Esto que se me ofrece hoy en política exterior es una continuación de ideales por la paz, por la justicia, por el progreso social, por el bienestar de los pueblos, por el desarrollo humano.
(Transcripción de la entrevista realizada a Vladimir de la Cruz, por el periodista Israel Aragón del periódico La República, el miércoles 4 de junio del 2008, en la Cancillería, con motivo del anuncio de su nombramiento por el Consejo de Gobierno como Embajador ante la República Bolivariana de Venezuela)
ISRAEL- Don Vladimir, tal vez para empezar me gustaría que me dé un poco la génesis, ¿cómo se da el nombramiento, de dónde nace el interés, quién hace el primer contacto?
Vladimir.- Yo me encontraba en Estados Unidos, acompañando a un hijo mío en diciembre y enero, y a mediados de enero el Presidente de la República me localizó, donde yo me encontraba, me planteó la posibilidad de que colaborara con su gobierno, en una gestión diplomática, aceptando la Embajada en Venezuela. Me manifestó el señor Presidente, que las relaciones él quería mejorarlas, llevarlas a una relación de espléndidas, como deben ser las relaciones entre gobiernos y Estados, que seguramente yo estaba enterado que no estaban en su mejor momento, y que él creía que yo podía contribuir a mejorar esas relaciones si aceptaba la Embajada. Que conocía mi trayectoria política y profesional y que en base a eso me solicitaba que lo considerara. Le manifesté al señor Presidente que era una decisión difícil, que implicaba la familia, que debía consultarlo. Me dijo que me tomara los días que fuera del caso y que ojalá le resolviera positivamente. Efectivamente, hice la consulta en la familia. Dejé eso en manos de la familia porque es esta es una decisión compleja, sobretodo porque mi familia no podía viajar, en ese caso, si aceptaba una misión como ésta, de manera que yo viajo solo, y eso no es una decisión tan fácil. Finalmente, la familia en pleno aceptó, me motivó para que yo aceptara la propuesta que me hacía el señor Presidente, considerando la importancia de la misión, la importancia del país, la importancia de los sucesos que se producen en Venezuela, que sin lugar a dudas es importante vivirlos, y que para alguien como yo tal vez iba a tener un significado especial vivirlos. Y, contribuir en esa dimensión a mejorar relaciones, a fortalecerlas, a ampliarlas era un desafío que se podía aprovechar y potenciar en beneficio de los costarricenses.
ISRAEL- ¿Qué significa para usted, para su carrera política, le cambia un poco perspectivas que usted tuviera, no sé si tenía pretensiones de volver a ser candidato a la presidencia de la República? ¿Qué le implica este nombramiento?
Vladimir.- Yo ya había decidido no volver a ser candidato a la Presidencia de la República. De hecho era una decisión que ya la había compartido con la familia. Igualmente, de apartarme de la política político electoral, lo que no significa que yo no pueda opinar sobre los problemas políticos nacionales o de apartarme de los temas de política nacional, y efectivamente lo he hecho. Pero creía que la etapa de participar en política electoral ya era una etapa cubierta. Valoré ese período de mi vida, lo tomo como una gran riqueza acumulada. Tuve mucha experiencia y rica. También algunos bajonazos. Era una etapa. Estoy dirigiendo el IESTRA. Tengo un nombramiento que vence en el 2009. Después de este período pensaba retirarme de mi vida académica y dedicarme a actividades a actividades personales, en compañía de mi esposa, ayudarle en sus actividades profesionales a ella y atender yo asuntos relacionados con la lectura, la investigación y otros temas que quería atender. En mi vida nunca me ví en la vida diplomática. Jamás pensaba que iba a estar en este campo. Se me presenta en una etapa de la vida en que me siento maduro, me siento formado, en capacidad de asumirla, en posibilidad de trabajar en un país que quiero mucho por muchas razones. Pienso que se me ha ofrecido la oportunidad como costarricense de representar al país y al pueblo costarricense de procurar la mejor relación con Venezuela. Es como un desafío lleno de emociones, esperanzas y que estoy seguro que está montado sobre un árbol que lo que hay que esperar es que produzca frutos.
ISRAEL.- ¿Por qué considera que lo han escogido a usted? Ya Venezuela había rechazado unas propuestas que se le habían presentado Costa Rica. ¿Por qué han acudido a usted?.
