departamento, la región o la nación que le corresponda, todos los recursos naturales que contengan el suelo y el subsuelo. Toda la concesión de los mismos a empresas nacionales o extranjeras deberá ser aprobada, previamente, por las instancias legislativas y ejecutivas a nivel departamental o regional”.
Según Ramiro Vinueza, director del periódico ecuatoriano Opción, vinculado al Movimiento Popular Democrático, “este regionalismo y localismo reaccionario está exacerbado por los intereses del capital financiero internacional y las transnacionales del petróleo, que pretenden sustituir el supuesto centralismo establecido desde la capital boliviana, por la sumisión al centralismo de las grandes transnacionales, los separatistas pretenden negociar con éstas la entrega de los inmensos recursos naturales que posee esta región, de los cuales recibirán miserables privilegios, pero que les asegura su posición dominante frente a los pueblos pobres y explotados”.
Guayaquil, capital opositora
A primeros de mayo, el embajador boliviano en Quito, Javier Zárate, denunció que grupos opositores están coordinando en Ecuador y Venezuela referendos autonómicos como los organizados en Bolivia. Según declaró a DIAGONAL el mandatario ecuatoriano Rafael Correa : “Lo que está ocurriendo en Bolivia no es una acción aislada, tiene el soporte de países extranjeros, que quieren desestabilizar la región ; y de las elites separatistas de Guayaquil y de Zulia en Venezuela”. Guayaquil es considerada la ciudad más próspera y poblada del Ecuador, bastión de la derecha que se opone a Correa y cuyo alcalde Jaime Nebot, se referencia ante la ciudadanía guayaquileña por su proyecto de regeneración urbana y la privatización de la administración pública municipal. Su proyecto autonómico es un plan económico, político y social de carácter local y no nacional : intenta convertir a Guayaquil en una plataforma de exportación de bienes y servicios, sin pasar por el Estado central.
En la actualidad, Nebot intenta pactar con los 25 alcaldes existentes en la provincia del Guayas la formalización de un proyecto autonómico de corte separatista, que pudiera extenderse a través de la costa ecuatoriana, incluyendo entre sus objetivos la colindante provincia de Manabí, cuya segunda ciudad más importante es Manta. En esta ciudad se ubica la base norteamericana más importante del continente, que será desmantelada a finales del año que viene, según indicaciones del presidente Rafael Correa, y cuya única posibilidad de subsistencia sería a través de una proceso secesionista o bien por el derrocamiento del régimen.
¿Quién financia el separatismo ?
Bolivia supone un buen ejemplo. La abogada venezolana-estadounidense Eva Golinger demostró documentalmente hace apenas un mes, que el Gobierno de los EE UU ha transferido 120 millones de dólares a la oposición desde 2005.
El Gobierno estadounidense ha utilizado a la National Endowment for Democracy (NED) y a la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), entre otros organismos, para financiar a la oposición a Evo, incluso momentos antes de su ascenso. La argumentación fue la de destinar fondos a la lucha contra el narcotráfico. Este reparto de millones se desarrolló entre organizaciones de todo tipo, incluyendo estudiantiles, periodistas y empresas mediáticas, partidos políticos, empresariado y otros. El objetivo era preciso : provocar el fracaso de la Asamblea Constituyente. Los medios, amplios : fuerzas de choque, enfrentamientos, movimientos por las autonomías, paros “cívicos”, movilizaciones permanentes en las siete regiones del país, “violencia callejera”, hasta llamamientos para derrocar al Gobierno. Todo esto es palpable en la mayoría de los medios de comunicación masiva, en manos de la derecha, y activos protagonistas políticos de la disidencia, que impulsan un enfrentamiento interno y una intervención externa.
Durante 2007 incluso se produjeron atentados con dinamita contra el consulado de Venezuela y una residencia de médicos cubanos en Santa Cruz, sin olvidar el intento de atacar a un avión venezolano en el aeropuerto de esa ciudad. Entre otros graves hechos, destacó una serie de atentados realizados por una pareja de estadounidenses y la detención de una funcionaria de EE UU que traía cajas de municiones para su ‘sede’ diplomática, según explicación oficial de la Embajada de los EE UU. Durante el mes de abril, previo al referéndum, EE UU posicionó en diversas regiones de Bolivia a la USAID a través de la empresa Casals & Associates para entregar 13,3 millones de dólares a 379 organizaciones de la “sociedad civil”, partidos opositores y proyectos separatistas.
CONFILAR : UN PROYECTO SECESIONISTA EN UN CONTINENTE EN TRANSFORMACIÓN
La Confederación Internacional por la Libertad y la Autonomía Regional (Confilar) fue creada el 19 de septiembre de 2006 en Guayaquil (Ecuador), y tiene como misión, según recoge su acta fundacional, “impulsar y difundir en Latinoamérica y el mundo el ideario de libertad y autonomía mediante foros, cursos, talleres, seminarios, conferencias y otros medios de difusión”. Se definió explícitamente que esta Confederación brinde total apoyo a los cuatro departamentos “autonómicos” bolivianos (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando). La iniciativa del evento provino de Alberto Mansueti, vicepresidente del Movimiento Rumbo Propio para el Zulia, y director presidente de la Conferencia Liberal Hispanoamericana. En este evento se eligió como presidente de la Confilar a Carlos Dabdoub, ex candidato a la vicepresidencia de Bolivia y secretario departamental de Autonomía y Constituyente del Gobierno de Santa Cruz. También fue nombrado José Luis Tapia como secretario general. Tapia es miembro del Instituto de Libre Empresa y director ejecutivo de la Conferencia Liberal Hispanoamericana, recibe donaciones en una cuenta bancaria en Georgia, Estados Unidos, y cuenta entre sus “asesores académicos” con dos conocidos ideólogos de la derecha latinoamericana como Carlos Alberto Montaner, buscado por actividades terroristas en Cuba, y Álvaro Vargas Llosa, director del Centro de Prosperidad Global del Independent Institute de EE UU. Firmaron su creación organizaciones de Bolivia, Ecuador, Guatemala, Perú y Venezuela, y acordaron hacer su segundo foro en Santa Cruz, el cual se realizó en septiembre de 2007. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció en su enlace radial del pasado 3 de mayo que esta Confederación es promotora de “intentos separatistas” en Bolivia, y mencionó que estas acciones son apoyadas por elites de Guayaquil y de Zulia, en Venezuela. Agregó a su vez que intereses internacionales “están financiando estos grupos para crear problemas a gobiernos progresistas, y una balcanización en América Latina”.
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