La Educación venezolana y la migración.

 


Por: Ricardo Abud

Venezuela vive una de sus mayores crisis sociales y económicas, sin entrar en los detalles endógenos y exógenos que la han provocado, ha inducido al desplazamiento de millones de venezolanos en busca de mejorar su calidad de vida, el estado venezolano ni ninguna organización nacional o internacional puede dar una cifra aproximada de la cantidad de compatriotas que han salido del país, se calcula un poco más de 4 millones.

Esta condición sin lugar a dudas tiene repercusiones sociales que muchos han querido silenciar, obviar o no dar mayor importancia, las consecuencias son devastadoras. La cantidad de profesionales que han emigrado del país es inmensa, formados en universidades nacionales gratuitas e internacionales (en su mayoría becados) lo cual se puede traducir en una inversión mil millonaria PÉRDIDA  del Estado destinada a formar cuadros profesionales que hoy laboran en otros países, que no invirtieron capital financiero (personal) en su formación.

LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA liderada por el COMANDANTE CHÁVEZ creó un sistema de educación paralelo que denominó MISIONES Las misiones educativas como Robinson (alfabetización y primaria), Ribas (bachillerato) y Sucre (universitaria) constituyeron el gran sueño del Comandante Hugo Chávez. Durante su gestión se asignó más del 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación. El 28 de octubre de 2005, la Unesco declaró a Venezuela como “Territorio Libre de Analfabetismo”. El organismo internacional reconoció que la primera misión educativa creada por LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, la Misión Robinson, fue fundamental para alfabetizar a 1.482.000 ciudadanos, en su mayoría de la tercera edad, y que hasta entonces no habían tenido acceso a una educación pública y gratuita.

Al declararse territorio libre de analfabetismo, Venezuela comenzó el proceso de integración más relevante inclusivo en la educación para todos. Los logros alcanzados por la Misión Robinson no habrían sido posible de no contar con la voluntad política y el apoyo al más alto nivel que brindó el Presidente Chávez. La Misión Robinson se​ formalizó en el año 2003 como un programa de alfabetización masiva que alcanzó a los sectores de la población tradicionalmente excluidos: los pobres, los indígenas, los privados de libertad y las personas con discapacidad.

La educación universitaria dejó de ser un privilegio de pocos para ser un derecho de todos los venezolanos. Desde el triunfo de la Revolución Bolivariana se han creado 42 universidades. Es así que el 2014 cerró con unos 200 mil egresados del sistema de educación superior de Venezuela.

Antes de 1999 sólo podían acceder a la educación superior unos 700 mil jóvenes. Con la llegada de la Revolución Bolivariana la matrícula se ubicó en más de 2 millones de estudiantes. Se logró la disminución de los bachilleres sin cupos, que antes de 1999 alcanzó la cifra de más de 500 mil jóvenes. Venezuela se ubicó como el quinto país en el mundo y el segundo en América Latina con la mayor matrícula universitaria, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

La política de inclusión impulsada por la Revolución permitió que la educación superior dejara de ser un negocio y creó nuevos centros, se hizo inclusiva. La educación en Venezuela vivió cambios sustanciales, los cuales fueron materializados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su ARTÍCULO 102, que dice:
”La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad. La educación es un servicio público y está fundamentada en el respeto a...”

La migración ha herido mortalmente los avances en materia educativa que lideró Chávez, han abandonado el país profesionales formados y formadores de profesionales, no sabemos que está quedando en el país, cuales son las proyecciones que tiene el Estado venezolano en la actualidad en materia educativa, tomando como referencia y que se suma como factor negativo que producto de la Pandemia se complica más la situación y se acentúa la crisis. La mayoría de los “mejores” han abandonado el país. Aparte del daño estrictamente económico se manifiesta con intensidad en lo académico en donde la pérdida de la capacidad docente anula la posibilidad de formar nuevos talentos interrumpiéndose el circuito virtuoso de la generación de relevo. En una “era” que ha sido descrita como la “del conocimiento”, la pérdida de talento pone en peligro las posibilidades de desarrollo locales en áreas críticas, como son la electrónica, las telecomunicaciones, la informática y la biotecnología. Lo que supone preguntar: ¿Quiénes formarán a los cuadros emergentes? ¿Qué calidad de educación recibirán?, peor aún, quienes seguirán estudios superiores hoy en Venezuela? cuando vemos una capa media de la sociedad más pobre y con la esperanzas muy reducidas, una Venezuela donde ser plomero o mecánico –por ejemplo- hoy es más lucrativo que ser ingeniero, abogado.

En la Venezuela post Chávez estudiar no es rentable, de qué sirve graduarse de Ingeniero y salir a la calle a formar parte del mercado informal NO PRODUCTIVO, tiene alguna lógica ser Ingeniero en cualquier área del conocimientos y manejar un taxi en el mejor de los casos, o vender comida ambulante y llamarse “emprendedor”. No desmerito quienes hacen este tipo de trabajo, pero resulta razonable y necesaria considerar que si eres un profesional universitario en el cual el invertiste tiempo importante de vida útil y el Estado venezolano invirtió dinero durante no menos de 5 años para formarte, lo lógico es que se desempeñen en el área de conocimiento que eligió y en la se te formó académicamente, no que la crisis económica le lleve obligado a dejar de ejercer su8 profesión, lo que contribuye en el deterioro moral y por consecuencia a un caos emocional de proporciones inimaginables en lo personal. Es ahí cuando comienza la espina a carcomer nuestros pensamientos y  la salida más viable que encontramos es migrar a otro país, pasamos hacer uno más en la estadística.

¿Qué esperanza real tiene  Venezuela en el corto, mediano y largo plazo? si la realidad es que muchos profesionales se han ido del país, los que se gradúan no ejercen o piensa en emigrar buscando un futuro esperanzador; mientras los que se quedan, el impacto de la realidad social y económica los empuja a salir a la calle a ganarse unos cuantos dólares para sobrevivir, debido a que el ejercicio profesional no lo garantiza, entonces surge la pregunta: Qué Queda?, lo que queda es un panorama desolador en materia educativa, lo que repercute en el desarrollo productivo de la sociedad y en el reimpulso económico del país; de no tomarse las medidas necesarias llevará inevitablemente a Venezuela a continuar sumida en una profunda crisis, una prolongada recesión económica, caracterizada por la sostenida caída de la producción de petróleo (así como el mal manejo de la industria y la carencia de  profesionales aptos), la incidencia de las sanciones internacionales, una hiperinflación altísima, una depreciación desenfrenada de la moneda –que la ha llevado hasta prácticamente su desaparición- y una escasez  de bienes de consumo clave. Mientras tanto, otros países seguirán beneficiándose de la calidad de nuestros profesionales y de la contribución sostenida en su desarrollo, sin haber invertido un solo dólar en su formación.

NO HAY NADA MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE

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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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