Vladimir.- Eso hay que preguntárselo al señor Presidente y a don Brugno Stangno. Pienso, supongo que así fue, que consideraron mi pasado político de izquierda y socialista. Quizás pensaron que eso podía contribuir a establecer un mejor puente de relación. Por supuesto, deben haber valorado una trayectoria de diez años en que he sido candidato a la presidencia en tres oportunidades, a una vida académica transparente, a una vida pública transparente donde no tengo nada que se me pueda objetar. He sido un hombre consecuente en lo que pienso y hago. Valoro la democracia política, valoro el sistema republicano representativo que tenemos. Cuando fui candidato al presidencia, en las tres ocasiones, hice afirmación de los valores democráticos de Costa Rica. Creo que esto ha pesado en la determinación de don Oscar y don Bruno para hacerme la oferta de representar a Costa Rica, de una vida que en ese sentido está comprometida con el desarrollo democrático, con la paz, con los valores que la tradición histórica nos ha moldeado a todos los costarricenses, en las aspiraciones de justicia social que todos compartimos, de procurar que los pueblos vivan mejor, con más opciones de desarrollo humano, con mejores posibilidades de vida, de trabajo, de salud, de educación. Estos son ideales obviamente compartidos también con don Oscar y don Bruno. Son ideales de los costarricenses y es parte de una misión que tengo de promocionar estos valores en el extranjero y fortalecerlos como parte de la presencia internacional de Costa Rica.
ISRAEL.- ¿Cree que ha influido los artículos que en los últimos meses usted ha publicado en la prensa nacional, donde se podía entrever una posición más flexible, más en línea con el gobierno?
Vladimir.- Si se hace una buena lectura de esos artículos, es una lectura que defiende el régimen republicano, democrático y constitucional del país. Eso lo sigo defendiendo. No me desdigo de nada de lo que he afirmado públicamente. Creo en esos artículos que escribí. Son un reflejo de la democracia nacional, de la representatividad política que hay en Costa Rica. El gobierno representa a la nación costarricense, es resultado de un ejercicio político de representación de poder. El gobierno de la república representa al pueblo costarricense le guste o no a distintas personas. Yo fui un opositor del gobierno. En mi vida pública he sido un opositor. En este momento se me ha invitado a formar parte del gobierno que es la representación de Costa Rica en el exterior. Esto lo asumo como un gran reto, como un gran honor porque voy a estar representando a todos los costarricenses. Por supuesto que esto es resultado de una designación política, no de una carrera diplomática y eso obliga más cumplir con ese cometido y hacer la mejor representación posible.
ISRAEL.- ¿Como son las posturas ideológicas y políticas de don Vladijmir? ¿Cómo asume el hecho de haber sido opositor del gobierno, de mantener posturas de izquierda y socialista, que ahora participe de la diplomacia de un gobierno que se le acusa de ser muy liberal? ¿Cómo lo asume y cómo lo interpreta en su propia ideología, cómo ha evolucionado, ha habido algún cambio?
Vladimir.- En la vida todo cambia, todo evoluciona, no hay nada estático.
ISRAEL.- Y cómo ha evolucionado en usted?
Vladimir.- En madurez, en comprender que el desarrollo de una revolución en Costa Rica solo puede hacerse por vía democrática, aprovechando los mecanismos que la Constitución ofrece y permite, potenciando el ejercicio de las libertades públicas y de los derechos ciudadanos. Ese amparo constitucional lo sigo defendiendo, creo en él. Creo que nuestra Constitución es Revolucionaria, que los ciudadanos no la comprenden adecuadamente, que allí están plasmados los mejores ideales de libertad, de progreso, de justicia, de ejercicio de libertades y que la Constitución puede ser un instrumento para transformar este país si se sabe emplear y aplicar. Somos los ciudadanos que en ignorancia de la Constitución los que nos apartamos de ella para hacer valer los derechos, las libertades y las aspiraciones de justicia social y de un mundo mejor. La Constitución permite esas posibilidades. Los ideales históricos del socialismo nunca los he abandonado. Mientras haya injusticia social en el mundo siempre habrá ideas socialistas, y las ideas socialistas tienen diversas formas. El Partido Liberación Nacional como partido socialdemócrata se funda en una idea socialista de tradición marxista. Las ideas socialcristianas en Costa Rica se originan en una reacción contra el desarrollo de las ideas socialistas y se plasman en las Garantías Sociales, que fueron la conjunción justamente de fuerzas políticas que hace 65 años lograron plasmar, por un acuerdo nacional, los mecanismos institucionales que permiten el desarrollo de la vida democrática y el Estado Social de Derecho que tenemos. Este Estado Social Derecho defendido por Manuel Mora, don José Figueres, desarrollado por don Pepe, por el Dr. Calderón Guardia, por los grandes líderes históricos y de la Iglesia Católica, por Monseñor Sanabria y otros siguen siendo válidos en Costa Rica. A eso no hemos renunciado. Yo no he renunciado a eso. Sigo viéndome en esos espejos.
