Explosión del poder popular en Venezuela.
Mario Forti
Bajo los belicosos aires que últimamente la derecha se ha encargado de manifestar bendecidos por la mano vaticana de la cúpula del clero nacional, los esfuerzos por mantener el orden y llevar a cabo una acción electoral, se han vuelto muchas veces inútiles. Los rectores universitarios que defienden al imperio junto a los curas afanosos de que gobierne la elite de la rancia oligarquía criolla, siempre a través de un bufón de turno que represente al populacho. Ellos unidos a los políticos fascistas vociferando patria y al mismo tiempo vendiéndola al dólar gringo. Los más jóvenes redondeando una marcha cuyo objetivo fue más muertos. Todos juntos traicionando al suelo que pisan y que los ha alimentado. Es el minoritario Estado elitezco de la cuarta república en la quinta, es lo que muere para dar nacimiento al Estado Socialista. Es el Estado virtual que pasan por los canales privados simulando ser gobierno de las mayorías.
Dentro de la tempestad que ha provocado y sigue produciendo la idea de quitarle poder al pueblo que despierta cada cien años digo que podremos vencer los instrumentos del mal emanados de los que piensan en sacrificar la mitad de la humanidad para salvar sus intereses financieros y vivir como están acostumbrados. Ahora reformando la Carta Magna, ayer reeligiendo a Chávez, hace 18 años combatiendo al imperio en la calle.
Sobre tanta violencia que el mundo entero expresa y que la naturaleza reproduce con sus movimientos cada vez que puede y cada vez más frecuentemente y en todas partes no es mentira que nos produce mucho temor saber que efectiva y eficazmente se ha globalizado la violencia. En nuestro territorio esta característica de los tiempos la vienen representando los sectores ultraconservadores del país que resisten el sólo hablar de repartir los frutos de la tierra equitativamente. Son los más estrechamente ligados al pensamiento hegemónico fundamentalista (WASP) protestante y anglosajón, pensamiento que sigue la lógica del crimen.
Los instrumentos para generar este tipo de violencia globalizada vienen a continuación de que es así cómo se pueden inducir patrones de pensamientos, opiniones fabricadas con exhaustiva vigilancia a las multitudes, sin que estas apenas lo perciban. El educar a la población es más fácil cuando esta ha sido violentamente sacudida por desgracias o calamidades, el miedo a morir, y el miedo a volver a vivir un grado de violencia como el padecido hacen que el individuo y la comunidad en general adopten patrones servidos por los medios masivos de difusión del pensamiento y la ideología del imperio. Se ha masificado así un patrón de vida que defiende sin saberlo un modelo existencial basado en el pragmatismo obediente a los principios del individualismo, la violencia.
Nosotros combatiremos la violencia con nuestra afirmación democrática y socialista bolivariana en cuatro semanas gritando SI con nuestras manos. Celebraremos al aniversario de la reelección presidencial la reforma constitucional bien merecida por las multitudes y su derecho a gobernar y educar mejor que las individualidades respondiendo a un monstruo insaciable de sangre infantil. Heroicamente combatiremos la violencia imperial con nuestra expresión de voluntad popular en el voto afirmativo. Y a los traidores.
El año pasado defendimos con el voto la voluntad de poder transformar una nación enferma de individualismo y odio, cáncer que con la corrupción y el burocratismo conforman el laberinto del infierno porque produce sólo muerte. Gritamos con fuerza nuestro clamor de darle un freno a tanta mierda. Casi dos siglos aplastados por la bota colonialista, luego imperialista y ahora imperial. Todos los que dijimos hace un año sí a Chávez volveremos a gritarlo para que se escuche hasta en el otro lado del mundo.
El triunfalismo es la victoria del que perece y ve perder su ganada victoria por necedad y negligencia. Los principios socialistas y bolivarianos nos impiden caer en un vago triunfo electoral cuando nos embarga el alma de una nación. La desesperación generalizada por los medios privados obedece a un plan desestabilizador que defiende los intereses del imperio. Todas las muertes de nuestros hermanos en las calles son fabricadas en el imperio a fin de trastornar la vida en la comunidad. El triunfo sólo llega tras la muerte en que hemos dado todo por la causa libertaria, sin pedir nada a cambio.
Victoria es lo que buscamos, victoria popular que es la única de las victorias posibles ya que las minorías no pueden celebrar victoria alguna, la victoria es social, popular, comunal. No vence a la muerte el individuo solo defendido por una forma de ver, una realidad, una filosofía no vence nunca. Vencen los hombres reunidos en una sola voluntad y unificados por la gloria que sólo da la victoria popular. Después de esto Dios. Porque Dios es la victoria esencial para la humanidad y para todo. Victoria divina que es por su propia naturaleza su razón de ser. Vence quien es bendecido por la mano divina. Así los pueblos ahora son los bendecidos y se cumple la profecía de que los últimos serán los primeros del evangelio y de toda doctrina secreta.
