Por: Ricardo Abud
Es recurrente el trato excluyente que la clase dirigente dispensa a nuestro pueblo, no hay día en que no sufrimos las consecuencias tan nefastas de lo podrido de las políticas del gobierno, es algo tan infausto, que debemos preguntarnos, es tan difícil ser pobre en una “revolución, según en transición hacia el socialismo”
El circo es una constante, basta que el presidente indique que hay que atacar las mafias y al día siguiente aparecen como sacado de un libro de Hadas, las cenicientas que deberán cargar con una cruz a cuestas, luego todo queda en el olvido y los grandes corruptos se mantienen incólumes y dispuestos a seguir saqueando el botín. Piensan que el pueblo es pendejo, lo subestiman peor que en la cuarta república, lo humillan, lo manipulan y se ríen de nosotros, ya no hay más balcón del pueblo, eso quedó en el pasado, solo circo y más circo, después de cada función a celebrar el engaño.
La aporofobia hacia el pueblo de esta nueva casta de despreciables burgueses no tiene límites, se han “extraviado” miles de millones de dólares del erario público con una voracidad sin precedentes, se hablaba de que PDVSA había entregado cerca de 40 mil millones de dólares, para que se hagan una idea de la cantidad tan grande de dinero, el servicio de la deuda de la República Federativa Rusa en el 2010 era menos de 10 mil millones de dólares, no hay calculadora que aguante tamaña cifra de dinero, donde están esos 40 mil millones de dólares, en que se invirtieron?
La “transición al socialismo” ha devenido en el ascenso de “políticos” de muy bajo nivel moral, el PSUV solo ha filtrado hacia lo más alto a los canallas y ha cerrado el camino a todos las personas rectas, honestas, responsables y sobre todo con una carga ética y moral incuestionable.
La “dirigencia” del PSUV y del gobierno viven para explotar ideológicamente al pueblo, son demasiados torpes para entender las necesidades y los principios que determina el carácter social de lo fue esta “revolución” lo que ha permitido su fracaso y desvincularse del pueblo, han antepuesto sus intereses grupales a los intereses nacionales, al bien común, justicia y bienestar social.
Estos tránsfugas hoy se apoyan en políticas neoliberales para seguir controlando el poder, la necesidad tan grande de mantenerse protegidos, los ha llevado a entregar un sueño histórico, un momento trascendental en la historia política venezolana y mundial, vendieron un proyecto político que llego al poder a finales del siglo XX con el sueño de Bolívar, de Chávez y de todo un pueblo. Hoy más que nunca tiene vigencia aquella frase de nuestro libertador “los que luchaban por ella araban en el mar”
Desmarcarse de este momento histórico ha traído como consecuencia la activación plena del aparato coercitivo del estado, para acallar a todo aquel que de manera crítica levanta su voz, han roto con los principios doctrinales del carácter político, económico, social y moral del camino que Chávez nos mostró. Ya no queda casi nada.
Hay un arsenal de disidencia muy grande en el PSUV y en el gobierno y a los principios ideológicos que acompañaron al proyecto originario, cuyo propósito fundamental es destruir el legado de nuestro comandante Chávez, estos “revolucionarios” son bastiones del neoliberalismo, allanando el paso a lo más salvaje de la etapa superior del capitalismo. Esta nomenclatura tiene adeptos fuera y dentro del país, los de adentro fomentando una economía gris en detrimento de los venezolanos
En lo político han incrementado a través del discurso y la manipulación un cínico pragmatismo, despolitizando a la población y hundiéndose en un conformismo cada día más aberrante, articulando un pensamiento retrógrado para lo cual los medios de comunicación (redes sociales, TV, radio, material impreso) juegan un papel preponderante. Otro impacto negativo ha sido la corrupción y la acumulación de capitales mal habidos, para ello se han valido de un aumento sustancial en las exportaciones y el precio de materias primas, así como el proceso de privatización que han comenzado en la bolsa de valores, con vendedores (funcionarios de empresas del estado) y compradores tan puestos de acuerdo con antelación que pareciera que fueran los mismos sujetos, es criminal lo que están haciendo en contra del país.
Venezuela es un una “estado de mercado” en el cual los funcionarios del estado, sus favores, sus permisos, poderes y recursos están en venta, una voracidad inmensa, desproporcionada, en donde los funcionarios del orden público por ejemplo, comercian con el mantenimiento del “orden”, los encargados del orden jurídico con la ley, el ministerio de finanzas trabaja en conchupancia con el Banco Central y los presupuestos del estado venezolano, todo está signado por el “negocio” donde quede la mayor cantidad de dinero fácil, para todo lo demás los “chinitos” son los que pagan las culpas, es por ello que no hay prosperidad económica ni social en Venezuela, la sociedad civil no tiene rumbo propio, cada quien está indefenso y buscando la forma de subsistir en medio de la rebatiña de la corrupción.
No hay transición posible hacia el socialismo, es una quimera el solo hecho de pensarlo, no hay ideología social, no hay intención de entender ni capacidad de comprensión, de la teoría Marxista-Leninista, más allá de los cambios históricos que ha experimentado como doctrina dialéctica, menos aún de Economía Política, sólo atinan a mantener viva la imagen de Chávez como referencia hacia un pueblo que amó a su líder fundamental, juegan con la memoria histórica de ese pueblo, solo reviven el discurso que les interesa, el discurso antiimperialista, nos atiborran con la perorata de las sanciones y el bloqueo, palabras trilladas que han dejado de surtir el efecto de los propagandistas y líderes de esos discursos.
En el país se abre una brecha hacia el cambio, son miles que han entendido hacia donde están conduciendo al país, poco a poco comienzan a reaccionar, el descontento se multiplica ante el agravio, es necesario retomar el proyecto originario, el Plan de la Patria. Empoderar el poder comunal, darle poder al pueblo. Algo que el PSUV (la dirigencia) ni el gobierno ha querido permitir.
Hay una desconexión total de los “lideres” con las bases y esto no va a cambiar, esa interacción hoy se hace una brecha muy grande, peor que en la cuarta república, son los nuevos amos del valle, los intocables, son “revolucionarios” adicto a las marcas, se creen mejores, son los privilegiados, debemos suprimir sus privilegios y que nos demuestren su honorabilidad y de dónde han sacado los recursos que les encanta presumir.
El pueblo de a pie debe obligarlos a tomar el rumbo, de lo contario castigarlos en las urnas electorales, decirle que ya basta de tantas mentiras, de corrupción, de seguir utilizando la imagen de Chávez para su circo, la razón nos asiste y debemos dar uso de ella.
NO HAY NADA MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE.
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