ISRAEL.- Pero, ¿le parece que este nombramiento hace 20 años hubiera sido inviable?
Vladimir.- No lo veo. Hace 20 años gobernaba don Oscar Arias. Yo no estaba en la política. Estaba dedicado a mi vida académica, era Decano de la Facultad de Ciencias sociales de la UNA. Tuve un largo período de 8 años de Decano. Estaba muy marginado de la vida político electoral. Opinaba de vez en cuando en periódicos como en el Semanario Universidad.
ISRAEL.- ¿Siempre en oposición?
Vladimir.- Normalmente siempre he sido un opositor político. En este momento formo parte del Gobierno, en el aparato diplomático, en la política exterior de Costa Rica, que me compromete con las políticas del desarrollo nacional del gobierno de don Oscar Arias en su política exterior, en los compromisos que él tiene de ese tipo, de la visión que él ha trazado y en los ejes de la política exterior que yo los comparto y que me parece que son revolucionarios. Si usted se propone a luchar contra las armas en el mundo, como lo ha planteado don Oscar en el Consenso de San José señalando que las armas en el mundo se deben paralizar en su elaboración horizontal, que no haya más países que las produzcan, más revolucionario que eso es señalarle a los productores de armas que no deben seguir produciendo armas. Esa es una revolución. Hacer que el apoyo de los gobiernos poderosos a los países no sea para los ejércitos y el armamento es una política absolutamente justa, socialista si usted lo quiere ver así, que yo comparto. Buscar protección a la naturaleza, más desarrollo humano, mejores condiciones de vida, son políticas que yo comparto..
ISRAEL. ¿No lo toma como una flexibilización de sus posturas el unirse a un gobierno más liberal que busca apertura de mercado?
Vladimir.- El socialismo histórico, en 1990, tuvo una crisis profunda. El sistema socialista mundial desapareció y no por una guerra que acabó con él. El imperialismo no acabó con el socialismo como resultado de una confrontación militar. El socialismo histórico no se acabó por una pugna de esa naturaleza. Se acabó porque los mismos pueblos acabaron con sus formas de vida de tipo socialista. Esta es una realidad que no la podemos ocultar y eso nos conduce, a los que hemos aspirado siempre por una sociedad más justa, a pensar que esto será siempre un problema de cada pueblo, y cada pueblo es quien debe definir la forma de vida, su organización social y política y sus propias aspiraciones de su futuro. Si ese socialismo histórico desaparece, no desaparecen las causas de la injusticia, las que generan pobreza, las que generan miseria extrema, las que siguen generando guerras. Si hay batallas que cumplir contra la guerra, la injusticia y la pobreza, esas batallas Vladimir de la Cruz las va a estar apoyando. Me parece que en este gobierno se están dando batallas importantes en ese sentido que yo las apoyo, y las he venido apoyando. Esto que se me ofrece hoy en política exterior es una continuación de ideales por la paz, por la justicia, por el progreso social, por el bienestar de los pueblos, por el desarrollo humano. Y eso podría pensarse que es socialismo. El socialismo tiene otra dimensión interna de verse. Pero, ¿existen hoy socialistas en Costa Rica? Ni siquiera hay un debate sobre el socialismo en Costa Rica. No existe. Nadie en Costa Rica tiene ese debate. En Venezuela si lo hay, el Socialismo Siglo XXI. En Costa Rica nadie está discutiendo socialismo. Se discute si existe una Tercera República, si existe una Cuarta República, si fracasó Liberación o no, si existe un régimen republicano o no, si don Oscar Arias existe como legalidad. Son cosas absurdas. Hay gente que pelea con fantasmas, piensan que don Oscar no es el representante del pueblo costarricense. Legitimado en un proceso electoral, legitimado en las elecciones de alcaldes, legitimado en un Referendum, legitimado todos los días en su acción política. Quien actúa de esa forma no conoce nada de la realidad política. Yo soy un hombre de realidades. Lo que son las políticas neoliberales son una forma de atender los problemas económicos del país. Se han discutido, se han rechazado, yo mismo he discutido y rechazado políticas neoliberales. En este momento el debate sobre las políticas neoliberales no hay que verlas si son pro o anti sistema, hay que verlas si son pro producción, si esa producción genera más riqueza, si hay posibilidades de que esa riqueza se distribuya mejor para procurar más calidad de vida a los costarricenses. En este momento el 67% de toda la producción mundial se genera en el área de los servicios. Los que ven todavía la revolución socialista como una revolución entre burgueses y proletarios en ese sentido estarían al margen de cualquier posibilidad de llevar a cabo una revolución, y tendrían que estar de acuerdo que políticas neoliberales que atraigan inversiones de tipo capitalista estarían más cerca de crear un proletariado en posibilidad de transformar este país, que políticas que no produzcan desarrollo industrial, que no produzcan desarrollo capitalista y que no produzcan una clase obrera. Lenin decía que al socialismo se llegaba con más democracia, no con menos democracia. De manera que los que luchamos por la democracia, luchamos también por el socialismo.