Mario Forti
Bajo los belicosos aires que últimamente la derecha se ha encargado de manifestar bendecidos por la mano vaticana de la cúpula del clero nacional, los esfuerzos por mantener el orden y llevar a cabo una acción electoral, se han vuelto muchas veces inútiles. Los rectores universitarios que defienden al imperio junto a los curas afanosos de que gobierne la elite de la rancia oligarquía criolla, siempre a través de un bufón de turno que represente al populacho. Ellos unidos a los políticos fascistas vociferando patria y al mismo tiempo vendiéndola al dólar gringo. Los más jóvenes redondeando una marcha cuyo objetivo fue más muertos. Todos juntos traicionando al suelo que pisan y que los ha alimentado. Es el minoritario Estado elitezco de la cuarta república en la quinta, es lo que muere para dar nacimiento al Estado Socialista. Es el Estado virtual que pasan por los canales privados simulando ser gobierno de las mayorías.
Dentro de la tempestad que ha provocado y sigue produciendo la idea de quitarle poder al pueblo que despierta cada cien años digo que podremos vencer los instrumentos del mal emanados de los que piensan en sacrificar la mitad de la humanidad para salvar sus intereses financieros y vivir como están acostumbrados. Ahora reformando la Carta Magna, ayer reeligiendo a Chávez, hace 18 años combatiendo al imperio en la calle.
Sobre tanta violencia que el mundo entero expresa y que la naturaleza reproduce con sus movimientos cada vez que puede y cada vez más frecuentemente y en todas partes no es mentira que nos produce mucho temor saber que efectiva y eficazmente se ha globalizado la violencia. En nuestro territorio esta característica de los tiempos la vienen representando los sectores ultraconservadores del país que resisten el sólo hablar de repartir los frutos de la tierra equitativamente. Son los más estrechamente ligados al pensamiento hegemónico fundamentalista (WASP) protestante y anglosajón, pensamiento que sigue la lógica del crimen.
Los instrumentos para generar este tipo de violencia globalizada vienen a continuación de que es así cómo se pueden inducir patrones de pensamientos, opiniones fabricadas con exhaustiva vigilancia a las multitudes, sin que estas apenas lo perciban. El educar a la población es más fácil cuando esta ha sido violentamente sacudida por desgracias o calamidades, el miedo a morir, y el miedo a volver a vivir un grado de violencia como el padecido hacen que el individuo y la comunidad en general adopten patrones servidos por los medios masivos de difusión del pensamiento y la ideología del imperio. Se ha masificado así un patrón de vida que defiende sin saberlo un modelo existencial basado en el pragmatismo obediente a los principios del individualismo, la violencia.
Nosotros combatiremos la violencia con nuestra afirmación democrática y socialista bolivariana en cuatro semanas gritando SI con nuestras manos. Celebraremos al aniversario de la reelección presidencial la reforma constitucional bien merecida por las multitudes y su derecho a gobernar y educar mejor que las individualidades respondiendo a un monstruo insaciable de sangre infantil. Heroicamente combatiremos la violencia imperial con nuestra expresión de voluntad popular en el voto afirmativo. Y a los traidores.
El año pasado defendimos con el voto la voluntad de poder transformar una nación enferma de individualismo y odio, cáncer que con la corrupción y el burocratismo conforman el laberinto del infierno porque produce sólo muerte. Gritamos con fuerza nuestro clamor de darle un freno a tanta mierda. Casi dos siglos aplastados por la bota colonialista, luego imperialista y ahora imperial. Todos los que dijimos hace un año sí a Chávez volveremos a gritarlo para que se escuche hasta en el otro lado del mundo.
El triunfalismo es la victoria del que perece y ve perder su ganada victoria por necedad y negligencia. Los principios socialistas y bolivarianos nos impiden caer en un vago triunfo electoral cuando nos embarga el alma de una nación. La desesperación generalizada por los medios privados obedece a un plan desestabilizador que defiende los intereses del imperio. Todas las muertes de nuestros hermanos en las calles son fabricadas en el imperio a fin de trastornar la vida en la comunidad. El triunfo sólo llega tras la muerte en que hemos dado todo por la causa libertaria, sin pedir nada a cambio.
Victoria es lo que buscamos, victoria popular que es la única de las victorias posibles ya que las minorías no pueden celebrar victoria alguna, la victoria es social, popular, comunal. No vence a la muerte el individuo solo defendido por una forma de ver, una realidad, una filosofía no vence nunca. Vencen los hombres reunidos en una sola voluntad y unificados por la gloria que sólo da la victoria popular. Después de esto Dios. Porque Dios es la victoria esencial para la humanidad y para todo. Victoria divina que es por su propia naturaleza su razón de ser. Vence quien es bendecido por la mano divina. Así los pueblos ahora son los bendecidos y se cumple la profecía de que los últimos serán los primeros del evangelio y de toda doctrina secreta.
¡A darle una victoria popular a la reforma!
¡Hacia la patria el socialismo o muerte que queremos!
¡Viva Chávez muera Baduel!
Mforti9@cantv.net
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