La importancia de reconocer cuando un oponente nos ilustre

La importancia de reconocer cuando un oponente nos ilustre
Por Xavier Padilla


Durante los periódicos "discrepantismos" internos en que caen nuestras filas (que si unos son "anticomunistas", otros "no verdaderos filósofos", aquéllos "criticones" y éstos "antirrevolucionarios"), pareciera que uno no tiene más alternativa que seguir contribuyendo al caos con sólo respirar.

Lo cierto es que no podemos ser partidarios de TODO lo que dicen algunos; pero ahí está justamente el problema: que por la misma razón estaremos forzosamente de acuerdo con algunas de las cosas que dicen. Y generalmente es sólo en nuestro afán de querer ser coherentes que luego insistimos en negar de alguna forma lo que en realidad nos parece verdadero en sus discursos. Convertimos, así, la discusión en deporte, embadurnándola del principio según el cual si vamos al Magallanes no aplaudiremos las buenas jugadas del Caracas.

Desafortunadamente, son las jugadas en sí mismas, independientemente de nuestros aplausos o pitas, las que deciden una partida, no nuestras preferencias. Hay que "bajarse" de esa ingenuidad, pues aquellos que estimamos adversos a nuestras propias posiciones, también pueden decir a veces cosas que son ciertas, y hasta meternos jonrones. Y claro está, no hay nada tan desestabilizador. Pero una consciencia que se respete así misma, como se supone que debe ser la revolucionaria, no puede permitirse el ridículo de negar lo que es cierto bajo ninguna circunstancia, así venga de nuestro enemigo.

Suponiendo que alguien como la señora Gloria Gaitán lo fuese (lo cual no creo, aunque no hay dudas que debido a algunas de las cosas que ha dicho y hecho ha perdido considerable estima dentro de los círculos revolucionarios de este proceso), estimo justo reconocer que algunas de sus críticas, como por ejemplo la siguiente, es... no digamos un jonrón, sino al menos uno de esos hits que a veces no estamos dispuestos a aceptar, pero que igualmente nos ponen un hombre en base:

"A mí me da la impresión que el presidente Chávez despertó el sentimiento profundo de la participación ciudadana en la política y todo el proceso de [la] reforma fue hecho de manera autocrática, como si él reemplazara la voluntad popular. El resultado fue un rechazo a la autocracia porque si la propuesta se hubiese hecho por el colectivo hubiese tenido acogida, pero esa es sólo mi percepción".

Creo que aquí hay hombre en primera. A través de toda su gestión, Chávez ha despertado en el pueblo ese sentimiento de participación ciudadana en la política que ha hecho, precisamente, "la diferencia" de este proceso, y gracias al cual podemos hablar de cambios sociales profundos. Ese ha sido uno de sus mayores logros como líder de esta revolución, la motivación de la consciencia popular en torno a su propio papel de pueblo responsable, factor EN el ambiente y no del ambiente. Luego, vino el 2D, la gran sorpresa! Intentemos una vez más elucidar el por qué.

Muchos compatriotas de a pié "sintieron" que a pesar de su gran confianza en nuestro presidente, esa reforma había sido propuesta por el ejecutivo demasiado rápidamente, sin consulta popular suficiente, y sin haber sido suficientemente explicada al sobrano. Chávez, efectivamente, luego dijo que había sido SU error, que a pesar de haber lanzado la reforma con las mejores intenciones, lo había hecho demasiado rápido, pues el pueblo no estaba listo...

Yo, lo de "listo", lo interpreto así: claro que no estaba listo el pueblo, pero no porque no estuviese aún suficientemente maduro en su consciencia de sí, ni acerca de sus responsabilidades; no, el pueblo no estaba listo, porque debido precisamente a su gran madurez, a su gran sentido de responsabilidad socio-política, necesitaba más tiempo para entender —materialmente— el contenido de lo que se le instaba a responsablemente —¿no es cierto?— aprobar.

Su respuesta negativa fue su forma de decir: "Un momentico, no me empujen, explíquenme qué quieren decir con esto, con esto y con esto".

No hubo insuficiencia de capacidades en el pueblo, hubo insuficiencia —y por lo tanto irresponsabilidad— pedagógica por parte del gobierno. Fue una pésima campaña explicativa del contenido de la reforma. Pero pésima en tanto que sin tiempo no habrían podido esperarse milagros, ni siquiera por parte de un genio. Y eso se traduce, para los efectos de una convocatoria, en imagen "autocrática" en la percepción del... convocado.

Con la idea de que había que ganar tiempo en la profundización hacia el socialismo, se quiso incluir, también, lo más posible —de un solo golpe— en la reforma. La asamblea literalmente abusó en su abultamiento de la misma, confiando en que con el derecho de que disponía para hacerlo bastaba. Pero ahí afuera estaba el pueblo, más confiado en su legítima preeminencia, en su impostergable investidura protagónica, que la asamblea en su supuesta omnipotencia.

"Epa, alto ahí, no me empujen, a mí se me consulta, se me explica, y además también... PROPONGO".

(Claro que, para quienes querían —en su confeso error— ser más papas que el papa, el pueblo no estaba aún listo).

Ahora bien, este hit, es sólo un hit; o sea, nada de lo cual en un juego podamos estar inmunes. Porque un proceso —¡ojo!— es también una especie de juego, uno donde se aprende. Y reconocer un hit —de alguien que supuestamente es nuestro enemigo— realmente no cambia mucho que lo hagamos en forma abierta o en forma solapada. Los escrúpulos son un tanto inútiles en las matemáticas. Lo importante es hacerlo.

Con esto sólo pretendo decir, que es una puerilidad creernos infalibles, así como suponer que debemos mantener una aversión megalítica respecto de todo lo proveniente de nuestros oponentes: sus puntos positivos, camaradas, nunca invalidarán sus negativos, y pueden incluso sernos muy útiles, y hacernos aún mejores y más fuertes.

He aquí, para terminar, otras observaciones altamente "reciclables" provenientes de la misma fuente:

Periodista: "El presidente Chávez definió a Uribe como un hombre de palabra y dijo que era un caballero que buscaba la paz en Colombia, ¿a qué cree que se deba este cambio de actitud?"

G. Gaitán: "Yo pienso que el presidente Chávez salió con la forma de ser del venezolano. Ustedes son más dados a perdonar que el colombiano. La cultura del colombiano lo hace ser olvidadizo sobre los hechos generales, pero no sobre los profundos. Así que yo creo que Chávez ha hecho las paces sinceramente con Uribe, no así Uribe, quien lo ha hecho hipócritamente, tragándose la rabia".

Periodista: "¿Qué le lleva a decir esto?"

G. Gaitán: "Que Uribe es un hombre profundamente rencoroso y hay análisis psiquiátricos que dicen que es un sicópata por la formación que tuvo de su padre, que indican que fue una relación patriarcal, dominante y cruel. Si Uribe fue a Venezuela es porque siente que en Colombia está perdiendo piso político con la aparición de Juan Manuel Santos y con el apoyo que éste recibe del Ejército y de los gremios".

Periodista: "¿Se equivoca el presidente Hugo Chávez al reiniciar las relaciones con Álvaro Uribe?, ¿cuál puede ser el costo de esa "hermandad" como la calificó Chávez?"

G. Gaitán: "No, el presidente Chávez se equivocó al romperlas insultando, ese fue su error y lo está rectificando. Con respecto a la segunda pregunta yo veo esa hermandad pegada con babas. Yo creo que avanzan a pasos de gigantes con ayuda de la inteligencia norteamericana y de la mano de Juan Manuel Santos para derrocar a Chávez."

xavierpad@gmail.com




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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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