ISRAEL.- ¿Cómo son sus vínculos con los antiguos compañeros de política, su relación con personas de izquierda, grupos o partidos políticos?
Vladimir.- Yo he pertenecido a Fuerza Democrática desde hace diez años. Mi relación es con los compañeros de Fuerza Democrática que permanecieron en el Partido hasta la campaña del 2006, y en los años 2007 y 2008. Los que se fueron del Partido se fueron y ellos tienen casa aparte. Mis amigos son los que ha permanecido conmigo y yo con ellos. De los otros no hablo. Los amigos se escogen. Los familiares se tienen. Este es un problema de realidad. En política los amigos se escogen.
ISRAEL.- Antes me mencionó que Venezuela es un país que usted estimaba mucho. ¿Por qué y qué estima y valora de Venezuela?
Vladimir.- Su tradición, su historia, su cultura, sus héroes, Bolívar, un gran significado enorme para la Independencia de América, valores bolivarianos de los que yo me he inculcado. Razones familiares también. La revolución de 1948 hizo que mi padre tuviera que salir del país por razones políticas, era calderocomunista y miembro del partido comunista, era presidente de la juventud comunista. Perseguido por el figuerismo tuvo que salir del país. Mi madre no lo pudo acompañar en esos días. Cuando hubo posibilidades de irnos yo me enfermé gravemente, tuvimos que quedarnos, yo estaba chiquito dos o tres años. La plata que se tenía para el viaje tuvo que gastarse en mi salud. Mamá no se pudo ir. Papá se enamoró de una venezolana. Terminaron divorciándose. Yo tengo seis hermanos venezolanos, dos de ellos periodistas. Papá fue periodista, fue Director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Zulia. En Venezuela hay un premio nacional que lleva el nombre de mi padre, Ignacio de la Cruz Martinez. Tengo muy buenas relaciones porque en mi vida he ido muchas veces a Venezuela, he compartido con académicos venezolanos, con la dicha de que mi padre fue un académico. Tengo dos sobrinos que también son periodistas y todos viven allá. Tengo una familia que es venezolana, una familia que no ha sido desintegrada más allá de lo que son las fronteras, porque hemos estado unidos en el tiempo, yo he ido allá, ellos han venido acá, y mantenemos esos lazos profundos que hace que yo tenga un afecto especial por Venezuela. Mi padre era amigo de José Vicente Rangel y de otras personalidades políticas del actual gobierno de Venezuela. De esa forma tengo vínculos y relaciones afectivas estrechas con Venezuela y los venezolanos. Conozco su historia, he leído mucho porque los viajes que hice en el pasado me permitía traer libros de su literatura, su historia, de su gran poeta Aquiles Nazoa, de los grandes literatos de Venezuela, y del pensamiento social venezolano, que lo he valorado, lo he seguido de cerca en el debate político, sociológico político, y de la izquierda venezolana desde hace mucho tiempo. Y he visto evolucionar a la gente que estuvo en la guerrilla, de a guerrilla al parlamento, y del parlamento al apoyo a Chávez, y del apoyo a Chávez a la oposición a Chavéz.. Conozco literatura política de Venezuela que tal vez me da oportunidad a mí de tener un panorama diferente de otras personas que bien podrían haber cumplido el mismo cargo, pero que carecían de esa raíz venezolana que yo la tengo adherida a mi vida particular y personal. En este sentido Venezuela ha sido parte de mi vida. Incluso, cuando estaba la dictadura de Pérez Jiménez, yo adolescente me manifestaba contra esa dictadura. Mamá, en una actividad profesional, ella era microbióloga, en 1967, le tocó vivir la ocupación militar de la Universidad Central de Caracas, le tocó vivir la escena dantesca de esa ocupación y aquí protestamos contra esa intervención, realizando actividades de solidaridad. Aquí también protestamos contra los asesinatos de guerrilleros, cuando los tiraban del puente del lago de Maracaibo, en la época de las guerrillas en Venezuela, cuando estaba Douglas Bravo y otros. Nunca viví en Venezuela permanentemente, iba a pasar períodos cortos, o mis hermanos venían a Costa Rica, una hermana estuvo con nosotros cinco años, otro un año y así. Así tengo una relación estrecha con Venezuela que creo que el Presidente Arias no la conoce.
