Gemma Watts conocía a sus víctimas en aplicaciones como Snapchat o Instagram y se disfrazaba para acudir a las citas donde agredía sexualmente a las menores.
El Tribunal Real de Winchester (Gran Londres) ha condenado a 8 años de prisión a una británica de 21 años que se hacía pasar por un adolescente para seducir y abusar sexualmente de niñas de entre 13 y 16 años.
Gemma Watts usaba las aplicaciones Snapchat e Instagram para conocer a sus futuras víctimas, haciéndoles creer que estaban conversando con un chico de 16 años que se llamaba Jake Waton. Para ello se disfrazaba con gorras y prendas con capuchas con las que acudía a citas con las menores o las visitaba en sus casas, momentos que aprovechaba para agredrirlas sexualmente.
Según los investigadores, el número de víctimas de los abusos de Watts podrían llegar al medio centenar. Todas ellas creían que estaban manteniendo relaciones con un chico hasta que un día descubrieron por sí mismas que no lo era o —en algunos casos— hasta que la Policía les reveló que se trataba de una mujer adulta, recoge The Guardian. Incluso algunos padres de las niñas seducidas compartían con ellas esta convicción y hasta acogieron a Gemma en su casa.
La inspectora de la Policía Metropolitana Phillipa Kenwright calificó lo ocurrido de experiencias "que cambian la vida a todas las víctimas envueltas". Un total de siete casos de agresión y acoso a menores fueron reconocidos por el tribunal.
Watts tenía una prometedora carrera en fútbol femenino hasta que sus prácticas delictivas atrajeron por primera vez la atención policial en marzo del 2018, después de que un médico reconociera a una de sus víctimas y pusiera en duda que hubiera mantenido una relación con un varón.
RT
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