Porque Benjamín Rauseo.

 

A las puertas de un nuevo proceso eleccionario, Venezuela enfrenta una de sus peores crisis, sociales, económicas y políticas; altos precios de los artículos de primera necesidad, muy alarmante, el bajo poder adquisitivo del venezolano, así como la dolarización del país.  

Eso que llamaban socialismo del siglo XXI, no es más que un proceso neoliberal sumamente salvaje. Lo terrible de esta situación es que si no salimos a votar, se vuelven a legitimar los responsables de este DESASTRE del siglo XXI, tristemente amparados constitucionalmente para seguirse reeligiendo las veces que les dé  la gana.

En cualquier democracia, el derecho al voto es una de las herramientas más poderosas de las que disponemos como ciudadanos para influir en el rumbo de nuestro país. Sin embargo, a menudo encontramos apatía y desinterés hacia este proceso fundamental.

El acto de votar nos permite expresar nuestra opinión y preferencias respecto a los candidatos y las propuestas políticas. Al emitir nuestro voto, estamos contribuyendo a la formación de un gobierno que refleje los intereses y valores de la sociedad. Es un deber cívico que tenemos como ciudadanos. Nuestra participación activa en el proceso electoral es esencial para fortalecer la democracia y asegurar que nuestro sistema político funcione de manera justa y representativa. Y comencemos un proceso de reestructuración del país. 

Ante la grave situación que vive el país, migrar ha sido la repuesta que ha encontrado el venezolano, hoy en día es difícil no ver  una familia venezolana que no tenga alguno de sus miembros fuera de nuestras tierras. 

La dolarización de la economía se suma  a la grave crisis económica del país, en clara y flagrante violaciónde nuestra constitución. No creo nunca hayamos estado tan mal. El gobierno es el único responsable.

 

Millones de venezolanos de todos los estratos de la sociedad se han marchado en busca de una mejor vida para ellos y sus familiares. 

La deserción profesional ha generado un severo daño al país; ya que ese capital humano, formado en nuestrasuniversidades (públicas y privadas), difícilmente regrese al país, con el consecuente vacío generacional, por cuanto  han formado familias en el exterior. 

He escuchado con mucha atención a los “candidatos” y solo uno logra llenar las expectativas; alguien que por no ser político permanece ajeno ante la perversidad de la política:Benjamín Rauseo, no me refiero a Er Conde del Guaracharo, para unos la misma persona, para mí dos personajes diferentes. Benjamins Rauseo ha recorrido muchos países de Europa, de Sudamérica, Centroamérica y algunas ciudades de los Estados Unidos, ha vivido en carne propia como nuestros compañeros venezolanos viven, y sus más deseados anhelos de regresar a la patria que los vio nacer. 

 

Unos ya no regresarán, ya sembraron raíces; el núcleo familiar quedó roto, quizá otros volverán, pero ya todo ha cambiado; debemos entre todos reconstruir el país. El daño está hecho, seguiremos cantando cumpleaños feliz a través de las cámaras de nuestro celular. 

Benjamín, sin lugar a dudas entiende mejor que nadie esta situación, es necesario tratar de reunificar a la familia, base de toda sociedad, algo que ha puede revertirse, pero debe frenarse y debe ir de la mano con la reconstrucción económica del país. Para ello deberá convocar a los mejores. 

 

Benjamín, sin lugar a dudas se ha venido preparando para esta batalla, más allá de abrazar ideas de izquierda, de derecha; no se trata de ideologías cuestionables, se trata de unificar al país en un solo discurso, y eso solo puede hacerlo una sola persona, Benjamín el hijo de Albertina. 

 

Hombre que ha demostrado ser un gerente a carta cabal; vendrán las descalificaciones, las acusaciones en clara señal de sembrar en el electorado las dudas necesarias. Cómo hombre público de seguro así será, pero más allá de las dudas razonables o no, Benjamín deberá ser el encargado de conducir un país dividido, un país roto económicamente, destruido moralmente.

El cuenta con una trayectoria destacada y una amplia experiencia en la gerencia pública. Su historial demuestra su capacidad para liderar y tomar decisiones estructuraadas en beneficio de la comunidad. 

 

Ha presentado un plan de gobierno detallado y realista, que aborda los principales desafíos que enfrenta nuestro país. Sus propuestas se basan en un análisis exhaustivo de los problemas y están respaldadas por soluciones viables y sostenibles, se destaca por su visión inclusiva y su compromiso con la equidad. Ha demostrado ser un líder, dispuesto a abordar las desigualdades sociales y promover un desarrollo sostenible. 

Su enfoque centrado en las personas y su capacidad para construir consensos, lo convierten en una opción viable para unificar a la sociedad hacia un futuro próspero y equitativo; al ejercer nuestro derecho al voto, podemos marcar la diferencia y construir una sociedad más justa y democrática.