ISRAEL.- En el aspecto político, el tema Hugo Chávez es muy latente, ya hubo unas diferencia entre Chávez y Arias hace un año, cuando se dio el conflicto con Alunasa, ¿Cómo lo maneja usted? ¿Como maneja usted el tema Chávez, su política, los retos que tiene usted con las políticas de gobierno internas y externas de ese gobierno muy diferentes a las nuestras?
Vladimir.- Un embajador no tiene por que meterse en las asuntos internas de cada país, su preocupación ha de ser de establecer el mejor vínculo externo entre ambos países. Lo que el Presidente Hugo Chávez haga en términos internos es responsabilidad de él y de los venezolanos. Mi preocupación será que la relación política que por medio mío se pueda llevar a cabo entre Venezuela y Costa Rica sea la mejor. Y trataré de buscar los puntos de encuentro, de convergencia, de unidad entre el Presidente Arias y el Canciller Stagno con el Presidente Chávez y el Canciller Maduro, y por supuesto el gobierno de Costa Rica y el de Venezuela. Pero, además, las relaciones entre países no son solo políticas, son también comerciales. Tengo como misión procurar la mayor proyección de Costa Rica en Venezuela , en la población venezolana, en el mercado de consumidores de Venezuela, en el mercado de ciudadanos de Venezuela, procurando que productos de calidad de exportación costarricense puedan ser adquiridos por los venezolanos y contribuyamos de esa manera a traer divisas hacia Costa Rica, sino también a llevar productos que puedan satisfacer necesidades en Venezuela, un país que tiene algunas crisis de productos y que por la relación con Colombia se ha acentuado. Costa Rica podría contribuir a resolver parte de esos problemas.
ISRAEL.- Habrá oportunidad de que se le presenten temas donde hay fuertes diferencias entre Chávez y Arias, ¿cómo los asume?, un tema con las FARC, que se ven muy diferente, ¿cómo encontrar puntos de convergencia entre ellos en temas si tienen posiciones dispares?
Vladimir.- Esas son las convergencias que ellos tienen que buscar. No le corresponde al Embajador discutir si el Presidente Chávez está equivocado o no. Lo cierto es que a las FARC en el pasado, en Costa Rica, se les dio espacio, cobertura, y se les atendió como una fuerza política militar en posibilidad de negociar la paz. Ese espacio de negociar la paz siempre está abierto. Si en el conflicto actual de Colombia, no de Venezuela, de Colombia, existe la posibilidad de contribuir a la paz y si desde Caracas se puede contribuir en esa dimensión, Vladimir de la Cruz lo va a hacer, por supuesto con la anuencia del gobierno de Costa Rica, y con lo que corresponda del gobierno de Venezuela. Yo no podría actuar de otra manera. La paz es una preocupación de todos los ciudadanos del mundo. Si podemos contribuir a buscar la paz y hacer que se pare la violencia en Colombia, y se pare la guerra interna que hay en Colombia, será maravilloso. El problema de calificación de si las FARC son una fuerza beligerante o no, ese es un problema político, de definición política. Un día fueron consideradas como una fuerza beligerante, se llegó a acuerdos en Colombia, incluso con apoyo internacional. Después de los sucesos del 11 de setiembre en Estados Unidos se les pasó a calificar de una manera diferente, ya no como una fuerza beligerante. Ese sigue siendo un tema de definición política. En política todo cambia, de modo que lo que hoy es una fuerza beligerante mañana no lo es, o la que no lo es hoy, pase a serlo mañana. Y solo las fuerzas beligerantes pueden pactar la paz.
Home
Entrevistas
Opinión
Entrevista realizada a Vladimir de la Cruz, Embajador designado de Costa Rica en Venezuela
- Blogger Comment
- Facebook Comment
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario