Por: Ricardo Abud
Los ucranianos modernos
tienen tres líneas de ascendencia: ruso occidental, cosacos de la Gran Rusia y
una pequeña minoría de tártaros de Crimea.
Esta multiplicidad étnica ha generado y genera muchas
diferencias socio-políticas que geopolíticamente los aíslan entre sí. Los
rusos-occidentales desarrollaron una fuerte identidad étnica donde su premisa
es un fuerte odio hacia los rusos, cosacos de la Gran Rusia y una
pequeña minoría de tártaros de Crimea se identifican con los rusos de la gran
Rusia. Estas rivalidades étnicas son consecuencias de los dos principados
feudales rusos proyectados en tiempos imperiales y seguidos por las purgas de
Stalin durante el periodo soviético algo que para todos aquellos que nos tocó
vivir esa época (Unión Soviética, años 1970 y hasta mediados de los 80)
claramente podían diferenciarlo, el odio hacia los rusos de la Gran Rusia era
dominante, y toda la retórica xenofóbica anti-rusa era saludada con entusiasmo
así como posiciones contrarias hacia el estado soviético, sobre por los rusos
occidentales que conformaban Ucrania. Esta representa contradicción fundamental de Ucrania y reto que
ninguno de los presidentes que ha tenido la Ucrania moderna pudo ni podrá
resolver, son posiciones irreconciliables.
Desde el derrumbe
de la URSS, Ucrania al igual que las demás republicas han experimentado la instauración
capitalista, se desmontaron todas las conquistas en materia de
educación, salud, previsión social y desarrollo urbano, todo esto acompañado de
una gigantesca campaña anticomunista en los medios de comunicación, destinada a
bloquear la memoria histórica de sus pueblos. La globalización ha
exacerbado la cultura del consumismo, la competividad y la violencia, trayendo
consigo el espejismo de un presunto bienestar para un núcleo reducido de la sociedad
y golpeando las conquistas sociales y el bolsillo de las grandes mayorías.
Un puñado de ex funcionarios del régimen se adueñaron de todas las
empresas estatizadas, generando fortunas multimillonarias que avergüenzan.
La REVOLUCIÓN NARANJA es el comienzo de la crisis
en Ucrania la misma data desde el 2004, la cual es originada por ucranianos
occidentales y surge para revelarse en contra de la victoria de Victor
Yanukovitch, que era considerado el candidato del Este. Esta “revolución” se
enmarca dentro de las denominadas “Revoluciones de Colores” que tuvieron lugar
entre 2003 y 2005 en tres ex Repúblicas Soviéticas, promovidas por EEUU. En el
caso de la Revolución Naranja, la segunda en tener lugar, comenzó tras el
fraude en las elecciones presidenciales y estuvo caracterizada, al igual que el
resto de las Revoluciones de Colores, como ¨NO VIOLENTAS¨ La plaza la
independencia (Maidán Nezalezhnosti en ucraniano, es de destacar que con el Maidán
nació el fascismo) fue el epicentro de las protestas que posteriormente dio
nombre a un partido político. El objetivo de estas protestas era revertir el
triunfo de Victor Yanukovitch y se logra a través de una tercera ronda
electoral antidemocrática e inconstitucional que le da el triunfo al candidato
de este (occidente) Víctor Yuschenko quien teóricamente encaminaría a Ucrania a
formar parte de la Comunidad Europea. "La revolución fue exitosa, pero
tras la toma de poder no funcionó" Ucrania no pasa a formar parte de la
Comunidad Europea y las condiciones socio-económicas del pueblo de Ucrania no
mejoraron. Ucrania empezaba un proceso de destrucción y separatismo de niveles
incalculables, deja de existir de manera irreversible Ucrania, Crimea a través
de un referéndum en el cual el 96,77% de los votantes se pronunció por la
incorporación de este territorio a Rusia, y pasa a convertirse en epicentro de
una de las mayores crisis internacionales desde la desintegración de la URSS en
1991. Donetsk y
Lugansk regiones situadas en la zona oeste de Ucrania, son prorrusas. Allí hay
una guerra civil latente entre los nacionalistas ucranianos y los prorrusos, un
conflicto que lleva más de una década presente. Ambas provincias se han
autoproclamado independientes de Ucrania y cuentan con el apoyo de Moscú.
Rusia apoya
abiertamente al Este y al Sur. Estados Unidos y la OTAN respaldan al Oeste. Un
Oeste fascista que durante la segunda guerra mundial algunos factores
anti-rusos apoyaron a Hitler, hoy convertidos en fascistas nacionalistas. Estos
grupos fascistas-nacionalistas y grupo de mercenarios denominados Academy
(antes Backwater) mantienes asediados a las regiones independientes de Donetsk
y Lugansk, que algunos han denominados ataques genocidas todos ellos dirigidos
y armados por el complejo industrial económico estadounidense interesado en una
guerra en Europa y contra Rusia, para mantener la hegemonía imperial. Es una
realidad incuestionable que los noticieros occidentales callan.
Después de la desintegración
del bloque socialista, la hegemonía norteamericana ha pretendido adueñarse del
mundo, la OTAN se ha extendido y Europa es una colonia de EEUU, desde donde ha instalado
arsenal nuclear apuntando hacia Rusia, sin mencionar los intentos de EEUU por en
derrumbar a China, otro de los objetivos estratégicos el imperio
norteamericano.
El desarrollo de
Rusia y China han convertido el mundo en una estructura tripolar, y las
contradicciones del gran capital han puesto a la vista de todo el mundo la
crisis, y la consiguiente decadencia del poder imperialista ya parece
imparable. En medio de su desesperación los EEUU alborota un avispero muy
peligroso en Ucrania, el antecedente fascista del presidente del estado fallido
y anticonstitucional de Ucrania y su dirección nazista amenaza incluso con la utilización
de arsenal nuclear en medio de una guerra civil, no deja de ser un buen negocio
para la industria armamentista norteamericana, nuevamente una guerra en Europa
muy lejos de sus fronteras y con la capacidad de sacarle todo el beneficio económico
que la misma representaría.
Han acusado a la República
Federativa de Rusia de romper con los acuerdos de Minsk (I y II) tratados que
fueron firmados por Ucrania, y de las dos Repúblicas, Donesk y Lugansk, Rusia,
Francia y Alemania participaron como mediadores no como firmantes de ambos
tratados, deforman la información de los demás se encargan las redes sociales. El conflicto no es entre Ucrania y Rusia, es
entre Ucrania y las dos repúblicas Donesk y Lugansk, el propósito es incriminar
a Rusia y llevarla al conflicto en pelo corazón de Europa. Por muy lejos que se
encuentren EEUU está haciendo mal los cálculos, ya que estaríamos a las puertas
de un conflicto atómico y nadie saldrá bien librado del mismo.
Las provocaciones
de los nazistas ucranianos y su ejército, así como sus mercenarios han
continuado de manera reiterada, provocando a las fuerzas militares rusas acantonadas
en las zonas limítrofes, Rusia ha respondido a esos ataques y no permitirá que violen
su frontera.
La prensa occidental
quiere hacer ver el mundo que Rusia va invadir a Ucrania, algo totalmente incierto,
en los actuales momentos ´presta ayuda humanitaria a las repúblicas Donesk y
Lugansk asediadas ante el bloqueo inhumano del régimen nazi que ha cortado el
agua, la luz y todo tipo de servicios, Ucrania ha roto los tratados de paz
firmados en Minsk, no ha cumplido con los acuerdos que firmaron y EEUU sigue
generando conflictos en los países que formaron la URRS. Ucrania quiere entrar
en la OTAN, lo que significa para Rusia tener misiles nucleares apuntando a su
corazón, sería tener a EEUU y sus servidores amenazando su casa. Rusia quiere
la paz, paz que EEUU no está dispuesto a negociar, Ucrania es el títere de
turno y cede a los deseos del imperio, ante la grave crisis política y económica
que enfrenta hoy, los nazis y sus promotores necesitan la guerra para no
hundirse en su ruina.
NO HAY NADA MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE
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